sábado, 30 de octubre de 2010

¡¡¡Ay de mi¡¡¡





"El tabaco es un placer en todos los sentidos: de la vista (es bonito ver bajo el papel de plata los cigarrillos blancos, alineados como para la revista), del olfato, del tacto... Si me vendaran los ojos y me pusieran entre los labios un cigarrillo encendido, me negaría a fumar. Me gusta sentir el paquete en el bolsillo, abrirlo, palpar la consistencia del cigarrillo, notar el roce del papel en los labios, gustar el sabor del tabaco en la lengua, ver brotar la llama, arrimarla, llenarme de calor. Además el tabaco casa admirablemente con el alcohol (si el alcohol es la reina, el tabaco es el rey), es un amable compañero con el que afrontar todos los acontecimientos de una vida. Se enciende un cigarrillo para celebrar una alegría o ahogar una pena. Estando solo o acompañado." (Luis Buñuel, "Mi último suspiro"). Murió a los 83 años de una enfermedad coronaria.





Mi adorado Anton Chejov escribió un corto relato para ser declamado titulado "Sobre el daño que causa el tabaco". Con su refinada ironía el gran escritor ruso, que fumaba como un carretero, se burlaba de aquellos que le tenían miedo a los cigarros de finales del siglo XIX y entones no se trataba de problemas de salud sino de dinero que parece ser que los buenos costaban un pastón.

"De dinero y de bondad, la mitad, de la mitad, de la mitad" (Refrán popular)
"Todo los bueno de la vida sienta mal, engorda y es pecado" (Idem)





Mi sincero homenaje a Don Santiago Carrillo, que con 94 años a sus espaldas y una vida ajetreada, enciende un cigarrillo con la colilla del anterior.

Mi desprecio a los "conversos", aquellos que han fumado más de media vida, lo han dejado, y parece que van a fallecer si están en presencia de un fumador activo.

"Fumar es un placer genial, sensual. Fumando espero al hombre que más quiero...." (Sara Montiel en "El último cuplé", Juan de Orduña, 1954 ) hoy esa escena de aquella infame película de enorme éxito la cortaría la censura "democrática" de un modo u otro).





En la oficina, cuando trabajaba en algo parecido al patio de Monipodio (la D.G.A. continuará), entro un día, me siento en mi mesa y enciendo un cigarrillo (eran épocas permisivas, los putos yanquis no habían dictado órdenes al respecto) y una gentil compañera que estaba en una mesa no contigua a la mía exclama ¡¡¡Luis, por favor apágalo no hay oxigeno!!!, creo que mi respuesta fue la correcta "si no hubiera oxígeno estarías muerta".

No me creo para nada la historieta esa de los "fumadores pasivos" y me parto de risa cuando por la tele dicen: "este año han muerto en España 6000 personas de cáncer de pulmón, de ellos 4123 eran fumadores pasivos". Magnífica estadística propia de magos, nigromantes, adivinos o idiotas. Pienso que sobre todo lo último. Kant decía que "no discutas nunca con idiotas en público, te tomaran por uno de ellos". Y Schopenhauer en "El arte del buen vivir" escribe: "no discutas nunca con un necio, te llevará a su terreno y encima te ganará siempre". Así, que llevo años sin que yo recuerde el más mínimo pleito oral con exfumadores, hipocondríacos, obesesos de la salud (la suya, obvio) y demás patulea. ¿Porqué los Gobiernos no cierran las tabacaleras?, ganan mogollón con los impuestos que pagan los fumadores. Cerdos hipócritas. En el fondo desean que no desapareza esa raza.





Mi largo y prolongado idilio con la planta maldita comenzó en 1960 aprox. a los 13 años y en el Instituto Goya de Zaragoza, en el que cursaba 3º de bachiller. Allí me iniciaron en sabores y olores tan exquisitos como el Peninsulares y los Celtas cortos sin filtro. Mejor no indagar en la nicotina y alquitrán que contenían tan horrendos cigarrillos. Pero uno llegaba a fumarse hasta las "pavas" (colillas) que otros a lo mejor las desdeñaban. Encima de aspirar mierda, cochinos. Al año siguiente fuime a vivir a la noble Osca y a proseguir mis estudios en el Colegio de San Viator, 4º y reválida nada menos. Y descubrí el exótico sabor azucarado del Antillana, compañero y sin embargo amigo durante todo 1961. Hay que aclarar que en casa nuestros vigilantes papás no nos dejaban fumar, por lo que el placer de lo prohibido, como siempre, ayudó no poco a mi entusiasmo por el fumeque.






El inolvidable Antillana se alternaba, cuando no lo encontraba, con el 46, el Rex y hasta el Celtas largo con filtro. Hasta que un buen día vino al mundo el egregio producto de Tabacalera Española: el Ducados. Aquella cajetilla azul y blanca, dura. de cartón (luego ya fue puto plastiquillo) que prometía maravillas sin cuento.  Los Ducados marcaron una época como antes lo habían hecho los Celtas y en la generación de mi padre el Ideales (al que denominaban "caldo"), que tenía el inconveniente que había que liarlo con el indispensable papel Smoking. Con que belleza describe este ritual Miguel Delibes en su preciosa novela "La hoja roja". Alguna vez lo probé y me pareció asqueroso, sobre todo en comparación con el todo blanco y con boquilla Ducados: el rey.





Y ¡¡¡¡bravo¡¡¡. El rubio que era, evidentemente, mucho mejor que aquel infecto negro. Adoré el Chesterfield sin filtro, el Lucky Strike, el Camel (que precioso diseño el de su cajetilla), el LM, el Winston, el Marlboro, el Pall Mall (el largo sin boquilla era de aúpa), el Salem (mentolado, una mariconada para de vez en cuando). La repera. Los clérigos de San Viator habían conseguido a base de misas, rosarios, triduos y hostias (como decían al principio en radio La Habana en el primer año de la Revolución triunfante - cuando Fidel era un dios y no un demonio como ahora - ¡¡¡consuma hostias Plim, contienen más dios!!!) hacer que perdiera la fe y me volviera ateo de por vida, pero tambien fueron días que recuerdo con agrado y conservo amigos de aquél pleistoceno. Y los curas aquellos de zarrapastrosas batas - unos pederastas, otros no - van ligados a los primeros placeres del mocear, el alcohol y el mejor tabaco. No me olvido de aquellos ingleses que colocaban como ninguno: Senior Service, Players, Dunhill, Castan....




No voy a contar la historia de mi vida, que el diablo me lleve. Pero siempre el tabaco estuvo presente en ella. Marcas variadas según las oscilaciones del bolsillo. Y fui feliz, con mi amigo, con mi hermano. Hasta que llegaron los americanos y clamaron Vade Retro Satanás, el tabaco mata. Y los españoles y europeos en general, como buenos súbditos, a obedecer. Entonces llegó lo "light". Me la envainé y a fumar horrorosos cigarrillos que no sabían a casi nada. Me hice mayor, más mayor, muy mayor y para acabarla de joder me puse malito, muy malito. Todos me miraban con buena o mala cara: déjalo de una vez, estás loco. Yo fumaba West extrasuperlight que me dejaba la lengua estropajosa, tenía dolores de cabeza, expectoraciones. Quemaba las sábanas porque siempre me ha encantado leer en la cama acompañado del cigarrillo y un vaso de agua. En una ocasión mi señora de la limpieza - en fabla, mandadera - me gritó: ¡¡¡ te vas a quemar los huevos!!!. Que bruta.





