Variados temas relacionados con el cine tengo pendientes: el 30 aniversario de la muerte de Alfred Hitchcock, los 50 años de "La dolce vita" de Fellini, el fallecimiento de Antonio Ozores, los últimos estrenos en Zaragoza, el cine malayo. Pero la noticia de las medidas que va a tomar nuestro Presidente del Gobiernos, sr Rodriguez Zapatero, para paliar los efectos de la crisis económica y atendiendo a la llamada al orden de mr. Obama, me llevan a considerar que hay que cambiar el post que pensaba insertar hoy en vergerus.
El día 19 de mayo se proyecta, dentro del ciclo de las vanguardias programado por Toni Alarcón en la Universidad (ver Cinegoza), "El acorazado Potemkin" (1925) de Eisenstein y, dadas las circunstancias creo que esta película tan mítica y su director tienen absoluta primacía. Ya se que hoy el "Potemkin" no debe estar considerada ni entre las 100 mejores películas de la Historia del Séptimo Arte, muy al contrario que en el pasado no tan lejano y que su realizador asimismo ya no figura entre los grandes. Cosa perfectemente entendible si hoy - como afirman muchos necios que se autodefinen cinéfilos y el pavo ese del Amenábar - consideran que el cine comienza con...Steven Spielberg. Incluso en las votaciones que llevamos a cabo en 2009 los que, dentro de la Tertulia Perdiguer, nos reunimos en la cafetería Chipre el otrora celebrado "acorazado" no obtuvo ni un solo voto en una lista de mejores películas de siempre. Bueno sí; el mío. Razón de más para escribir algunas cosillas sobre film tan controvertido. Es menester que antes redacte otra pequeña declaraciones de principios. En el tercer milenio se tienen por altamente peligrosos para la pervivencia por los siglos de los siglos de la aldea global:
.- El tabaco
.- Los automóviles
.- El vicio, en general
.- La obesidad.......Y EL SER DE IZQUIERDAS
EL ACORAZADO POTEMKIN (BRONENOSETS POTIOMKIN, 1925)
Resulta dificil hilvanar siquiera cuatro ideas sobre un film que fue mitificado hasta extremos inaprehensibles para un público que, previamente, había sido tomado como piedra fundamental para la construcción del mismo. "El acorazado Potemkin" pudiera ser el símbolo de una clase de cine desaparecido por completo. Un cine de saltar a la arena y comprometerse hasta el cuello. ¿Cine panfletario o propagandístico?. Solo en su apariencia menos interesante. "Potemkin" marca el punto álgido de un cine dominado por una idea sentimental que acaba por emerger entre toda otra idea que predomine en la cinta. No creo que la influencia potemkiniana sea la que nos decían los viejos libros de cinematografía (1). Su deslumbrante montaje, su fabulosa técnica han sido los objetivos a analizar en la moviola durante casi cincuenta años del pasado siglo. Pero este acorazado del que un día se dijo que fue contrarrevolucionario, de la misma forma que se dijo que su realización estaba destrozada por las mil fragmentaciones de planos, surcará siempre - pese a quién pese - las aguas del mar rojo de sangre, sudor y lágrimas que - tan inexorable como el tiempo - permanecerá sino en las pantallas de cine por mor del oportunismo político si en el dorado recuerdo de una generación de amantes del gran cine entre los que me cuento.
"Potemkin" es la subjetividad ciega. Es una locura colectiva. Es un salto sin medida ni caida. Es la furia que sería bíblica sino fuese marxista. Las amas de casa levantan el puño, los cojos corren por las escaleras de Odessa. Porque una nueva doctrina, acaso un tanto milagrera, les ha ordenado que corran. En cuanto al montaje sintáctico quede su análisis para quienes sean capaces dde contemplar esta obra maestra imperecedera como una pieza de museo, capaz de deformarse sin ninguna vergüenza ante los poco imaginativos ojos del investigador.
Más el destinario final de tan magna obra de arte - que no es sino la más profunda llamarada que ha iluminado la voluntad humana en una luz veinticuatro veces por segundo interrumpid -, sabrá captar la película en su exacto significado. En el del diálogo, que no dialéctica, más tormentoso y subyugador que sea capaz de sostener el más inseparable dúo de la Historia del Arte: el del Artista y el Publico.
Película cuyo significado se ha elevado desde los muy concretos fines propuestos desde su realización hasta alcanzar la categoría de símbolo. Pero de símbolo no voluntariamente buscado, sino obtenido por la gracia del tiempo y la reverencia de sus imitadores.
Luis Betrán
1) En 1955, un centenar de críticos cinematográficos de todo el mundo reunidos en la Expo de Bruselas proclamaba al "Potemkin" como la mejor película de la Historia del Cine. En años posteriores, y en encuestas de parecido jaez, la película de Eisenstein siguió apareciendo entre las diez primeras aunque perdiendo el puesto de honor en favor del "Ciudadano Kane" (Citizen Kane, 1941) de Orson Welles. En 1999, en la mema España del P.P., de las autonomierdas, el caciquismo de aldea, el ya atisbado retorno al franquismo - no de sable y pistola sino de corbata, ordenador y teléfono móvil - el sr. Guillermo Cabrera Infante (al que tanto le gustaba el cine) exponía su muy docta opinión de que el "Potemkin" no era más que una vulgar anécdota de marineros homosexiuales, ante la complacencia y el asentimiento de personajillos ¿innnobles? y sin la menor importancia en ningún aspecto: gentes como Fernando Sánchez Dragó, Fernando Trueba o...Pedro Almodóvar.
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