miércoles, 15 de febrero de 2017

DE GOYAS, OSCARS Y DEMÁS TONTERÍAS


GOYAS

Naturalmente me abstuve de ver la gala de los Goyas, función que suele ser tan larga como aburrida y de la que me “ausento” todos los años. Parece ser que algunos premiados y premiadas protestaron por el escandaloso IVA que paga el cine, lo que provocó la sonrisa del ministro del ramo (cultura), que seguirá haciendo lo que le de la gana, o sea lo que le ordene don Tancredo de Pontevedra. Pero que ingenuos estos comediantes, es como si no supieran que viven en un país surrealista en el que manda todavía un enano gallego con voz de castrado y que “murió” – es un decir – los dos patitos de noviembre de…1975, coincidiendo en fecha con el mártir azulón. Y es que Dios (¿?) los cría y ellos se juntan. El P.P. gobierna porque ganó las elecciones y también porque el PSOE felipista le deja. Y lo que gobernará. Téngase en cuenta que en España hay muchos más borregos que seres humanos que conocen aquellos de “pienso luego existo”. Dedicatoria especial para un catalán cazador de trolls y un foro fascistoide en el que lamentablemente falleció el Duce. Por lo demás, “Tarde para la ira” es una buena película, aunque Raúl Arévalo sea un mal actor. Le sucede lo mismo que a Ben Affleck, director aceptable – no siempre – y actor infame que podía recibir clases de su hermano menor, el estupendo Casey.

OSCARS

La gala de los oscar todavía es más larga y más aburrida, con un presentador/a que suele contar al auditorio chistes ridículos. La última vcz que la ví, no entera, la presentaba esa inaguantable actriz negra llamada Whoopi Goldberg o algo por el estilo. Conste que hay actrices y actores no blancos que son excelentes y que van a optar al moñaco dorado. Su película se llama “Moonlight” y es notable, aunque con el defecto de ir de más a menos. Asunto grave en el cine. Pero podría hasta calificarse de obra maestra al lado de ese indigesto caramelo digital llamado “La,la, land”, supuesto musical en el que ni se canta ni se baila. Sus protagonistas, Emma Stone y Ryan Gosling, cuando bailan levantan la patita y cuando cantan miss Stone entona sin desafinar, el guaperas Gosling – mediocre actor que ha pasado por la trituradora de cine llamada Nicolas Winding Refn – vocea o susurra de forma entre inaudible y desafinada. Pero esta basura ha sido publicitada hasta la náusea. “Moonlight” también pero menos. Y Barry Jenkins es, creo yo, es mucho mejor director y guionista que el Chazelle, autor de aquella fascistada – la letra con sangre entra – llamada “Wiplash.

Las restantes candidatas no superan la medianía, excepto la magnífica “Manchester frente al mar”, una película de intesidad trágica que discurre con cierta placidez hasta un tremendo estallido. En ella destacan tanto el formidable, rara avis, guión como la dirección de Kenneth Lonergan. Pero es una película indi y Donald Trump no la puede entender, el pobre. Casey Affleck está impresionante, demostrando lo que siempre ha sido: un gran actor con una formidable voz, pero sin ningún glamour. Lo contrario que su hermanazo Ben que, actualmente, debería birlarle a Nicolas Cage el título de peor actor de Hollywood. También el joven Lukas Hass brilla. Creo que la superubicua Isabelle Huppert no tiene compencia seria como mejor actriz por “Elle”. Finalmente, la película de habla no inglesa que más me gusta es “Un hombre llamado Ove”. Ninguna posibilidad frente al larguísimo ladrillo alemán “Toni Erdman”, un film que casi no consigo terminar,  y en que para acabarla de joder su protagonista masculino, en uno de sus múltiples disfraces se parece al cómico más execrable del cine mudo y sonoro: Jerry Lewis. No hago quiniela alguna porque sé que no acertaré nada. Termino: ¿Por qué se ha ignorado la fascinante “Silencio” de Martin Scorsese?.

Luis Betrán

jueves, 9 de febrero de 2017

LUCIAN PINTILIE 3


El roble (1992)

Los primeros 20 minutos del fillm constituyen uno de los principios de película más loca que podemos ver. Una cinta realmente muy brillante, notablemente interpretada. Una película que es la reunión entre Pintilie y Rumania, pero no una cuenta de la regulación, sino más bien una mirada tierna e irónico al final del reinado de Ceaucescu en un estilo contundente. Estamos en 1988, en la Rumania de Ceausescu. En un apartamento oscuro y sucio en Bucarest, Nela fue testigo de la agonía de su padre, un coronel del ejercito de Ceausescu que decidió legar su cuerpo a la ciencia. ¡Pero nadie quiere el cadáver, los frigoríficos están abajo! Rabia, Nela rompe el teléfono y se va con las cenizas de papá en un tarro de Nescafé. Pintilie, en principio adopta un tono de farsa macabra fuera de lo normal, con un ojo para el detalle y la metáfora. Esta es su Rumania nos dice, en el transcurso de las aventuras de Nela (avasalladora la Morgensten).