Una amiga me cuenta que en el pasado mes de agosto estuvo en Nueva York y salió a fumarse un cigarrillo a la calle. El portero del hotel en que estaba alojada le pidió que se alejara ¡¡¡1 metro!!!. Estos paranoicos de mierda que con todo su poder en su vida han ganado una guerra (1) y son la metrópoli, y Europa occidental sus colonias. Dentro de nada no se va a poder fumar "in Spain" más que en casita. Y para colmo los doctores, tras insistentes amarillas me han sacado la  tarjeta roja definitiva. Lloro por mi desdicha. ¡Ay de mi!. Como te voy a echar de menos. Yo no he sido amante ni de los puros habanos ni de la pipa, pero el cigarrillo, el inofensivo y querido cigarrillo. Que así se escriba y así se cumpla. Adios para siempre adios. Ni gin-tonics ni ostras. Solo insípidos vegetales. ¿Sobreviviré?.

No obstante en estas líneas grito por última vez: ¡¡¡vivan todos los vicios¡¡¡, ¡¡¡¡abajo la virtud!!!. ¡¡¡muera lo politicamente correcto!!!.


Luis Betrán

1)  Ni la de Corea, ni la de Vietnam, ni la de Irak, ni la de Afganistán. La II Guerra Mundial la ganaron los rusos, no se olvide, y buena tajada que sacó Stalin.

domingo, 24 de octubre de 2010

Dossier Elia Kazan 2



ELIA KAZAN.- EL TRIUNFO DEL DELATOR



"Al este del Edén" (East of eden, 1955) enamoró a toda una generación, en la que me incluyo, cuando fue estrenada. No exactamente James Dean, que tambien, sino la película entera. Adoramos la escena de la noria con Dean y la exquisita y feúcha Julie Harris. Casi lloramos con la secuencia que cierra la película, la muerte del padre encarnado por un un magnífico Raymond Massey. Nos deslumbró la utilización del cinemascope y la fuerza sin desmayo de la narración. Kazan aseguró que James Dean era él mismo "el muchacho que aparecía en la pantalla" aunque luego supimos que las relaciones actor-director no fueron especialmente cordiales. Pero esta hermosa película es inimaginable con otro actor. Nadie como Dean para observar sonriente la progresión y el crecimiento de un campo de lechugas, Kazan solo utilizó, con gran astucia, el último tercio del novelón de un Steinbeck venido a menos. "Al este del Edén" fue además la primera obra del cineasta en color, gran trabajo de Ted Mc Cord. El paso de los años ha dañado algo de lo que amamos; la citada escena de la noria es más cursi que romántica. Ha sido una herida leve y este gran film se incluye para mi entre lo más florido del director.




Lo contrario que "Baby Doll" (1956) y "Un rostro en la multitud" (A face in the crowd, 1957). Dos películas fallidas, histéricas y mediocres. "Baby Doll" parte de un texto insignificante de Tennesee Williams y fía su eficacia al erotismo que pueda destilar Carrol Baker que no es precisamente como para habilitar el morbo y otras cosas que callo por pudor. "Un rostro en la multitud"  es más ambiciosa. De nuevo el profundo sur y un personaje detestable - primera crítica de Kazan al "american way of life" - llamado Lonesome Rhodes que interpreta pésimamente Andy Griffith. El guión de Budd Schulberg resulta exagerado y simplista. Menos mal que frente a la actuación amanerada y neurótica del protagonista, Patricia Neal y Walter Matthau están contenidos y excelentes. El film es grotesco y destila un cinismo sobre la política y los medios de comunicación tan excesivo que carece de credibilidad. Es como si el solitario magistral de Brando y Dean se hubiera vuelto loco con el poder. Kazan se muestra incapaz de insuflar convicción a la negativa visión de América de Schulberg.




El periodo más rico y creativo de Kazan comienza en 1960 con la espléndida "Río salvaje" (Wild river) en la que combina una historia de amor digna de D.W. Griffith con la poesía natural de Robert Flaherty. La película transcurre en Tennessee, durante los años 30, coincidiendo con el famoso proyecto TVA (1) de Roosevelt, y se centra en la relación entre el forastero Montgomery Clift (admirablemente contenido) y la anhelante y vulnerable Lee Remick, que ofrece la mejor interpretación femenina en una película de Kazan desde la Blanche Dubois de Vivien Leigh. A diferencia de sus películas anteriores, "Río salvaje" es serena, nada crispada y melancólica. El director demostraba en ella haber adquirido la etiqueta de maestro, una gran madurez y una autenticidad propia de los grandes artistas.





Sin embargo - y despues de "América, América" - Kazan confiesa a Ciment que prefiere el suntuoso, barroco y extraordinario melodrama que es "Esplendor en la hierba" (Splendor in the grass, 1961), una película llena de ruido y de furia. Una obra de desatado romanticismo y de notable pesimismo sobre los Estados Unidos. Aqui nos situamos en el crack del 29 y el amor imposible entre una deliciosa Nathalie Wood, jovencita de clase media, y un inexpresivo Warren Beatty muchacho sumamente adinerado y dominado por su padre encarnado por Pat Hingle con sobrados medios. La crisis económica llevará a este autoritario caballero al suicidio, tras el abandono de Wood por parte de Beatty y la locura de la chica y el progresivo empobrecimiento del chico. Pero aquí el esquema tradicional se rompe. No habrá futuro para ellos y "aunque nada pueda devolvernos la hora del esplendor en la hierba y de la gloria de la flor, no lloraremos sino que lucharemos por todo aquello que nos fue arrebatado" (versos de Woodsworth que se recitan en la película). Con todos sus excesos, en las antípodas de "Rio salvaje", una bellisima obra..

Volvamos sobre "America, América", la genial obra maestra de Kazan. Se trata de la visión épica de los intentos de un tío suyo por escapar de los turcos y llegar a los Estados Unidos en un trayecto lleno de dolor, pasión e impresionantes imágenes. Esta película es uno de los grandes testimonios que nos ha dejado el  cine sobre el legado personal, moral y cultural de una persona, aunque tambien pueda tomarse como una justificación a un pasado con más sombras que luces en su actuación pública. Como expliqué en un reciente post, no importa nada ante la grandeza de este memorable film.



"El compromiso" (The arrangment,  1969) en la que Kazan vuelve a oficiar de productor, director y guionista seis años despues, debido al fracaso comercial de su obra cumbre, está basada en una novela del propio realizador y es más claramente autobiográfica. En esta película Kazan examina una supuesta crisis personal al alcanzar la mitad de la vida y trata de reconciliarse con sus propios fracasos y limitaciones. Es un film irregular, lastrado por una absurda adscripción a una narrativa muy sesentera que hasta utiliza viñetas dibujadas con onomatopeyas. Puede concedérsele el beneficio de la duda en cuanto a su sinceridad y valentía. Marlon Brando rechazó el papel de Eddie/Evangelos y fue sustituido precipitadamente por un Kirk Douglas nada Actor's Studio (donde Kazan impartió clases de interpretación), y, como siempre, gesticulante, narcisista y pasado de rosca. La película debió ser grande y devino leve y débil. Una pena. La crítica le fue favorable, la taquilla no.


















