jueves, 30 de julio de 2015

LOS HERMANOS MARX LOS REYES DEL ABSURDO O NO




LOS HERMANOS MARX
Libros de Groucho Marx



 Groucho y yo (1959)
 Memorias de un amante sarnoso (1963)
 Las cartas de Groucho (1967)
 Camas (1984)
 ¡Sálvese quien pueda! y otras historias inauditas (Plot ediciones, 2005)

Frases de Groucho Marx en libros y películas.

 
1 ¡Hay tantas cosas en la vida más importantes que el dinero... ¡pero cuestan tanto!

2 ¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?

3 ¿No es usted la señorita Smith, hija del banquero multimillonario Smith? ¿No? Perdone, por un momento pensé que me había enamorado de usted.

4 ¿Pagar la cuenta? ¡Qué costumbre tan absurda!

5 ¿Por qué debería preocuparme por la posteridad? ¿Qué ha hecho la posteridad por mí?

6 ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

7 ¿Qué por qué estaba yo con esa mujer? Porque me recuerda a ti. De hecho, me recuerda a ti mas que tú.

8 ¿Servicio de habitaciones? Póngame una habitación más grande.

9 Citadme diciendo que me han citado mal.

10 Claro que lo entiendo. Incluso un niño de cinco años podría entenderlo. ¡Que me traigan un niño de cinco años!

11 Conozco a centenares de maridos que serían felices de volver al hogar sino hubiese una esposa esperándoles. Quiten a las esposas del matrimonio y no habrá ningún divorcio.

12 Cualquiera que diga que puede ver a través de las mujeres se está perdiendo un montón de cosas.

13 Cuando muera quiero que me incineren y que el diez por ciento de mis cenizas sean vertidas sobre mi empresario.

14 Debo confesar que nací a una edad muy temprana.

15 Desde el momento en que cogí su libro me caí al suelo rodando de risa. Algún día espero leerlo.

16 Detrás de cada gran hombre hay una gran mujer. Detrás de ella, está su esposa.

17 Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no les conozco muy bien.

18 El matrimonio es una gran institución. Por supuesto, si te gusta vivir en una institución.

19 Él puede parecer un idiota y actuar como un idiota. Pero no se deje engañar. Es realmente un idiota.

20 El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio, si puedes simular eso, lo has conseguido.

21 En las fiestas no te sientes jamás, puede sentarse a tu lado alguien que no te guste.

22 Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro.

23 Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente.

24 Es usted la mujer más bella que he visto en mi vida, lo cual no dice mucho en su favor.

25 Estar en un barco es como estar en una cárcel con posibilidad de ahogarse.

26 Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros.

27 Fuera del perro, un libro es probablemente el mejor amigo del hombre, y dentro del perro probablemente está demasiado oscuro para leer.

28 Hace tiempo conviví casi dos años con una mujer hasta descubrir que sus gustos eran exactamente como los míos: los dos estábamos locos por las chicas.

29 He disfrutado mucho con esta obra de teatro, especialmente en el descanso.

30 He tenido una noche absolutamente maravillosa. Pero no ha sido ésta.

31 Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna.

32 Humor es posiblemente una palabra; la uso constantemente. Estoy loco por ella y algún día averiguaré su significado.

33 Inteligencia militar son dos términos contradictorios.

34 Jamás olvido una cara, pero en su caso, estaré encantado de hacer una excepción.

35 La justicia militar es a la justicia lo que la música militar es a la música.

36 La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.

37 La política no hace extraños compañeros de cama. El matrimonio sí.

38 Las mujeres son muy útiles, sobre todo por la noche y, con frecuencia, durante el día.

39 Lo malo del amor es que muchos lo confunden con la gastritis y, cuando se han curado de la indisposición, se encuentran con que se han casado.

40 No estoy seguro de cómo me convertí en comediante o actor cómico. Tal vez no lo sea. En cualquier caso me he ganado la vida muy bien durante una serie de años haciéndome pasar por uno de ellos.

41 No piense mal de mí, señorita, mi interés por usted es puramente sexual.

42 No puedo decir que no estoy en desacuerdo contigo.

43 Nunca pertenecería a un club que admitiera como socio a alguien como yo.

44 Nunca voy a ver películas donde el pecho del héroe es mayor que el de la heroína.

45 Partiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de miseria.

46 Recuerdo perfectamente la primera vez que disfruté del sexo. Todavía conservo el recibo.

47 Si eres capaz de hablar sin parar, al final te saldrá algo gracioso, brillante e inteligente.

48 Si las mujeres se vistieran para los hombres, las tiendas no venderían demasiado. A lo sumo un par de anteojos de sol cada tanto tiempo.

49 Sólo hay una forma de saber si un hombre es honesto: preguntárselo. Y si responde sí, entonces sabes que está corrupto.

50 Soy tan viejo que recuerdo a Doris Day antes de que fuera virgen.

51 Supongo que había que inventar las camas de agua. Ofrecen la posibilidad de beber algo a media noche sin peligro de pisar al gato.