Nela se ríe de todo, tanto de los rumanos como del clima político que los rodea. Nela no está sujeta, Nela está llena de sueños. Ella se va, a través de sus múltiples encuentros en una desconcertante fauna rumana, hacia Mítica, uno que se parece a ella. Cirujano en el hospital, su actividad favorita es joder aquellos que lo merecen. Nela y Mítica juntos, pasean por el terrorismo, la política, las acciones militares..., siempre ilesos del desastre, con un cinismo alegre e infalible. Habrá los que se enfrentan al horror, ¿pero no se dan cuenta de lo que puede ser el amor? Al final de su viaje, el símbolo real de la encina, el árbol con sus raíces, el árbol del futuro, la esperanza ...

¿Símbolo un poco fácil? En absoluto. Enojado, Pintilie, y no poco desesperado. Toda su rabia, la puso en su película, con actores que participan plenamente en esta fábula furiosa y descarada. Todo el humor también empuja al absurdo las situaciones más oscuras. Obra mayor de este magnífico cineasta, "El roble" fue la película que resucitó el cine rumano en la década de 1990, una obra maestra del gran Lucian Pintilie. Sin paliativos.

La tarde de un torturador (2001)

"La tarde de un torturador" comienza con un fabuloso travelling a través de las ventanillas de un tren. Hasta que la cámara se detiene en un señor mayor y una atractiva joven. El hombre charla sin parar, aquejado de una insufrible pedantería, hasta que dibuja dos triángulos equiláteros invertidos: el cielo y el infierno. Finalmente bajan en la mugrienta estación de Giurgiu donde les aguarda un tipo que primero, ofrece flores y luego revela un notable mal genio. Suben a un coche desvencijado que tarda en arrancar y, durante el viaje, Pintilie nos deleita con un sublime plano fijo en el que vemos conjuntamente a los pasajeros y los árboles que flanquean la carretera.

Un ex torturador en las prisiones de la Rumania de Ceaucescu decide confesar sus crímenes delante de una periodista y un ex preso político. Son los tres personajes que hemos conocido. El anfitrión habla primero de cosas sin importancia (sobre el hecho de que su padre trabajaba en el ejército, sobre sus años escolares, sobre los errores desde la guerra, etc.). La periodista trata de llevar la discusión a la zona de interés y hacer preguntas acerca de la "carrera del torturador" y logra respuestas no evasivas. Poco a poco, comienza a relatar cómo mató a los presos o detenidos en virtud del derecho común de Ceaucescu: políticos, algunos de ellos enfermos mentales, sin expresar ninguna señal de arrepentimiento por sus acciones. Por el contrario, confiesa que se sintió bien en esos días, aunque declara constantemente que no le serán perdonadas y que quiere ser juzgado por un tribunal de la tierra, por los que destruyó su familia, sus hijos. La fuente de la película es el libro "Camino de Damasco" de Doina Jela (1999), inencontrable en nuestro país.

Lucian Pintilie, entrevistado por el gran crítico francés Michel Ciment, dice que en la película, el torturador tiene plena conciencia de sus pecados ("es mi pecado, que voy a tirar"), pero siente que vive en un país totalmente desinteresado en conocer a sus "pecados."Describe en detalle los métodos utilizados: descargas eléctricas en los testículos, golpes en los mismos con bolsas llenas de arena y hojas mojadas, asfixia, etc. Pocos eran los que escaparon con vida, ha confesado en la entrevista. El cineasta explica a Ciment que "La tarde de un torturador" es una película sobre la incapacidad total del rumano de arrepentirse, confesar. En un país donde el concepto de arrepentimiento es despreciado a escala nacional, un personaje así es considerado como un loco.

"La tarde de un torturador" abrió las puertas al maravilloso nuevo cine rumano. De hecho, en los créditos leemos que el ayudante de dirección es Cristi Puiu, autor de extraordinarios films como "La muerte del señor Lazarescu", "Aurora" o "Sieranevada". Pintilie no renuncia a su afición del teatro del absurdo: la violenta y aparentemente ciega esposa del torturador, un muchacho que observa la conversación sentado en la rama de un árbol, una especie de equipo de fútbol que enarbola banderas rumanas. Frivolidades "posmodernas" que confunden al espectador y que habrían podido ser prescindibles. Por esas secuencias innecesarias, "La tarde de un torturador" no es una obra maestra, pero se aproxima.