Kazan estaba desaparecido del mapa, en principio, y entregado a la escritura en la que obtuvo el éxito de su interesante novela "Los asesinos". Por ello sorprendió en el Festival de Cannes la presencia, fuera de concurso, de "Los visitantes" (The visitors, 1972), con guión de su hijo Chris y filmada en el domicilio de Elia. Un film casero que retrataba con vigor y veracidad las consecuencias de la guerra de Vietnam en aquellos soldados profesionales que lucharon y perdieron. Una película dura a la que nunca se le concedió el beneplácito que merecía. Un film realmente izquierdista, casi una canción de protesta a lo Bob Dylan, Woody Guthrie o Pete Seeger, cargada de violencia. Justamente lo opuesto a la superproducción "El último magnate" (The last Tycoon, 1976), adaptación de la inacabada novela de Scott Fitzgerald dedicada a Irving Thalberg. Con un reparto cuajado de estrellas: De Niro, Nicholson, Curtis, Moreau, Mitchum....la película fue un batacazo tremendo en lo económico y puso punto final a la filmografía de Elia Kazan. Merece revisarse; aunque lejos del vigor de antaño es una obra no exenta de interés ni de calidad.


 


El 21 de Marzo de 1999, Elia Kazan recogió el Oscar Honorífico a toda su carrera. Sin embargo, y al contrario de lo que suele suceder en estas ocasiones, en las que todo el mundo se pone de pie y ovaciona al homenajeado, algunos de los asistentes se quedaron sentados en sus butacas y con los brazos significativamente cruzados. Entre ellos Jack Nicholson que no había desdeñado actuar en "The last Tycoon". Aquella noche mucha gente decidió olvidar, injustamente, que Elia Kazan fue uno de los narradores con más talento que ha dado la industria del cine, un innovador a la hora de enfocar el trabajo con los actores y un creador artístico incansable que también destacó en el teatro y la literatura. Si su actuación como delator de antiguos compañeros del Partido Comunista Americano resulta injustificable, también lo es el que no se reivindique de una vez por todas su envidiable filmografía.  Martin Scorsese, admirador fiel del gran cineasta le entregó el Academy Award y en el pasado Festival de Venecia 2010  rindió tributo " al que ha sido uno de los artistas que más me ha influido a la hora de hacer mis propias obras", presentando fuera de concurso un film que versa y trata sobre la cuestionada moralmente figura de Elia Kazan.  Que no cinematográficamente.


Luis Betrán

1) Tennesee Valley Authority. Creación de pantanos en ese estado para un más racional aprovechamiento de sus aguas.

sábado, 23 de octubre de 2010

Dossier Elia Kazan 1





En 2009 se cumplió el centenario del nacimiento de Elia Kazan. Pasó desapercibido, entre otras cosas porque no parece que la figura de este controvertido cineasta interese demasiado a quién no pertenezca a la tribu cinéfila o haya rebasado al menos la cuarentena. La Filmoteca de Zaragoza ha proyectado durante este mes de octubre un ciclo dedicado a Kazan. En el último post de vergerus se hacía un comentario sobre su obra maestra "América, América". Razones, más o menos suficientes, para dedicarle un dossier en dos partes.

"Considero las películas como una forma de autoexpresión, como medio de decir lo que pienso y siento. Para gritar mis dolores, para cantar mis alegrías, para dar rienda suelta a la ira, los anhelos y emociones de mi vida" (Elia Kazan)


ELIA KAZAN.- LA MEMORIA DEL DELATOR




Elia Kazanjoglou nació en Estambul el 7 de septiembre de 1909. Emigró a los Estados Unidos cuando tenía solo cuatro años, y tanto él como su nombre sufrieron un proceso de americanización. De hecho, los modelos de Kazan (siempre consideró a John Ford como su ídolo) y sus valores le convierten en un director inequívocamente americano y quizás ningún otro cineasta  ha mostrado mayor reverencia hacia las características y particularidades de su país de adopción sin renunciar por ello a la crítica. El origen étnico de Kazan (armenio) y el trauma que a un niño puede representar el abandono de su Turquía natal parecen haberle convertido en particularmente sensible hacia los problemas de su sociedad adoptiva y a los grupos e individuos marginados y desplazados. Las tensiones entre sus puntos de vista esencialmente izquierdistas y sus aspiraciones a la respetabilidad y el status social han contribuido asimismo a enriquecer su obra. Pero la gratitud de Kazan por la movilidad social de USA (parte esencial del llamado "Sueño americano") estuvo en conflicto con su conciencia de que no funciona para todo el mundo ni en todos los casos.


 
















Los dos primeros cortos en los que participó, "Pie in the sky" y "People of teh Cumberland" (1934 y 1937), fueron trabajos de equipo que según Kazan (nunca los ví) reflejan más el fermento intelectual  de los 30 que sus propios puntos de vista personales. Durante este periodo fue miembro de Group Theatre dirigido por Lee Strasberg. Fue actor  y luego director y en sus inicios en Hollywood trabajó como intérprete (malísimo, por cierto) en dos películas de Anatole Litvak no muy relevantes (City for conquest, Blues in the night, 1940). En 1945 se paso a la dirección  en la Fox donde debutó con el mediocre folletín "Lazos humanos" (A trree growns in Brooklyn, 1945). De todo este período, y pese a obtener el Oscar a la mejor película y al mejor director por "La barrera invisible" (Gentlemen's agreement, 1947)), Kazan echa pestes en en su larga entrevista con Michel Ciment (1), manifiesta su odio hacia "Pinky" (1949), "Mar de hierba" (Sea of grass, 1947, su peor película probablemente) y el oscarizado film (cebándose en la nulidad actoral de Gregory Peck) y solo salva en parte "El justiciero" (Boomerang, 1946) por la libertad que le dio Louis de Rochemont (productor muy responsable de la llamada "era del director" en la Fox) y "Panico en las calles " (Panic in teh streets, 1950), una muestra de cine negro con unos escenarios perfectamente elegidos  y momentos de lo que Kazan entendía por "auténtico cine". Tiene toda la razón en sus palabras, se trata de las dos únicas películas estimables.  Tambien en la extrema ridiculez de "Pinky" (chica blanca que es negra, toma ya) un proyecto pensado para su amado John Ford que el gran clásico del mejor cine americano abandonó en cuanto pudo.





La obra teatral de Tennesee Williams "Un tranvía llamado deseo" (A streetcar named desire) es una de las mejores escritas por el célebre dramaturgo (si no la mejor). Kazan la dirigió en teatro y luego la llevó al cine en 1951 con un reparto inigualable (Vivien Leigh - su segundo oscar tras Scarlett O'Hara -, Marlon Brando, Karl Malden y Kim Hunter todos ellos magníficos, con mención sobresaliente para Leigh y Brando). Por primera vez el cineasta armenio-turco-estadounidense consiguió una gran película insoslayable, una sapientísima mezcla de teatro y cine con regustos histéricos y barrocos. Un film muy personal que resiste el paso del tiempo sin una sola arruga y en el que Kazan encuentra ya su definitivo estilo cinematográfico que reaparecerá en obras posteriores. El director por entonces ya había renunciado  a su anterior militancia militancia en el Partido Comunista Americano, aduciendo "que no sentía libre ni estaba dispuesto a aceptar directrices provenientes de la U.R.S.S.". Se le puede creer o no. Lo cierto es que el éxito del tranvía de Nueva Orleans, con Blanche  Dubois y Stanley Kowalski de pasajeros,  le había ubicado en un lugar de privilegio en Hollywood. Lo peor aún estaba por venir.