52 Todavía no sé qué me vas a preguntar, pero me opongo.

53 Todo el mundo debe creer en algo, yo creo que voy a seguir bebiendo, discúlpenme.

54 Todo lo que soy se lo debo a mi bisabuelo, el viejo Cyrus Tecumseh Flywheel. Si aún viviera, el mundo entero hablaría de él. ¿Que por qué? Porque si estuviera vivo tendría ciento cuarenta años.

56 Una mañana me desperté y maté a un elefante en pijama. Me pregunto cómo pudo ponerse mi pijama.

57 Bebo para hacer interesantes a las demás personas.

58 Durante mis años formativos en el colchón, me entregué a profundas cavilaciones sobre el problema del insomnio. Al comprender que pronto no quedarían ovejas que contar para todos, intento el experimento de contar porciones de oveja en lugar del animal entero.

59 Es una tontería mirar debajo de la cama. Si tu mujer tiene una visita, lo más probable es que la esconda en el armario. Conozco a un hombre que se encontró con tanta gente en el armario que tuvo que divorciarse únicamente para conseguir donde colgar la ropa.

60 Hoy no tengo tiempo para almorzar. Traiga la cuenta.

61 La próxima vez que lo vea, recuérdeme no saludarlo.

62 ¿Me deja su chaqueta, señor Marx? -Sí, que la tengan lista para el jueves. (En un guardarropa)

63  Mi madre adoraba a los niños. Hubiera dado cualquier cosa por que yo lo fuera.

64 No reírse de nada es de tontos, reírse de todo es de estúpidos.

65 O él ha muerto o se ha parado mi reloj.

66 ¡Oh! Nunca podré olvidar el día que me casé con aquella mujer... Me tiraron píldoras vitamínicas en vez de arroz.

67 ¿Por qué y cómo ha llegado usted a tener veinte hijos en su matrimonio? - Amo a mi marido. - A mí también me gusta mucho mi puro, pero de vez en cuando me lo saco de la boca.

68 ¿Quiere usted casarse conmigo? ¿Es usted rica? Conteste primero a la segunda pregunta.

69 Si sigues cumpliendo años, acabarás muriéndote. Besos, Groucho.

70 Siempre me casó un juez: debí haber exigido un jurado.

71 Una cita a ciegas puede convertirse en un cerdo con sombrero y un bolso de mujer.

72 Señorita... envíeme un ramo de rosas rojas y escriba "Te quiero" al dorso de la cuenta.

73 Sólo lo barato resulta caro.

74 Parad el mundo que me bajo.

75 Bob, ya sabes que yo en ti sólo tengo confianza... y muy poca.

76 Sólo un hombre de cada mil es un líder de hombres, los otros 999 siguen a las mujeres.

77 Tengo la intención de vivir para siempre, o morir en el intento.

78 Yo no soy vegetariano, pero como animales que sí lo son.

79 ¡Brindemos por nuestras novias y nuestras esposas!... ¡Que no se encuentren nunca!

80 No mire ahora, pero en esta habitación sobre alguien... y me parece que es usted.

81 Hasta luego, cariño... ¡Caramba!, la cuenta de la cena es carísima... ¡Es un escándalo!... ¡Yo que tú no la pagaría!

82 El verdadero amor sólo se presenta una vez en la vida... y luego ya no hay quien se lo quite de encima.

83 ¿Me lavaría un par de calcetines? Es mi forma de decirle que la amo, nada más.

84 Cásate conmigo y nunca más miraré a otro caballo.

85 ¡Cavar trincheras! ¡Con nuestros hombres cayendo como moscas! No tenemos tiempo para cavar trincheras. Las tendremos que comprar prefabricadas.

86 Oiga, mozo, ¿y no sería más fácil que en lugar de intentar meter mi baúl en el camarote, metiera mi camarote dentro del baúl?

87 Hace muchos años vine a este país sin una moneda de cinco centavos en el bolsillo. Hoy [...] tengo una moneda de cinco centavos en el bolsillo.

88 Durante los ocho años que llevamos juntos Zsa-Zsa [la perrita de Groucho] y yo nunca nos hemos peleado. ¡Oh! Alguna vez me ha mordido. Pero, cuando lo hace, le devuelvo el mordisco. Hay que enseñarle quien manda en casa.

89 El otro día me encontré con dos leones y los sometí... Los sometí a una serie de ruegos y llantos.

90 Estuve tan ocupado escribiendo la crítica que nunca pude sentarme a leer el libro.

91 Humphrey Bogart vino la otra noche a casa y acabó completamente borracho, algo por otra parte, bastante normal en él. Cuando va cocido es un pelmazo, pero la verdad es que no mejora mucho cuando está sobrio.

92 Recuerde, señor, que estamos luchando por el honor de esta mujer, probablemente mucho más de lo que ella nunca hizo por sí misma.

93 Siempre salgo con dos mujeres. Detesto que las chicas vuelvan a casa solas.

94 Uno para todos y todos para mí, yo para vosotros y tres para cinco, y seis para veinte...

95 Un hombre siempre tiene los pies en el suelo... hasta que lo cuelguen.

96 Yo me he esforzado para llegar de la nada a la pobreza extrema.

97 Dice que... la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte.

98 Supongo que había que inventar las camas de agua. Ofrecen la posibilidad de beber algo a media noche sin peligro de pisar al gato

99  Soldado: "General, ¿no se da cuenta de que estamos disparando a nuestros hombres?" ,General Groucho: "Tome un Dólar y guarde el secreto".