Niki y Flo (2003)

Niki y Flo" es un híbrido estilístico fascinante, su naturalismo observador fundido con un sentido delicado, casi tímido del absurdo. Los personajes del título son un par de hombres envejecidos vinculados por el matrimonio de sus hijos. Niki, un coronel retirado del ejército rumano, tiene una actitud estoica, pero una manera de comportarse que sugiere una reserva de delicadeza y sensibilidad. Él también está afligido, golpeado cuando lo encontramos por primera vez en la primavera de 2001, por la muerte repentina de su único hijo, Mihai y la partida inminente de su hija, Angela, para casarse con Eugen. El padre de éste es Florian, conocido como Flo, cuyo abrazo agresivo y ridículo de la modernidad está en contraste cómico y doloroso con el tradicionalismo impasible de Niki. Flo usa una gorra de béisbol con la palabra Genius (en inglés) y muestra a Niki un video de la boda de Eugen y Angela etiquetada (en francés) "Un film de Florian Tufaru" (no es, para nada, un homenaje a François Truffaut).

La visión de Niki de esa obra es un momento crucial en "Niki y Flo". Los florecientes pseudo-noticiarios aficionados y reveladores de Flo amplifican los estados de ánimo y los temas sugeridos por la manera paciente y clásica de filmación y corte de Lucian Pintilie. La boda es un episodio perfectamente ordinario que es, por lo tanto, una mezcla volátil de elementos truculentos y trágicos, una fiesta salvaje en la que las latentes tensiones dentro de las familias y las contradicciones subterráneas de su sociedad salen a la superficie sin ser reconocidas. "Niki y Flo" presenta una variedad de personajes, incluyendo Eugen y Angela; sus madres, Poucha y Doina, y la viuda de Mihai, Irina. Su centro de gravedad, sin embargo, es incuestionablemente Niki, cuyo sufrimiento es casi invisible para todos a su alrededor. Su evidente lucha por defender un ideal de hombría capaz, desinteresado y patriótico -un ideal que nadie más parece preocuparse o incluso reconocer- es el eje del drama de la película, y se convierte en algo más grande, más complicado y más aterrador que la tranquila tristeza de un anciano.

Al igual que en "Reconstrucción", "Niki and Flo" gira, de una manera que soy reacio a revelar, desde la tensión tranquila hasta la violencia casi surrealista. Los choques que llegan al acto final de la película pueden parecer arbitrarios, pero también son recordatorios de que la normalidad -ya sea en el mundo oscuro y desaparecido del comunismo o en el dominio brillante y familiar del capitalismo de consumo- se basa siempre en la hipocresía y está permanentemente amenazada por el caos. Con este excelente film, termino con Lucian Pintilie. Gracias y saludos.

Luis Betrán

jueves, 2 de febrero de 2017

LUCIAN PINTILIE 2


La reconstrucción (1968)

La reconstrucción fue considerada por gran parte de la crítica internacional como la mejor película de la historia del cine rumano. Hasta la llegada de la "Nueva Ola Rumana". Ahora ese puesto podría disputarse entre "4 meses, 3 semanas y 2 días" (Cristian Munguiu), "Policía adjetivo" (Corneliu Poromboiu), "La muerte del sr. Lazarescu" (Cristi Puiu) y algunas otras más, porque es muy defendible que el mejor cine del mundo sea el rumano en una relación cantidad/calidad/precio. La producción rumana actual apenas supera las diez películas, y todas con un bajísimo presupuesto. Pero arrasan en los grandes Festivales de Cine y muchas de ellas llegan estrenarse en nuestro país. Las más recientes que he visto: "Los exámenes" (Munguiu), "Comoara" (Poromboiu), "Sieranevada" (Puiu), son extraordinarias...y de duración variable que en el caso de "Sieranevada", obra maestra deslumbrante, supera las tres horas. También las igulaba la genial "Autobiografía de Nicolae Ceausescu", de Andrei Ujica. Esto no sucedía en la época primera, y mejor época, de Lucien Pintilie. Sea como fuere, "La reonstrucción" sigue siendo una obra mestra, y todos los cineastas rumanos de nuestros días han reconocido que su referente máximo es Lucien Pintilie, muy por encima de los notables Liviu Ciulei o Mircea Muresan.