Elia Kazan allana el camino con la reaccionaria "¡¡Viva Zapata!!, con guión de John Steinbeck. El Premio Nobel estaba ya muy lejos de "Las uvas de la ira" y ejerció un didactismo según el cual todas las revoluciones son traicionadas y el mismo revolucionario puede perder su condición de tal en cuanto toca poder. Tema que no deja de ser de permanente actualidad y que la historia ha ilustrado con abundantes ejemplos. Pero ideológicamente tanto el guión de Steinbeck como la película de Kazan hunden sus raices en la América conservadora. Brando mantiene su magnetismo en un papel que no le va en absoluto y Anthony Quinn (actor habitualmente execrable) recibió un oscar de regalo. Tan solo Jean Peters, siempre minusvalorada, lleva a cabo una composición sentida y notable. Es un film ambiguo, con secuencias antológicas como aquella en que cuando Zapata es detenido los campesinos se le van uniendo poco a poco y un final maravillosamente planificado, con el símbolo del caballo tomado de Eisenstein al que la obra  algo debe estéticamente. Aquí si que el tiempo ha dejado cicatrices.




Para despejar de una vez todo tipo de dudas, a la notable "Zapata" siguió el panfleto anticomunista "Fugitivos del terror rojo" (Man on a tightrope, 1953). "Un tropezón en mi carrera y una mala película a causa de su guión", confiesa Kazan que no hace ni la más mínima alusión al contenido político del film. A continuación vinieron sus sonadas declaraciones ante el Comité de Actividades Antiamericanas, en donde denunció a viejos camaradas y a otros colegas del oficio que sufrieron, algunos por no poco tiempo, las consecuencias de su actitud. Kazan careció de escrúpulo alguno - nunca se arrepintió . con tal de mantener su statu quo de gran director plenamente consagrado y aplaudido. No por aquella tontería que dijo Orson Welles de que muchos delataron con tal de salvar sus piscinas.





La historia de "La ley del silencio" (On the waterfront, 1954) roza el surrealismo. El dramaturgo e intelectual de izquierdas Arthur Miller había sido muy amigo de Kazan. En la década de 1950 fue víctima de la caza de brujas. Acusado de simpatías comunistas por el cineasta, rehusó revelar los nombres de los componentes de un círculo literario sospechoso de tener vínculos con el Partido Comunista ante la Comisión de Actividades Antiamericanas en 1956, acogiéndose a la protección constitucional. A pesar de las presiones que sufrió (le fue retirado el pasaporte, no pudiendo viajar a Bruselas para asistir al estreno de una de sus obras), Miller no dio ningún nombre, declarando que, aunque había asistido a reuniones en 1947 y firmado algunos manifiestos, no era comunista. En mayo de 1957 se le declaró culpable de desacato al Congreso por haberse negado a revelar nombres de supuestos comunistas. Sin embargo, en agosto de 1958, el Tribunal de Apelación de los Estados Unidos anuló la sentencia, de forma que no tiene que ingresar en la cárcel. La atmósfera de aquel tiempo se plasmó en "Las brujas de Salem" (The crucible).





"
La ley del silencio" obtuvo varios oscars (actor y director entre otros) y contiene una memorable interpretación de Marlon Brando. Es una muy buena película que consagró definitivamente el mito Brando.....y un alegato en favor del delator. Miller le retiró la palabra a Kazan y le contestó con su drama "Panorama desde el puente" (2) en el que la acción más vil que un hombre puede realizar es.....la delación.  Lo curioso del asunto es que el enfado les duró muy poco tiempo a ambos y el cineasta volvió a dirigir en los escenarios obras del autor de "La muerte de un viajante". Pelillos a la mar.

Y aquí termina la primera parte de este dossier. El mejor Kazan estaba por llegar y, cosas de la vida, la izquierda europea (la americana había dejado de existir prácticamente trás Mac Carthy y sus secuaces, Parnell Thomas y Nixon como temibles inquisidores). La delación quedaba atrás, aunque muchísimos años despues se comprobaría que no se había olvidado.


Luis Betrán

1) Estos textos no estan extraídos pero si han consultado el libro de Michel Ciment (redactor primero y director actual de la revista cinematográfica "Positif" ,escorada desde siempre a la izquierda en claro contraste con "Cahiers du Cinema") "Conversaciones con Elia Kazan", una larguísima entrevista de más de 300 páginas. Ciment, el escritor en cuestiones de cine que más respeto junto a Jonathan Rosenbaum, es asimismo responsable de la programación cinematográfica de la cadena Arte y pertenece a la Fundación Murnau y otras organizaciones dedicadas a la búsqueda y restauración de films del período mudo. 


2) "Panorama desde el puente" (A view from the bridge), fue llevada al cine por Sidney Lumet en 1961 con un reparto demencial encabezado por Raf Vallone. Fue/es una mala película. De "Las brujas de Salem" solo destacaría el film francés, tambien de 1961, dirigido por Raymond Rouleau y protagonizado por la pareja Montand-Signoret. De los más recientes mejor olvidarse.



lunes, 18 de octubre de 2010

Memoria de 1.965 ( I )


Continuo en plan antiguo, pero si quiero llegar a 2010 ya me dirán......Con 18 años, en 1965.







LAS DIEZ MEJORES PELÍCULAS ESTRENADAS EN ZARAGOZA EN 1965


1)   CAMPANADAS A MEDIANOCHE (Tambien "Chimes et midnight), de Orson Welles

2)   AMÉRICA AMÉRICA, de Elia Kazan

3)   LA NOCHE (La notte), de Michelangelo Antonioni

4)   EL EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO (Il vangelo secondo Mateo), de Pier Paolo Pasolini

5)   JUDEX, de Georges Franju

6)   TELÉFONO ROJO, VOLAMOS HACIA MOSCU (Dr. Strangelove or....), de Stanley Kubrick

7)   EL MILAGRO DE ANA SULLIVAN, (The miracle worker), de Arthur Penn

8)   EL CRIMINAL (The criminal, de Joseph Losey)

9)   DUELO EN LA ALTA SIERRA (Ride the high country), de Sam Peckinpah

10) SIETE DÍAS DE MAYO (Seven days of may), de John Frankenheimer







LUISES DE 1965

Mejor película:                                   Campanadas a medianoche, de Orson Welles

Mejor director:                                   Orson Welles (Campanadas a medianoche)

Mejor actor:                                       Marcello Mastroianni (La noche)

Mejor actriz:                                       Anne Bancroft (El milagro de Ana Sullivan)

Mejor guión:                                       Elia Kazan (América, América)

Mejor banda sonora:                          Manos Hadjijakis (América, América)

Mejor película española:                     La tía Tula, de Miguel Picazo

El petardo del año:                             Este perro mundo (Mondo cane), de Gualterio Jacopetti



Al igual que en la memoria de 1964, se da la circunstancia de que ya existe un post en vergerus de la maravillosa "Campanadas a medianoche"·. Así que pasamos a la segunda, que comparte con el film de Welles el rango supremo de la obra maestra. Y a modo de curiosidad no hay que olvidar que el estreno mundial de "Campanadas a medianoche" - sin asistencia de Orson Welles, ni Emiliano Piedra (productor, es una película española), ni nadie del equipo técnico y artístico, ni alfombra roja - fue .......en Zaragoza, exactamente en el desaparecido Coliseo Equitativa.