100 ¿Qué haría si pudiera volver a vivir toda su vida? Probar más posiciones.




Este texto en justicia no me corresponde más allá de lo que viene a continuación. El resto está extraído de los libros de Groucho Marx que figuran en el encabezado. Asimismo las frases del genio máximo del cine cómico sonoro, provienen de los mentados libros o de algunas de las películas (pocas) que filmaron los hermanos bárbaros del cine. Groucho terminó por ser un intelectual de múltiples lecturas. Sus libros son una delicia y están escritos con una prosa muy cuidada. Al tratar de los Marx Brothers se ha hablado del humor judío, porque tanto ellos, como Charles Chaplin o Woody Allen tuvieron origen hebreo. No es más que una etiqueta que carece de validez. En primer lugar, ninguno de ellos practicó la religión de la Torah y el Talmud, Chaplin fue el genio del cine mudo y su humor nada tuvo que ver con el de Groucho o Woody.. La deuda de Allen con el más importante de los Marx es enorme y él mismo así lo ha reconocido. Este texto sería larguísimo si enumerase los espectáculos teatrales que los Marx protagonizaron, que fueron machismos más que sus películas. Por lo tanto, me voy a limitar a las películas de los agresivos y destructores hermanos. De toda lógica y de toda ilógica.



De origen muy humilde, fue su madre Minnie la que los introdujo en el teatro. En principio a los 5 – Groucho, Chico, Harpo, Zeppo y Gummo - , que en el cine terminaron siendo solo tres. Los que se llamaban Julius (Groucho), Adolph (Harpo) y Leonard (Chico). En el teatro Groucho monologaba y cantaba, Chico aporreaba el piano con ”peculiar técnica” y Harpo tocaba el arpa de la que llegó a ser un pequeño virtuoso sin tener jamás estudios musicales. Naturalmente Harpo no era mudo. Groucho además llegó a tener programas radiofónicos y televisivos. Algunos de sus espectáculos teatrales se convertirían en sus primeras y, en mi opinión, mejores películas. En 1929, se produjo su debut en Hollywood con “Los cuatro cocos “ (Cocoanuts) . Con ella se inicia su etapa Paramount. Gummo ya había abandonado el grupo. En aquel entonces los tres hermanos eran cuatro: Groucho, Chico, Harpo y Zeppo.


“Los cuatro cocos” no disimula su origen teatral y en ella Groucho dirige un hotel en el exhorta a sus empleados que renuncien a su trabajo porque así el hotel funcionará mucho mejor.  Sumamente divertida y breve, sería muy superada por las excepcionales “Animal crackers”  (El conflicto de los Marx, 1930), “Monkey business” (Pistoleros de agua dulce o Naderías, 1931), “Horse feathers” (Plumas de caballo, 1932) y la cumbre absoluta de su filmografía, “Sopa de ganso” (Duck soup, 1933). Los directores de las mismas no tienen la menor relevancia, incluyendo a Leo Mac Carey que filmó “Sopa de ganso”. Los defensores a ultranza de la “política de los autores” cahierista son capaces de afirmar que esta genial película es muy representativa del universo de Mac Carey. Algo ridículo. El notable, en ocasiones, cineasta se limitó a poner la cámara, como los demás. Si alguna autoría hay en la etapa Paramount ella es exclusiva de Groucho, Harpo y Chico, más la impronta iconoclasta del productor Herman J. Manckiewicz, hermano mayor de Joseph L. y guionista de “Ciudadano Kane” de Orson Welles.



“Animal crackers” es ya una joya en la que Groucho interpreta a un explorador y famoso cazador en Africa que cuando vuelve de sus terribles aventuras comienza su discurso con las siguientes palabras: “salimos de Africa completamente borrachos porque es un continente poblado de focas y osos polares”. Inenarrable el diálogo entre Groucho y Chico planificando la construcción de una casa, y el desenfreno rijoso de Harpo que, puestos a destruir, acaba matando a todos los personajes que salen en el film, incluyendo a él mismo. “Monkey business”, levemente inferior, tiene su mejor momento cuando un enemigo barbado de Groucho le tapa los ojos y le pregunta ¿adivine quién soy?, a lo que Groucho responde “no me lo diga, no me lo diga, animal o vegetal”. En otro escalón más bajo se ubica “Plumas de caballo”, la descacharrante comedia universitaria de los Marx, pero todo se recupera en le memorable “Sopa de ganso” que exige capítulo aparte. El “modus operandi” de los Marx exigía que Groucho hablase casi incesantemente, Harpo se transformase en mudo, Chico sirviera de soporte a los a los dos y Zeppo se limitase a ser el galán de la función.