La reconstruciión comienza con tres golpes de claqueta y la caída de un muchacho que ha sido tres veces golpeado. Cine dentro del cine?. No exactamente. Dos jóvenes (Ripu y Vuica) en una tarde de borrachera acabarán destrozando el restaurante que les ha surtido el vodka y golpearan al dueño hasta romperle la cabeza. Crimen y castigo. Pero, cual es el castigo?. No la cárcel sino una reconstruccion de lo sucedido que será filmada. Como castigo a los gamberros, las autoridades comunistas decidirán que en lugar de encerrar a los chavales en la cárcel, éstos deberán pasar una tarde de verano en compañía de un juez, un profesor de "marxismo" y el "procurador" que, más gordo, recuerda algo a Ceausescu. Hay que dar ejemplo a a la juventud comunista rumana de lo que no hay que hacer. Las borracheras no tienen cabida en la perfecta Rumania de Nicolae Ceaucescu.

Una chica observa con mirada irónica la filmación que concluye con un brutal desenlace que no cuento. Y un plano fijo del mayor de los dos jóvenes para la historia. Film lleno de barro, lluvia, mierda, la propuesta de Pintilie es verdaderamente osada. Y propósitos y resultados concuerdan admirablemente. En mi subjetividad, una obra maestra y uno de los films más importantes de los paises del este de Europa en los años 60. A idéntica altura que lo mejor de Fabri o de Wajda.

Última parada, el paraíso (1996)

La vida estrangulante y desalentada en Rumania resulta no haber mejorado mucho desde la ejecución de Ceausescu. Un coqueteo alcohólico tomará las proporciones de una catástrofe de humo y llamas, y costará vidas.

La vida estúpida y sombría en Rumania bajo Ceausescu fue mostrada por Pintilie en su tragedia desgarradora "La reconstrucción". Terminus Paradis muestra lo poco que ha mejorado cuando el tirano "desapareció". El granjero de cerdos Mitou está sentado fuera de un bar en Bucarest y tiene contacto visual con Norica. Lo que comienza como una quema de rastrojos ganará las proporciones de una tormenta de fuego que reclama vidas. Norica ya está comprometida con un asqueroso vendedor de salchichas que puede garantizar un mínimo de afluencia sucia. Mitou tiene que entrar en el servicio militar; Con su temperamento que lo convierte en un desagradable enemigo. Con un tanque robado que tratará de reducir su rival a su tamaño. Ningún ejército o campo de castigo puede detenerlo. El sueño paradisíaco de un desesperado es colocado por Pintilie en un contexto nacional de ilusión desesperada. En esta Rumania, un réprobo quiere un lujo vacío, otro espera una vida mejor en América, la mayoría de los sueños bajo la influencia del vodka.

Tragicomedia bárbara en potentes colores, realzada por la solvencia habitual trás la cámara del gran Pintilie.

Demasiado tarde (1998)

La película se refiere explícitamente a los acontecimientos de la Rumanía posterior a diciembre 1990, pero con una amplia apertura, la expresión de los mismos o similares casos en otros tiempos y espacios."Demasiado tarde" se revela como una síntesis de documental y ficción. En el fondo; el manejo de las emociones, los sentimientos y resentimientos. Lucian Pintilie desciende de nuevo en el "infierno rumano”, construye otra parábola de la intolerancia y el totalitarismo, la expansión del mal, otra erótica tragedia. Película sobre la difícil situación de una comunidad, como una maldición en la auto-alienación de la desesperación; una película rica en símbolos, haciendo referencia a la nación rumana: crucifixión bíblica; una película sobre la confesión acerca de la expiación y el sufrimiento a través del sacrificio, y la incapacidad para asumir la responsabilidad de la historia, una película sobre la determinación de la culpabilidad, una llamada a la meditación y la purificación, una catarsis.

La película es perfectamente redonda comienza y termina con la misma imagen - exilio como una solución-. La misma secuencia se repite al principio y al final. En una estación de metro en una ciudad de Alemania, en estos días, un joven conservador, que sabemos que es rumano, apoyado contra un pilar de hormigón, canta una canción triste de Schubert y, en primer plano, la silueta de un hombre joven, delgado, con el pelo corto, en la parte superior de la cinta transportadora. Luego nos enteramos de que también es un rumano, uno de los hermanos gemelos Ferzatiu. Esta secuencia representa un sentimiento de complicidad, también la soledad, la alienación, la desesperación, la incertidumbre, la inestabilidad, la falta de horizonte, y una búsqueda. Entre estas dos imágenes icónicas, como un sello con el tiempo y el espacio, los lugares y los acontecimientos. Un film extraordinario, con el selllo inconfundible del gran Pintilie.

Luis Betrán