AMERICA, AMERICA, de Elia Kazan (1963)

"Las historias que más tiempo han permanecido en mi memoria se remontan a cuando tenía 5 años: son aquellas que me contaba mi abuelo sobre las matanzas en Asia Menor (1), y han sobrevivido hasta que hice "América, América", a los 55 años. Yo siempre había querido contar de que forma mi familia había venido hasta aquí y comencé por la historia de otro, Stavros/Joe Kazanjouglos, para poco a poco acabar con mi propia historia. "América, América" estaba muy cerca de mi en muchas cosas. Era un tema sacado de mi propia vida. Yo me acercaba de puntillas, hasta verdaderamente decir: es de mi de quién hablo. Los acontecimientos esenciales de esta historia son verdaderos, creo que es mi mejor película".

(Elia Kazan, entrevistado por Michel Ciment, director de "Positif")

1) Obviamente se refiere al genocidio perpetrado por los turcos sobre los armenios.







"América, América" se abre con la voz en off del propio director presentándose a si mismo: "Mi nombre es Elia Kazan". Dato este que ya marcará el resto de la película en el sentido de que lo que se nos va a contar a lo largo de dos horas y media va a ser una confesión íntima del cineasta armenio/americano. Sus orígenes, la atroz miseria de de su tierra natal tras el genocidio turco y la emigración de su tío Joe Kazan a la anhelada América, tierra de promisión. El joven Stavros Topouzoglu, a su vez alter ego del realizador, llegará a su idealizado paraíso en un itinerario jalonado por penalidades, engaños, matrimonio de conveniencia y, finalmente, sacrificio de un amigo tuberculoso. Una vez en América se empleará como limpiabotas y comenzará a ahorrar dólares para ir trayendo poco a poco al resto de sus parientes. Así fue, según afirma Kazan, la manera como varios miembros de su familia (su padre y él mismo) consiguió llegar a Estados Unidos y afincarse definitivamente. Para creerle es necesario prescindir de los episodios melodramáticos que abundan en la cinta.








"América, América", el film más personal y sentido de Elia Kazan, tiene una fácil lectura. Terminada su serie de brillantes melodramas que culminaron en las espléndidas "Río salvaje" (Wild river,  1960) y "Esplendor en la hierba" (Splendor in the grass, 1961), el cineasta arriesga en una película larga, en blanco y negro, sin estrellas conocidas, su mayor empresa creativa. El resultado fue/es su obra maestra y, como era de esperar, un fracaso comercial que le dejó en el dique seco durante 6 años. El film ganó la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián (acaso el más justo y brillante galardón jamás concedido en el certamen donostiarra), pero eso para nada influyó en las plateas occidentales, incluida la española.





Acosado, insultado, vituperado siempre por su vergonzosa delación ante el Comité de Actividades Antiamericanas, Kazan va a explicarse en tanto que autor total (productor-director-guionista-escritor) en el díptico integrado por esta genial película y la mucho menos conseguida "El compromiso" (The arrangment, 1969) basadas en sendos libros suyos publicados con anterioridad. Pero si "América, América" se asemeja a una confesión religiosa, a un acto de fe, "El compromiso" refleja un desencanto ante una sociedad, la americana de finales de los 60, competitiva y obsesionada únicamente por el dinero. Aunque realizadas con una distancia temporal de seis años, estas dos obras son indisociables aún con una brutal diferencia de calidad. Nunca se podrá entender "El compromiso" sin su glorioso antecedente. El protagonista Eddie/Evangelos (Kirk Douglas) no es otro que el hijo de Stavros (Stathis Giallelis).






"América, América" una expiación. No lo creo porque Kazan jamás expresó palabra alguna de arrepentimiento por su sonada delación. A lo más que llegó fue a contarle a Michel Ciment que "tenía sobre ese acto "sentimientos opuestos". Los Estados Unidos, cuyo suelo besa Stavros al desembarcar está lejos de ser la Amérika de la contracultura y del "aullido" de Ginsberg, sino el país de la opulencia, las oportunidades y la libertad, en el que todo el mundo tiene trabajo y no sufrirá represiones. Para llegar allí Stavros ha padecido un calvario lleno de acentos desgarradores y desmesurado patetismo. En obras anteriores, "Un rostro en la multitud" (A face in the crowd, 1957, "Río salvaje", "Esplendor en la hierba"), el cineasta ya había cuestionado determinados aspectos de la sociedad capitalista USA. El terreno estaba sembrado y el caldo de cultivo se nutría del progresismo mostrado en estas películas. "América, América" será testimonio de las heridas "sufridas" por su autor. Kazan no es sincero (nunca lo fue ni cuando militó en el Partido Comunista) y si alguién creyó leer la película como una justificación erró el tiro. Que Elia Kazan había sido un traidor ya lo sabíamos. Que era un gran realizador tambien.





Pero si aplicamos una suerte de homérica odisea el film es apasionante y extraordinario. La cumbre absoluta de la irregular filmografía kazaniana. "América, América" es un vasto poema épico-lírico que consigue conmovernos. Las andanzas, calamidades y picardías del joven Stavros están narradas tan maravillosamente, son tan pródigas en secuencias perturbadoras - la represión de los turcos en la aldea armenia, todas las escenas del barco, la inmolación cristiana de Joannes, la llegada a la tierra soñada e inalcanzable - que uno no puede sustraerse a la sensación de que está contemplando la creación suprema de un imponente artista. "América, "América" con su riquísima galería de personajes, su calculadísimo guión. su cautivadora banda sonora (gran trabajo de Manos Hadjijakis), su precisa dirección de actores y Stathis Giallelis ,de muy limitados recursos expresivos, (lejos de Brando o Dean) da el tipo físico exigido. Y cuando las imágenes, el conjunto de una película nos sacuden de tal modo es porque nos hallamos ante aquello que demandaba Ibsen para la obra maestra, para la belleza: "una gran historia contada de la mejor forma posible". "América, América" podrá ser falaz y autocomplaciente. De verdad; ¿importa algo?, ¿Es una caso aislado en la Historia del Arte?. No.


Luis Betrán


Texto escrito, y puesto al día con las correcciones pertinentes, el 11 de noviembre de 1977


sábado, 16 de octubre de 2010

Radioroad








RADIOROAD, by lucky


Fijaros como anda de neuronas el lb que hasta utiliza anglicismos para el título de este post y es que me ha pedido que cuente yo sus últimas andanzas en lo que se refiere a su proclamado linfoma e insisto que mientras esté malito no me voy a meter con él que bastante lloricas y quejicas es como bien se lo recuerda algún compi que yo me se al grano ahora anda con la radioterapia que al infeliz se la han colocado en






quirónlafloresta a la estupenda hora de las 15,30 así que comemos poco y mal porque el tío cocinando da asco tomamos el coche y empiezan las desventuras porque el marrano ese del  juanitotranvias convierte el itinerario en una carrera de obstáculos por ejemplo cuacuacua en la avenidagoya hay unas obras del recopón  no se para que huevos pero sirven para que los vehículos tengan que ir en fila india durante unos 20 minutos más allá hay otras justo al lado del clínico y han habilitado un camino de cabras que pone urgencias lb y yo que como bien sabéis me inventó un genio como el Beckett y no un imbécil como el Nolan cristoforo








otra vez un solo carril en gómezlaguna y los dos meditamos yo más que a si un tipo o tipa infartado y en ambulancia tiene que llegar a cualquiera de los hospitales zaragozanos incluido el servet se muere antes asunto que a  juanitotranvías le importa un carajo que él está para recaudar y nada más pero somos muy educados y correspondemos gentilmente y a nosotros dos nos pasa lo mismo con el tránsito al tártaro de juanitotranvías que deseamos suceda lo antes posible por el bien de la ciudad en la que moramos mira que somos bestias pero ni crisantemos venga es broma (?)............