“Sopa de ganso” fue un fracaso económico porque el público de los incipientes años 30 – especialmente el americano – no estaba preparado para semejantes cascadas de gags, de irreverencias, de absurdos, de surrealismo. Groucho es el presidente de Libertonia y la película se convierte en una parodia irresistible de los films bélicos a la vez que en un manifiesto pacifista de inusitada modernidad. Antes y ahora. Zeppo ya no volvería a salir en ninguna otra película y con su hermano Gummo fundarían una agencia de artistas sumamente lucrativa. En puridad el cuarto hermano Marx era mujer, soportaba estoicamente todas las animaladas de Groucho y se llamó Margarte Dumont. Sin ella, el grupo es impensable. Esta obra maestra inmortal fue la última película Paramount. Llegaba Irwing Thalberg y la poderosa M.G.M.  Las dos siguientes películas de los Marx fueron producidas por Thalberg para la M.G.M.: las extraordinarias “Una noche en la ópera” (1935) y “Un día en las carreras” (1937). Quizá los Marx no llegaban al público femenino, se modificaron los argumentos y los films se convirtieron  en comedias románticas con personajes tiernos que ayudaban a los demás, casi siempre una pareja joven. Desaparecían los anarquistas desinhibidos y destructivos, aunque Groucho siempre tuvo la última palabra y no aceptó todas las exigencias de Thalberg reconociendo que el mítico productor había salvado sus careras.



Aún con canciones y ternura, “Una noche en la ópera” fue otra obra maestra. La de la parte contratante, la del camarote. Sin duda la más popular y exitosa cinta que jamás filmaron los Marx. Al igual que “Sopa de ganso”, me permito recomendar la visión de ambas al menos una vez al año. Nos recordarán que el que no sabe reírse de sí mismo y de la vida es un zombie o un idiota. Fue la apoteosis. “Un día en las carreras” desmereció solo levemente. La prematura muerte de Thalberg (en el cine Robert de Niro en “El último magnate” de Elia Kazan)), fue decisiva en la bajada de calidad de “Una tarde en el circo” (1939), “Los hermanos Marx en el Oeste” (1940) y “Tienda de locos” (1941). De ellas solo pervive imborrable en el recuerdo el tren del Oeste y los gritos de Groucho: “¡más madera, traed madera, es la guerra!”.  El grupo decidió disolverse, incluida Margaret Dumont. Durante este primer retiro Harpo y Chico aparecieron en clubs nocturnos juntos o separados. Groucho se refugió en la radio. Habían ganado mucho dinero pero……



Si se estudian las famosas escenas de diálogo entre Groucho y Chico y el indescriptible vestuario y maquillaje de los tres (incluyendo el arsenal de cachivaches que Harpo escondía bajo su levita), se adquiere inmediata conciencia  de la importancia concedida por Groucho al movimiento. Incluso en una escena estática está moviéndose, y sin embargo todo lo que hace se adecúa a lo que está diciendo y lo refuerza sin impedir su comprensión. Harpo persigue mujeres y utiliza las tijeras con singular virtuosismo. Chico siempre interpreta a un italiano ignorante y confiado, aunque no se priva de engañar al mismísimo Groucho. Las reacciones de Groucho son casi perfectas cuando lo más difícil en una interpretación cinematográfica es, precisamente, saber reaccionar. Groucho publicó su primer libro, “Camas”, en 1930 y siguió escribiendo sintiéndose orgulloso de su producción literaria. En ella se muestra inusualmente galante hacia Margaret Dumont y se excusa de los brutales insultos que dirigía a la paciente dama, a la que dice adorar.



Durante su “primer retiro”, Harpo y Chico continuaron efectuando apariciones personales en teatros, juntos o separados. Groucho tenía su programa de radio en el que, ocasionalmente, colaboraba Chico, que era un jugador empedernido y se arruinó completamente en 1945. Para ayudarle los restantes hermanos accedieron a salir de su retiro y rodar “Una noche en Casablanca” en 1946. El film satirizaba la mítica película de Bogart y Bergman y tuvo mucho éxito, pero los Hermanos Marx volvieron a separarse inmediatamente. Su penúltima reaparición, un año despues, en la mediocre  “Amor en conserva” se recuerda quizá porque en ella también aparecía brevemente Marilyn Monroe. En ninguna de estas dos películas interpretaba Groucho un papel largo. Sí que lo hizo en cintas más bien terribles, como “Don Dólar” (1951) junto a Frank Sinatra y la totalmente “friki” “Copacabana” en la que formaba pareja con la exótica brasileña Carmen Miranda. Finalmente, y en papeles separados y no como Groucho, Chico y Harpo, intervinieron en la superproducción “The story of Mankind” (1957) a la que los críticos, razonablemente, siempre han considerado una de las peores películas de la historia de Hollywood. Me uno a ellos. 