no  decimos tanto de su señora la maricrú que es tan fea como su marido y va por ahí con minifalda luciendo adiposas patas que son un antídoto para la lujuria no obstante no se porque pero debe ser yo creo que las lenguas de mas de media capital dicen que el chollo ese antediluviano y ridiculo del inabarcable carrilbici es cosa de ella joder de dios que pareja lb y servidor que solo creemos en los dioses del olimpo rogamos a Zeus que vaya dando órdenes a su hermano Hades para que proceda con puesto de honor para juanitotranvias ese al que los enfermos de su circunscripción municipal no le quitan el sueño precisamente si es que puede dormir tipejo tan malo y malcarado que seguro que si porque cuanto más bordes mejor soban en la almohada y conseguido el objetivo de llegar a lafloresta de los reverendos hete aquí que hay aparcamientos mil que bonito y sin guardesas para poner multas que es para lo que sirven los cinturones de castidad y los grandes puentes en los que hay radares mil porque no se puede circular sin rebasar los 50 kms por hora dado que juanitotranvías necesita pasta gansa me paice pa su bolsillo y el de maricrú que para pagar las tremebundas deudas del ayuntamiento ya estamos los contribuyentes bueno yo no jajajejejicuacua







dado que no existo físicamente ni soy el puto origen de nada ya estamos ya el lb pa que le radien yo para alcahuetear hay una salita de espera muy mona siempre llena con gentes del todo Aragón de la seguridad social y hasta de las/los que se arrean lingotazos de las  pilas de aguabendita y te lo pasas bomba se conocen ya y charran entre ellos salvo my boss y un señorito de poco más de treinta años y puedes contemplar escenas tan cachondas como tres marujonas mayores que se intercambian estampitas de santos y vírgenes de sus respectivos pueblos discutiendo sobre cual es más o menos milagrero/a de olecojón de mico tíos como en los 50 o en alguna peli del Bardem o el Berlanga otra dama algo bruta le espeta al lb y tu maño que cáncer tienes y responde linfoma vaya hombre de eso se murió el año pasado un sobrino mío simpática la émula de espevipeaguirre







y tia flaca con marido con cara de vaya coñazo que se priva cuando la llama la enfermera y cuando retorna tras recibir el rayo de la muerte jejecuacua y luego de una hora entramos nos como habla el chuletilla barriobajero ese de las motoretas el  jorgelorenzo al que no trago ni tampoco al espantajo pantoja que es una choriza y un atroz recuerdo de los esperpentos canoros del franquismo el raphael la faraona eljulioiglesias y nos cuentan que el otro compadre de juanito ha dicho en la radio que le importan un pito







las elecciones de la autonomierda que él va a estar en el gobierno sea con quién sea coño que jeta mas que un elefante con paperas y me da en el magín que al lb le han sacado la tarjeta roja con el fumeque asi que a ver si tiene narices que no no y no si lo sabré yo y aclaradas las informaciones del bellochausen y el bielchuchuchaufherr yo ya voy y me despido recordando que aunque el lb tenga que pagarle al caronte para cruzar la estigia me la suda porque ya he caído en la cuenta que es un puto mortal y yo no que soy un inmortal parido por el Beckett en 1951 que era y es eterno y ahí va ahí va los catalufos y su lío de los toros y los correbuses non fotem nois que en que quedamos bueno los citados cornúpetas no me gustan mas que en estofado pero eso de que la fiesta es un arte anda ya angelessinde que si de cine eres analfabeta de cultura que te voy a decir y conste que todos estos cotilleos son cosa de lb que es el reporter tribulete que en todas partes se mete  y se lo han soplado por el interné jajajejecuacua.


Lucky

Luis Betrán

martes, 12 de octubre de 2010

La Stupenda




 
Mientras continuaba sus peleas con la gran  Renata Tebaldi (1), La DIVINA MARIA CALLAS se encontró con otra gran rival como estilista del bel canto: JOAN SUTHERLAND. Callas, que actualizó una tradición adocenada , poseía estilo, dramatismo y musicalidad. Pero Sutherland poseía la voz; sonora, dorada, radiante. Otra vez el mundo de la ópera se dividió en dos bandos. Los admiradores de la australiana señalaban que no habían conocido una voz igual en décadas, una soprano que podía cantar la Reina de la Noche o Constanza (La flauta mágica y El rapto del serrallo, W.A. Mozart) en una función  y Norma (V. Bellini) o Lucía di Lamermoor (G. Donizetti) en los días subsiguientes. Y era verdad: no la habían escuchado. Era una voz de volumen casi wagneriano que podía realizar las proezas de coloratura más exigentes. Callas tenía una buena opinión de Sutherland. Asi que en una ocasión le dijo a Walter Legge, el mítico productor de EMI y esposo de Elizabeth Schwarzkopff (2), "Hará una gran carrera, aunque solo nosotros sabemos cuanto mejor soy yo". En efecto: María Callas fue/es, en mi opinión, la mayor cantante operística de todo el siglo pasado, la que entendió - o se lo enseñó Visconti - que la ópera es teatro cantado. Joan Sutherland se mantuvo en el sitial de las superdivas durante casi 30 años  y la llamaron LA STUPENDA. A renglón seguido, en el Metropolitan de Nueva York , surgiría otra voz maravillosa, cercana en timbre a Tebaldi, que ni era una trágica ni una maestra de la coloratura. Montserrat Caballé. La llamaron LA SUPERBA. Joan Sutherland falleció ayer en Suiza,  día 11 de octubre de 2010. Había nacido en Sidney (Australia) el 7 de noviembre de 1926. Tenía, por tanto, 83 años. Los operófilos de todo el mundo estamos de luto. Los cinéfilos tambien: en pocos días han muerto Claude Chabrol, Arthur Penn, Tony Curtis, Gloria Stuart, Roy Ward Baker y hoy el magnífico característico del cine español Manuel Aleixandre. Vaya entrada de otoño.








Georg Friedrich Händel fue quien convirtió a la soprano Joan Alston Sutherland en La Stupenda en 1960. Fue bajarse del escenario de la Fenice de Venecia después de haber cantado Alcina, la genial ópera del  fabuloso compositor alemán nacionalizado inglés, y pasar a ocupar uno de los espacios más destacados en el firmamento de las grandes divas. Existe una grabación, junto a Teresa Berganza, que sigue siendo referencia a pesar de no ser una versión historicista, de esas que hoy se consideran las únicas válidas en el repertorio barroco e incluso en Mozart. Naturalmente, discrepo.


Sutherland era una mujer de aspecto enorme, decididamente poco agraciada en su extraño rostro y que se concentró siempre en el vocalismo - como Caballé -, no porque fuera insensible musicalmente sino acaso porque el esfuerzo que le exigía la emisión incesante de diferentes tonalidades provocaba una dicción descuidada. A veces, su italiano o su francés resulta totalmente ininteligible. Fue menos en los últimos años de su larga carrera en los que aprendió a actuar, una pésima actriz. Una estatua cantante. Se casó con el director de orquesta Richard Bonynge que fue quién la dirigió en la mayoría de sus representaciones o de sus grabaciones discográficas, casi siempre con Decca. Aunque tambien la dirigieron los grandes sir John Barbirollu y Erich Kleiber y los muy notables directores de foso Tullio Serafin, Vittorio Ciu, Antonino Votto, John Pritchard, Nello Santi.....Acaso el punto de inflexión de su carrera fue la "Lucía de Lamermoor" que cantó en el Covent Garden de Londres en 1959 con dirección escénica de Franco Zefirelli. Sería, junto a Norma, su papel más demandado que interpretó por última vez en el Liceo de Barcelona junto a Alfredo Kraus (inmejorable Edgardo) en 1988. Poseo el DVD correspondiente y lo conservo como oro en paño. Las interminables ovaciones se adornan con una lluvia de papeles en los que está escrito: Sutherland-Kraus, los monarcas de la ópera.