Chico murió en 1961 a los 74 años, Harpo en 1964 a los 75 y Groucho en 1977 a los 86. Harpo jamás pronunció una palabra en público. La pregunta que más se le formulaba era la de: “¿puede hablar, Harpo?, y el de la peluca rizada y rubia siempre respondía lo mismo: “por supuesto que no”.  Otros grupos han intentado interpretar el mismo tipo de películas irreverentes de los Marx, pero ninguno ha demostrado poseer la mínima perta de su vitalidad y estilo.  En la tumba de Groucho figura una lápida que reza: “perdone señora que no me levante”. Hay estudiosos de los Marx que afirman que eso nunca fue cierto. Da igual. Si non e vero e ben trovato. Las últimas líneas que escribió Groucho fueron: “nunca nos peleamos, nadie se llevaba tan bien como nosotros. No ha habido nunca nadie como mis hermanos y yo. Evidentemente tenía razón.

Luis Betrán





jueves, 23 de julio de 2015

CINISMO Y BELLEZA



LOS MERCENARIOS

 


Leo en “El Diario.es” un texto en el que se viene a decir que no existen escritores comprometidos políticamente en la España franquista del P.P. Haberlos, haylos. No hay más que leer el diario neofascista "El País”. Allí, Santos Juliá, Antonio Elorza, Andrés Trapiello, Félix de Azua, Vargas Llosa....bien pagados, supongo, por Prisa o PP-PSOE han escrito monstruosidades sobre Pablo Iglesias. La última, y más exótica, corresponde al ultraderechista Fernando Savater que anota que el líder de Podemos podría ser YIHADISTA. Tambien continuas alabanzas a Rivera y Ciudadanos. Nunca se insulta a Alberto Garzón. Si, al final, se diera la unidad PODEMOS-IU-AHORA EN COMUN, entonces los insultos al joven Garzón serían equiparables a los recibidos por el de la coleta. Tambien en ese inmundo diario, desgraciadamente todavía muy estimado por demasiada gente, se ocultan noticias tales como la intención del PP de primar a las listas más votadas o las actuaciones de Santisteve, alcalde de mi ciudad. Maruja Torres sabe muy bien lo que es "El País". Por eso se largó de tan sucio tinglado. ¿Qué pintan Milás y El Roto?. No parecen muy enamorados del lechón Felipón.

BELLEZA

AVA GARDNER, MI DIOSA DEL CINE





Yo nací el 10 de enero de 1947. No tuve hermanos. Aconteció el suceso en la ciudad de Zaragoza. Tuve la suerte de que a mis padres y a mis primos/as les gustase mucho el cine por lo que pronto me llevaron a ver las películas toleradas para menores. Asimismo me compraba álbumes que llenaba con cromos de grandes estrellas del cine de los 50, la mayoría estadounidenses. Cuando entrabas a una sala de cine, y en Zaragoza en aquella época de postguerra, braseros de cisco, miseria y fastos franquistas, había muchas y entregaban un prospecto los porteros y acomodadores de la película que ibas a ver. Antes de cumplir los 10 años ya tenía una buena colección que mi madre se encargó de tirarla a la basura cuando, debido a la profesión de mi padre, nos vimos obligados a trasladarnos a Girona. Mis padres decían que la actriz más guapa era Ava Gardner, y en lo referente a actores solo opinaba mi madre que se inclinaba por Gregory Peck. Pude ver entonces “Mogambo” y ya me enamoré precozmente de Ava Gardner. Le he sido fiel hasta ahora en que ya me acerco a los 70.

GIRONA/GERONA




Entonces se llamaba Gerona. Una pequeña y muy bella ciudad en la que viví desde los 9 a los 12 años. Recuerdo los nombres de las salas de cine de la ciudad del Ter y el Oñar: Coliseo Imperial, Albéniz, Ultonia, Moderno, Gran Vía y Oriente. Allí vi tantas películas que fue donde me convertí en apasionado cinéfilo. Había una razón: los porteros de las salas dejaban entrar a la gente menuda siempre que fuese acompañada por sus padres y hacían el siguiente comentario: ¡ah, si quieren entrar con el niño, mire su conciencia!. Aunque católicos, mis padres tenían la conciencia lo suficientemente laxa para que les pareciese de perlas el que yo entrase al cine aunque el film no fuese tolerado para menores. Maravilloso, porque vi a una edad temprana películas que, quizás, en otras ciudades me hubiese sido imposible.



Se hablaba mucho de que Ava Gardner estaba rodando en Tossa de Mar (Costa Brava), la película “Pandora y el holandés errante”. Mis padres tenían un singular coche que más bien parecía una furgoneta con paneles de madera laterales en el exterior. Eran conocidas como “rubias”. Desde Gerona a la Costa Brava también se podía ir en un tren de vía estrecha, al que los gerundenses llamaban “el carrilet”. Era incomodísimo y paraba en todas las estaciones habidas y por haber. Así que no contemplamos esa posibilidad y mis padres, un matrimonio amigo y servidor, montamos en la “rubia” y nos fuimos a Tossa de Mar. Yo temblaba, estaba convencido de que iba a ver en carne mortal a Ava Lavinia Gardner.Llegar a Tossa en automóvil suponía una enorme paliza y un cierto riesgo. No había autopista alguna ni carretera con doble carril. Y de Lloret a Tossa había, siempre se comentaba, tantas curvas como días tiene el año: 365. Ni las conté ni me maree, solo pensaba en Ava Gardner. Y llegamos a Tossa. Solo había un hotel, el Rosamar, y una especie de muy bello bar y sala de fiestas que se llamaba “Las cuevas”.