Sin embargo su partenaire más habitual fue el inolvidable Luciano Pavarotti que la adoraba ya que había sido decisiva en el impulso de su carrera. Tambien conservo grabada su retirada en 1990, que tuvo lugar (como no) en la Opera de Sidney haciendo el rol breve pero intensísimo de Marguerite de Valois en "Los hugonotes" de Meyerbeer. Australia se volcó y de que manera. Sus anodinos compañeros de reparto apenas saludaron, pero ello salió la última y vestida con un bellísimo traje de gala. Como los aplausos - el público en pie - no terminaban nunca, cantó "Home sweet home" y en las ciudades de Sidney, Melbourne y Camberra (capital administrativa de Australia) los cielos se llenaron de fuegos artificiales en su honor.


Hoy nada de esto sería posible. La gran época de las divas terminó hace años. Hoy se vive la dictadura de los registas escénicos, capaces de montar "Rigoletto" en los años veinte del siglo pasado, en plena Ley Seca y en Chicago. O sacar a los personajes sentados en tazas de retretes como hizo el temible Calixto Bieito en el tambien verdiano "Un ballo in maschera". No obstante; los mayores desmanes se cometen con las óperas barrocas, y de forma especial con las de Haendel que conocen un revival extraordinario. Ver a señores y señoras con americanas o minifaldas cantando los amores de Julio César con Cleopatra resulta particularmente ridículo. Pero parece que no hay nada que hacer. Lo mismo que con los dichosos "instrumentos de época". Una pena. Antes la ópera era mucho más divertida. Y creíble, lo que es asunto bien dificil.








Los mejores roles de Sutherland fueron, además de Lucia di Lammermoor, las mencionadas La Reina de la Noche, Constanze y Donna Anna (Don Giovanni, W.A. Mozart) Amina en (La sonnambula, Bellini), y Elvira (I Puritani, Bellini)), Semiramide (Rossini), Marguerite de Valois (Les Huguenots, Meyerbeer), Lakmé (Delibes), Alcina y Cleopatra (Giulio Cesare, Haendel) y Norma. Es admirada particularmente su interpretación de Marie, la soldado tamborilera en La Fille du Regiment (Donizetti). Durante los últimos años de su carrera, personifica los cuatro papeles de Los Cuentos de Hoffmann, Offenbach), Lucrezia Borgia y Anna Bolena (Donizetti), Esclarmonde (ópera olvidada de Massenet que la diva y Bonynge rescataron y que le pertenece a ella y solo a ella). Tan solo me resulta excepcional en Offenbach y Massenet


No me convence ni su Violetta en la "La traviata" (no hay dramatismo alguno y eso es imperdonable en esta ópera), ni su Margarita en el "Fausto" de Gounod cantado mecánicamente y con peregrina dicción francesa (a años luz de Victoria de los Angeles). Es excelente en lo vocal su Gilda de "Rigoletto", pero plana su Leonora de "Il trovatore". Ni Verdi ni Puccini se le dieron bien. No cantó nunca en teatro la princesa "Turandot" del segundo, más su grabación discográfica junto a unos compañeros de lujo como Pavarotti, Caballé, Ghiaurov y hasta Peter Pears bajo la dirección de Zubin Metha ,es un dislate en lo que a ella se refiere. Aquí es nuestra querida Montse la que se lleva el gato al agua en una maravillosa personificación de la esclava Liú. Y Pavarotti en su "Nessun dorma", faltaría más. Hoy algunos de los roles en que sentó cátedra Sutherland, los canta Nathalie Dessay que tiene asimismo excelente coloratura pero una voz tan pequeñita como la ......de otra genial mezzo de agilidades, Cecilia Bartoli.










Y ahora el recuerdo. En 1989 llevo a cabo un viaje de quince días a Egipto en la segunda quicena de septiembre. No me voy a referir aquí ni a las innumerables y eternas bellezas del país de los farones, ni al calor ni a nada de eso. En el delicioso crucero por el Nilo, en una buque de la cadena hotelera Sheraton,sucedió que bajo de mi camarote al comedor a la hora del almuerzo y.....me encuentro sentada en una gran mesa y en compañía de su esposo y un grupo de amigos o familiares a la mismísima Dame Joan Sutherland. Creí que estaba soñando o algo así, pero no era ella en persona. Así que tras vencer mi timidez me acerqué a su mesa y le dije "señora, enhorabuena, usted ha sido la mejor Norma y Lucía de la historia" (no me lo creía yo habiendo existido Callas, pero la ocasión bien merecía la mentira). Sorprendentemente, tanto la eximia como Richard Bonynge se levantaron de sus sillas, me estrecharon la mano y la Stupenda exclamó "Oh, thank you, thank, you very much!", me estampó un beso en la mejilla y remató con una simpática carcajada. Palabra de honor. Queda para mi biografía.



Recibió innumerables galardones y fue Dama del Imperio Británico. Gloria inmortal para Dame Joan Sutherland, la Stupenda.



Luis Betrán



1) Ya saben la frase de Callas respecto a la Tebaldi. "Yo soy el champagne y ella es la gaseosa"



2) La más exquisita de las sopranos mozartianas y straussianas amén de formidable liederista. Una de mis cantantes líricas preferidas. Gran actriz, asimismo.

domingo, 10 de octubre de 2010

¿Cuando se jodió Perú?



Ese es uno de los interrogantes más célebres de la literatura de la segunda mitad del siglo pasado. Corresponde a "Conversación en la catedral", probablemente la obra cumbre de Mario Vargas Llosa el esperadísimo y celebradísimo Premio Nobel 2010.


Es cosa sabida que me gusta echar mi cuarto a espadas en noticias de gran calado como esta. ¡¡Cáspita¡¡. Parece que el dichoso Nobel se lo han concedido a España entera. Vaya cobertura informativa en las radios y las televisiones. Que enorme cantidad de páginas en los diarios. Cuantiosas felicitaciones a este caballero que es peruano, aunque se nos haya recordado tropecientas veces que tambien tiene la nacionalidad española y es miembro de la Real Academia de la Lengua, la que limpia, fija y da esplendor. Como yo soy yo y mi circunstancia, comenzaré que a mi eso de los Nobel me la trae más bien al fresco. Tan solo podría esgrimir una opinión en este de las Letras y, acaso en el de la Paz. En todos aquellos científicos ni bola ya que mis conocimientos de Física, por ejemplo, rayan en el analfabetismo. Amén de la cuestión política, que como bien sabemos le privó a Borges del que hubiera sido indiscutible, y ahora la señora coyuntura ha favorecido a Vargas Llosa que pienso tampoco admite polémica alguna. Me queda la pregunta del millón: ¿para cuando un premio Nobel del Cine?. Aunque la cosa da un poco de miedo aunque los suecos son muy suyos en inventarse talentos literarios y traer a las editoriales de culo, en lo del llamado Séptimo Arte igual van y se lo adjudican a Christopher Nolan con lo cual se crearía y perdería toda credulidad el mismo año.




Puestos a manifestarme sobre los P.N. concedidos a escritores que se han servido del castellano me sobran unos cuantos: Echegaray, Benavente, el guatemalteco Asturias, el colombiano García Márquez y ¡¡¡¡Camilo José Cela!!!. Me explicoteo. Era yo bien joven cuando la eclosión del celebérrimo boom de la literatura latinoamericana. Dado que se citaban a autores, algunos de los cuales no tenía ni la más repajolera idea de su existencia, formatee un cajón de sastre inicuo en el que lo mismo cabían Octavio Paz, Borges o Carpentier que Rulfo, García Márquez....y don Mario, naturalmente. No fui el único. Afectó a toda una generación de lectores que acudieron a la cinta de salida y disputaron etapas del Tour Hispanoamericano Lector, que no tenía montaña, e infinidad de sprints para llegar el primero a comprar "Cien años de soledad", "La ciudad y los perros", "El siglo de las luces" o "Pedro Páramo". Sobre todo, la de García Márquez que yo me se de quién, a lo largo de un año o más, no leyó novela alguna que no fuese esa. (1).





Tempus fugit. Yo leí "Cien años de soledad" a los veintitantos y quedeme anonadado. Y eso que había recibido un avisete de alguien que de cine andaba algo pez y solía salirse de las pelis a pesar de ganarse parte de su pan en el oficio de crítico cinematográfico de "Mierdaldo de Aragón". Pero de literatura estaba puestisimo y nunca se le hizo la debida justicia en este aspecto en la, con toda seguridad, futura capital europea de la cultura. Joaquín Aranda, obviamente. Yo adquiri mi ejemplar de la novela de García Márquez en la desaparecida librería Hesperia, sita en la Plaza de los Sitios entonces José Antonio. Como Aranda y yo nos conocíamos - yo era crítico en lo del cine en la radio - el fallecido don Joaquín me sopló al oído; no te compres esa mierda, cambiala por "El siglo de las luces". Se ve que no le gustaba el realismo mágico. Al cabo de más de 20 años me dio por releer las cuitas de Macondo....y se me cayeron de las manos. Lo mismo el citado "realismo mag.". Ahora del colombiano solo me gusta "El amor en los tiempos del cólera". El resto de su obra me parece una nadería ajardinada. Un floripondio con menos olores que los sueños inducidos de "Origen". Puestos a recordar otra vez; me volví a topar con Joaquín Aranda y le dije aquello de cuanta razón tenías. Ahora que ya he leído a Borges, a Cortázar, a Carpentier, el colombiano ese no es más que un analfabeto funcional de la literatura que estuvo de moda porque iba de rojo.



Con Vargas Llosa sucedióme lo opuesto. Me habían gustado "La ciudad y los perros", "Los cachorros" y me habían entusiasmado "La casa verde" y "Conversación en la catedral", novelas estas últimas que contienen todo un universo que no desdeña ni el realismo ni la magia pero los junta en el prodigio casi inalcanzable de la armonía de la obra total, amén de sumergirnos en una nación de la que poco sabíamos (Perú) o de un paisaje (la Amazonía, antes de su destrucción) que tenía algo de mítico. El burdel donde el viejo don Anselmo tocaba el acordeón o la taberna en la que se discutía la historia y la política del país del Machu Pichu pasaron ya a formar parte de mi adorado edén literario que en modo alguno me correspondía sino a quién lo había descrito.

Pero llegó la la puta alcahueta de la política y se nos jodió Perú. ¿Como íbamos a admirar a un señor que  presentaba su candidatura a la Presidencia de su país liderando un partido conservador?. Que le enviaba flores verbales a la mala bruja de Margaret Thatcher, que dijo apoyar al P.P.. Vade retro Satanás. Se acabó Vargas Llosa y, como tantos otros donde dije digo dije diego. Vargas Llosa carecía de interés, era un mal escritor y una mala persona. Un chaquetero que había dejado tirado a Fidel y se había pasado a las filas de la más ultramontana derechona. Se acabó. Ni un libro más de ese peruano traidor..........Aunque me temo que tanta animadversión era de boquilla. Más falsa que Judas en mi persona....que seguí leyendo al "malvado escritor". Y encima rematé de cabeza cuando allá por los ochenta y pico, en una de mis anuales visitas a mis amigos de Santander, escuché su preciosa voz en los Cursos de Verano de la Universidad Menéndez y Pelayo (Palacio de la Magdalena). Y como todo el auditorio, se partió de risa cuando Don Mario - al que nunca le faltó el sentido del humor - explicó aquello de que en lo referente al erotismo tenía un severo problema. A saber: solo experimentaba la pulsión sexual explosiva con mujeres de su familia. En efecto, se casó primero con su tía (la Julia) y luego con su sobrina (la actual señora de Vargas).



Quisiera terminar exponiendo mi pequeña exclusión del general vocerío. Creo que Vargas Llosa es un gran escritor y un memorable ensayista y articulista. Creo y reitero que "La casa verde" y "Conversación en la catedral" son dos obras maestras. Que su ensayo sobre la inmensa Madame Bovary roza la genialidad. Que "Pantaleón y las visitadoras" y "La tía Julia y el escribidor" son tan divertidas como estupendas. Que "La fiesta del chivo", en ese tema al que se sienten obligados a escribir todos del boom y los de antes, es junto a "Yo el supremo" de Roa Bastos la mejor novela sobre el dictador de turno. Por tanto Vargas Llosa triunfa allí donde fracasaron García Márquez (¡¡que horror "El otoño del patriarca"¡¡¡), Alejo Carpentier ("El recurso del método"), Miguel Angel Asturias (¡¡que tostón "El señor Presidente") y hasta el padre fundador del subgénero, el mismísimo Valle Inclán en su amanerada y pijotera "Tirano Banderas" (2).

Sus oscilaciones políticas igual se deben al lío de faldas con García Márquez y el puñetazo que dejó al del liqui-liqui (iba con mono de obrero en la sesión de pugilato) con un ojo a la virulé. Que yo soy muy macho y a este mequetrefe no le permito que me quiera birlar a recia moza. Y si el va de rojo, pues me hago azul y le llevo y le llevaré la contraria por los siglos de los siglos amén. Que risa.

Resulta un tanto rarillo que un tipo tan facha como Vargas Llosa escriba siempre novelas más bien críticas con las derechas, el facherío, los militares, los energúmenos con mando en plaza, la globalización y hasta el Imperio.

Y a modo de estrambote no me calló que "La guerra del fin del mundo" me pareció mala, malísima. Y el Rigoberto por ahi, por ahí.  La del "Conselheiro" simulaba una de aquellas más bien siniestras, con las debidas excepciones, películas del "novo cinema brasileiro". Bueno "la debida excepción" en mi caso es "Antonio Das Mortes" de Glauber Rocha, un auténtico musical con muchos tiros y conciencia política. Por cierto, mala suerte la de Mario Vargas Llosa con el cine. Vaya petardos que hicieron él mismo y Francisco Lombardi. Recomiendo no verlos por nada del mundo. Ni en nombre de un Premio Nobel, venga que lo digo, justo e imprescindible.


Luis Betrán


1) No ocultaré mi animadversión por ese cerdo llamado Camilo José Cela del cual solo soporto, y admiro, "La colmena" y "El primer viaje a la Alcarria".

2) Del mismo modo que el teatro de don Ramón me parece extraordinario, su "Tirano" y sus "Sonatas" me dejan gélido.