Había que pasar un día entero en Tossa. Un domingo claro, que el lunes había que trabajar y yo ir al colegio de los Hermanos Maristas, sito junto a la catedral. Las informaciones habían sido disparatadas, ya que fuimos a Tossa en 1956 y “Pandora” se había filmado en ¡¡1950!!. Total viaje de ida y vuelta, frustración, llanto inconsolable. No obstante fuimos a “La Cuevas” y le preguntamos al dueño, – su nombre era Pep Casadevall – que recordaba de Ava Gardner y “Pandora”. El hombre nos contó una historia, más o menos creíble, según la cual la belleza de Ava Gardner superaba en la realidad a la ficción, que se había liado con un torero muy malo llamado Mario Cabré (tenía un papel en la película), que Frank Sinatra, casado entonces con Ava, había acudido varias veces a ver si le estaban poniendo la cornamenta pero que nada de violencia o celos. Alcohol en litros. Frankie se sentaba al piano que había en el local, inundaba de flores a su amada y le cantaba con su inigualable voz las más hermosas baladas. El protagonista masculino de “Pandora”, el gran James Mason, nunca fue a “Las Cuevas”. Pep le veía pasear acompañado del director Albert Lewin por las noches y en la playa. Luego se recluía en el hotel Rosamar.

ZARAGOZA




Después de “Pandora” (en Tossa hay todavía una estatua en memoria de Ava Gardner), Ava decidió quedarse a vivir en Madrid. A Franco no le importaban sus escándalos porque era una superestrella y traía divisas, periodistas de medio mundo y…a Frank Sinatra. Habitó en dos pisos distintos, en el segundo de los cuales moraba el exiliado general Perón. En todos sus años españoles, Ava apenas se preocupó en aprender nuestro idioma. Tan solo “pesetas” y todos los tacos. Se ligaba a toreros y a gitanos. Era una mujer completamente libre, adelantada a su tiempo, demócrata, antifascista, de fuerte carácter y muy amiga de sus amigas y amigos. No le importaba el dinero y, como es sabido, bebía toda clase de vinos y licores. Su segundo torero fue Luis Miguel Dominguín, un macho alfa hispánico, al que adoró y fue correspondida mientras la encuernada era Lucía Bosé. Marcos Ordóñez en su estupendo relato “Beberse la vida” – pésimamente llevado al cine por Isaki Lacuesta con el título “La noche que no acaba” – la conoció y la amó y cuenta que cuando estaba muy bebida no tenía inhibición alguna de subirse a la mesa de los tablaos flamencos que frecuentaba, levantarse las faldas y mearse tranquilamente. Una vez el gran crítico teatral – todavía activo en “El País” – le preguntó porque se había casado con un tipo como Sinatra que apenas superaba el 1,50 m,, a lo que Ava respondió: sí, pero los 50 son de pene.


Ava siempre se sorprendía de que en España la acogieran tan bien y le permitieran todo tipo de desmanes. Al fin y al cabo ella era demócrata, librepensadora y nada católica. Cuando se levantaba por las mañanas tras una noche eterna – no precisaba más allá de cuatro horas de sueño, desayunarse con vodka y champagne, ducharse, arreglarse y ya estaba de nuevo radiante de belleza – de vino y rosas, salía a la terraza con su secretaria y gritaba fuertemente ¡¡Perón cabrón!. El supuesto amigo de Franco protestó, pero los ministros del caudillo genocida le aconsejaron que entre Perón y Gardner no hubiera duda posible. Se hizo muy amiga de Hemingway. Ambos amaban “la fiesta” de los toros aunque por distintos motivos. En 1955 vino a Zaragoza a ver una corrida en la que toreaba Dominguín, pero yo estaba a punto de irme a Gerona y era un niño, joder. Se le hicieron unas fotografías maravillosas en blanco y negro que se conservan en un museo de Zaragoza. Volvió en 1959 y yo ya no era tan niño y ya no vivía en Gerona. Se alojó, con Hemingway y Orson Welles, en el Gran Hotel. Un primo mayor que yo tenía una Vespa y fuimos ambos varias veces del Gran Hotel a la Plaza de Toros y viceversa. Ningún éxito. Tampoco conseguí ver a miss Gardner y me resigné de por vida a contemplarla solo en la pantalla. Pese a la sensualidad que desprendían sus movimientos y su humor, nunca Ava me incitó al onanismo. Otras actrices sí, pero ella jamás. Decididamente mi estado mental cuando la contemplaba en la pantalla era el de un perfecto tonto del haba. Actualmente veo cada año cuatro cinco películas de Ava y me sigo quedando pasmado y embobado. Decididamente soy un orate.

AVA GARDNER Y FRANK SINATRA


“La voz” no superó jamás el que Ava le abandonará y permaneció eternamente enamorado de ella hasta que la diosa voló al Olimpo con tan solo 68 años. Cuando se marchó de España para residir en Londres – Ava jamás tuvo especial apego por U.S.A. -, Frankie le proporcionó un suntuoso apartamento y la sufragó todos sus gastos cuando ella se arruinó. Ava siempre le consideró un amigo, tenía todos sus discos y sabía que gozaba de la protección del cantante y actor. Cuando George C. Scott le propinó una paliza en el rodaje de “La Biblia”, Ava, que no estaba por la labor, llamó por tfno. a Frankie y éste le envió unos gorilas que hicieron pagar muy caro el atrevimiento de Scott. Una vez coincidieron en una fiesta organizada por el escritor Truman Capote. Sinatra se había casado con Mia Farow (mucho antes que ésta se enrollase con Woody Allen) que llevaba el pelo cortísimo por el rodaje de “La semila del diablo”, Ava se acercó a la pareja y le dijo a Frankie: “Siempre supe que acabarías casado con un hombre”. La anécdota no es apócrifa, Ava la cuenta en sus memorias y Capote en las suyas.

AVA GARDNER Y JOHN HUSTON



Tennessee Williams que era homosexual, deseaba que en la traslación al cine de su magnífica pieza dramática “Las noche de la iguana”, Ava interpretase el papel de la marchosa Maxine (algo autobiográfico aunque sin toreros ni flamencos). El productor Sam Spiegel y el director John Huston viajaron a Madrid para tratar de convencerla. Huston, el más golfo – se casó cinco veces y se lió con la mayoría de las actrices de sus películas, excepción hecha de Deborah Kerr – y un grandísimo de Holywood. Trataron de seguir el ritmo de Ava y a los dos días Spiegel estaba hospitalizado con estómago destrozado. Huston resistió y se enamoró perdidamente de Ava. No fue correspondido. En su estupendo libro de memorias “An open book”, Huston lo cuenta amargamente: “gitanos, toreros pero nada de Huston”. En compensación se hicieron grandes amigos. Huston la homenajeó en el final de “El juez de la horca” y ella se sentó a su lado en su detestado Hollywood cuando a él le fue otorgado el premio del American Film Institute. Yo vi el acto por televisión ya en color y Ava, madura y vestida de blanco, lucía todavía bellísima. Huston la cuidó y la mimó y extrajo de ella la interpretación de su vida en “La noche de la iguana” (tercera nominación al Oscar fallida tras “Mogambo” y “La condesa descalza”). El film se rodó en la costa mexicana de Mismaloya y Huston, en su vejez, tendría allí su último domicilio en honor a su amiga/amada miss G.

AVA GARDNER: LA ACTRIZ



Ava fue siempre una profesional intachable aunque solo hubiese dormido una hora. Se llevó bien con sus galanes, especialmente con Gregory Peck y tan solo detestó a Charlton Heston un republicano de extrema derecha que difícilmente podía congeniar con Gardner. Hicieron juntos dos malas películas “55 días en Pekín” y “Terremoto”. No dispuso de muchas oportunidades de mostrar que sabía interpretar, tanto en comedia como en drama. Pero cuando las tuvo se reveló como una excelente actriz. En “Mogambo”, “La condesa descalza”, “La hora final”, “Fiesta”, “La noche dela iguana”. Sé que muchos otros cinéfilos encontrarán actrices más hermosas. Yo no y pido disculpas por la extensión de este texto que finalizo con una carta. A mi hay muchas actrices que me parecen bellísimas, pero son mortales y Ava no. Es mi diosa del celuloide.

LA CARTA QUE NUNCA FUE ENVIADA




Ava Lavinia. Hablar de ti, escribir sobre ti, me resulta bastante difícil. Poco objetivo se puede ser cuando redactamos notas, tintamos papeles y llenamos páginas sobre alguien a quién se ama. Me es casi imposible juzgarte como actriz, ya que tu esplendorosa belleza me impide verte en otra dimensión que no sea divina. Porque tú, bellísima Ava Lavinia, has sido una deidad de la pantalla y eres inmortal. Moras en el Olimpo de las luces y las sombras y eres la reina que no permite a nadie acceder a su trono.. Ahora te hallas en el irremediable ocaso, porque tú puedes envejecer pero nunca morir. Detrás de la imagen marchita de un horrible “Terremoto”, aparece la figura deslumbrante de María Vargas, “La condesa descalza”

¡Qué tópico resulta decir que tú siempre has estado por encima de los imbéciles personajes con que la Metro te obsequiaba. Tú no hacías esfuerzo alguno en simular una actriz, cuando encarnabas a las protagonistas de “Venus era mujer”, “El gran pecador”, “Odio y orgullo” o “Estrella del destino”. Para qué. Tu rostro perfecto, tu sensualidad, tu forma de andar, tu mirada, tu increíble cuello que cisne alguno pudo imitar, eran más que suficientes para olvidar las películas y contemplarte como la mujer que ningún pintor pudo retratar. Tú has sido la divina entre las diosas, como diría Homero, la de los níveos brazos, la que no pudo juzgar Paris – ni reproducir Rubens – porque Hera, Afrodita y Atenea eras tú solo y no tres. Había algo, inseguro, frágil aunque inquebrantable. Ese algo que no te hacía tan distantes como aquellas a las que insensatos creyeron tus iguales: Garbo, Dietrich, Tierney, Lamarr, Taylor, Mangano, Félix, Kelly,Novak…….



Oye Ava Lavinia. ¡Qué cantidad de películas malas has hecho y sigues haciendo!. No te tomaste el cine muy en serio porque preferías la vida y la viviste sorbo a sorbo, trago a trago, juerga a juerga. Repaso tu filmografía y llegó a encontrar hasta cinco buenas películas. Tú lo sabías y entonces querías ser una actriz y bien que lo conseguías. Entre tus films brilla siempre esa “condesa descalza” que el maestro Manckiewicz te regaló, una bien triste y certera versión de la Cenicienta en Hollywood. María Vargas d’Amata, gitana madrileña (siempre que se escribe sobre ti. Madrid surge en tus días argénteos) que Joseph L. confesó que no supo dirigirte porque solo podía mirarte. En tu madurez estuviste excelsa en “La hora final”, donde tu talento y el de Stanley Kramer – siempre tan injustamente denostado – vencían a los de Gregory Peck y Fred Astaire y empataba con un Perkins en estado de gracia. Metida en carnes, pero siempre hermosísima, tu enamorado John Huston – al que no le hiciste ni puto caso – te brindó y lloró porque fueses su Maxine de “La noche de la iguana”. Ganaste el premio a la mejor actriz en el Festival de San Sebastián y fuiste nominada al Oscar. No te lo dieron pero la merecías tanto como tu compañera de reparto, la extraordinaria Deborah Kerr. Huston, que te amaba sin ser correspondido, te homenajeó cinco minutos en “El juez de la horca”, y tu bajaste de una vagón de tren llena de clase y mirando irónicamente a la cámara.


Fuiste el lujo de “Mogambo”, un Ford menor pero entretenido y en el que, entre gorila y gorila, te zampaste con incomparable sentido del humor a Clark Gable y Grace Kelly, mientras te cachondeabas de ellos ante la mirada complacida de Ford. Como Gable siempre tuvo unas considerables orejas, tú te acercabas a una jaula enorme en la que había un elefante y decías ¿Dónde habré visto yo esas orejas?. Cuentas en tus memorias como les hiciste imposible la vida en Africa. Clark y Grace vivieron un romance durante el rodaje, sabido que la futura reina de Mónaco era una ninfómana a la que le gustaban los que le doblaban la edad: Wiliam Holden, Gary Cooper, Bing Crosby, Cary Grant, James Stewart…., total que abriste la puerta de la roulotte en la que Gable y Kelly fornicaban desnudos y exclamaste: ¡bah! Si la tiene más pequeña que Frankie. A lo peor por eso no te dieron el Oscar al que fuiste nominada y que, sin duda, merecías. Haciendo de puta buena, había un momento en que confesabas tus muchos pecados. Ahí, una vez más, tu belleza roza lo irreal.



“Las nieves de Kilimanjaro” y “Fiesta” (The sun also rises), resultaron mediocres adaptaciones de dos novelas tampoco muy buenas de Hemingway. En la primera tardabas en salir, pero cuando lo hacías en una cava de jazz de Paris deslumbrabas a Peck y a todos los espectadores, y en la de don Ernesto en San Fermín, lo único que restaba de Hemingway eráis tú (vaya lubricidad cuando observabas al torero Enrique Vera ) y un Errol Flynn genial parodiándose a sí mismo. Y dejo para el final el principio.: “Pandora y el holandés errante” rodada en Tossa de Mar, como en el mito helénico tú, Pandora Reynolds, llevabas a la muerte a un piloto de Fórmula 1 y a un torero. Ambos morían por ti. La película fue una deliciosa extravagancia de Albert Lewin en la que se mezclaban, con fortuna, el mito griego (la primera mujer que, como Eva, trajo todos los males a este perro mundo, joder que asquerosa misoginia la de las religiones) y el germánico del Holandés Errante se unían en perfecta ósmosis gracias a tu arrebatadora belleza juvenil y a la siempre agradecible presencia del gran James Mason.

Aun refulgiste como una gema de infinitas irisaciones en las mestizas de “Magnolia” y “Cruce de destinos”. Y, francamente, querida Ava Lavinia tu decadencia me importó un rábano. Ava, la de los ardientes ojos, ya se despide de ti tu rendido admirador y esclavo.

Agustín Luis
Zaragoza, 12 de agosto de 1977

Ava Lavinia Gardner (Brogden, Carolina del Norte, 24 de diciembre de 1922). Murió en Ciudad de Westminster, Londres, 25 de enero de 1990. Fue enterrada en su ciudad natal. Durante su breve funeral apareció una enorme limusina cargada de coronas de flores. Dentro iba Frank Sinatra.

Zaragoza, 14 de julio de 2015

Luis Betrán

Este texto ha consultado el Diccionario del Cine de ediciones J.C., las memorias de Ava Gardner, “Beberse la vida” de Marcos Ordóñez, el breve artículo de Truman Capote “Ava y Audrey” y el libro de memorias de John Huston “An open book”.