martes, 2 de noviembre de 2010

Memoria de 1.966 ( II ).- Ciudadano Kane






CIUDADANO KANE (CITIZEN KANE, Orson Welles 1941)

Legendary was the Xanadu where Kubla Khan
decreed his stately pleasure dome:
where twice five miles of fertile ground
with walls and towers were girdled round.

Coleridge

"Ciudadano Kane nos desintoxicó de nuestro hollywoodismo fanático y nos convirtió en cinéfilos exigentes. Esta película es, sin duda, la que más vocaciones cinematográficas ha suscitado en todo el mundo"

(François Truffaut, Las películas de mi vida)





Mucho tiempo ha transcurrido desde estas palabras de Truffaut, Muchos años "Ciudadano Kane" fue considerada la mejor película de la Historia del Cine, sustituyendo a "El acorazado Potemkin" (Bronenosets Potiomkin, Serguei Mijhailovich Eisenstein 1924). Hoy, en 2010, no debe ser así. Supongo que su lugar igual lo ocupa la trilogía "El padrino" (The goodfather 1, 2, 3, Francis Ford Coppola, 1917, 1974, 1990 o si me pongo más antiguo "Centauros del desierto" (The searchers, John Ford, 1956) o "De entre los muertos" (¡Vertigo!, Alfred Hitchcock  1958). No me interesa en absoluto. Si que se que "Kane" es,  junto al "Potemkin", "La aventura" (L'avventura, Michelangelo Antonioni,1960 y "2001, una odisea del espacio" (2001 a space oddissey, Stanley Kubrick 1968) , una de las cuatro películas que crearon nuevos lenguajes cinematográficos. Tampoco es mi película favorita, ni siquiera la que prefiero de Welles (Campanadas a medianoche, 1965). Y que más da. La opera prima de Orson Welles es, de esto si que no tengo la menor duda, una obra maestra total. Y las que he citado en un párrafo más arriba no le llegan ni a la milésima parte de su estatura artística.

Si hay un film sobre el que resulta ingrato escribir este es "Citizen Kane". Imposible aportar algo nuevo a las resmas de folios que le han sido dedicadas. Yo me siento incapaz, desde luego. La celebérrima ópera prima de Orson Welles se incluye, con toda justicia, al lado de aquellas obras maestras revolucionarias que cambiaron para siempre la estética de su parcela en la Historia del Arte. Quizás habrá que salvar distancias, no estoy seguro, pero "Citizen Kane" es el émulo cinematográfico del "Arte de la fuga" de Bach (en la música) o de "las Meninas" de Velázquez (en la pintura). Muchos otros ejemplos podrían ubicarse en la revolución estética del Arte. Cito estos dos subjetivamente y sin ánimo de ningunear nada ni nadie. Es algo sabido que se puede intentar aplicar una óptica "con el optimismo de la voluntad y el pesimismo de la inteligencia" (Gramsci).





"Ciudadano Kane" utiliza, potencia, descubre y casi agota los recursos del Séptimo Arte en su tiempo y aún más allá. Si en la inabordable "El Arte de la Fuga", Bach exprime al máximo las armonías de la música barroca y anticipa la de de siglos venideros, hasta el mismo jazz sin ir más lejos. Welles, dotado de absolutos poderes - productor, guionista (parece que Herman Manckiewicz no está de acuerdo), protagonista, director - como casi nadie antes y despues de él disfrutó en Hollywood - lleva a cabo todas las variaciones, permutaciones y combinaciones que le sugiere su portentosa imaginación visual, retorciendo, mezclando o volviendo al revés los mecanismos del "tren eléctrico más caro del mundo". "Kane" surge terrible como una hidra de de múltiples cabezas que ningún Herakles va a cercenar; en algunas se proyecta el cine del pasado y en otras el del futuro. La mitología helénica nos ha contado que la Hidra de Lerne era un bicho repugnante, el monstruo parido por Welles es hermoso como "El Arte de la Fuga", como "las Meninas", como.....

Decir que "Ciudadano Kane" fue un film revolucionario en el fondo y en la forma es una aplastante obviedad. Continuar que fue la gran novela de cinematográfica de Estados Unidos y su democracia capitalista idem. Esta genial película puede ser escuchada sin las imágenes y puede ser vista sin el sonido. Algo inaudito en 1941. Hasta la década de los 40 el estilo fotográfico ortodoxo de Hollywood consistía en una iluminación difusa y en un suave desenfoque, incluso para películas tan brutalmente realista como "Soy un fugitivo" (I'm a fugitive from   a chain chang, Mervyn Leroy 1932). Una secuencia típica, fotografíada de esta manera, solía consistir en un plano general o medio de situación, con primeros planos destinados a mostrar detalles de la escena. "Ciudadano Kane"  marcó el inicio de un nuevo período en el cine americano. La profundidad de campo permitió que las imagenes situadas en planos diversos salían todas perfectamente enfocadas. Se utilizó película más sensible y grandes angulares lográndose que el espectador pudiese ver todo lo que se le quería enseñar en un solo plano..





La relación entre el contenido visual (portentosa fotografía de Gregg Toland, a quién Welles pretendía enseñarle su oficio: (la megalomanía del niño prodigio) y el narrativo resulta  lógica y coherente en la cinta. El caracter de Charles Foster Kane  (trasunto como sabemos de William Randolph Hearst) se va revelando no tanto a través de lo que dice y hace, sino por la manera en que es mostrado en el medio en que vive. A principios de la película hay una escena en que Walter Thatcher (George Colouris) llega a Colorado para llevarse con él al joven Kane. En uno de los planos la señora Kane (Agnes Moorehead) se encuentra sentada en primer término leyendo las cláusulas de la herencia de su hijo y a la derecha del encuadre Thatcher está tambien sentado, y el padre de Kane permanece de pie a la izquierda del encuadre. Por su posición y tamaño las tres figuras parecen situarse visual y dramáticamente en el centro de la escena, pero la personalidad dominante es la de la señora Kane , la madre que intenta lo mejor para su hijo. Cito expresamente esta secuencia y continuo con ella dado que para reescribir este texto he vuelto a ver por enésima vez "Citizen Kane", y en estos detalles no me había fijado.






Mr. Kane, que expresa inútilmente su oposición, es una figura debil y marginada. Si se mira diagonalmente a través de los primeros términos y se fija la atención en el fondo de la composición, ésta se centrará en una ventana a través de la cual se ve la figura borrosa de un niño pequeño pequeño desdibijada por la nieve que está cayendo en el exterior. Es Charles Foster Kane, el protagonista. Tras un prólogo exuberante, Orson Welles  nos ha presentado a su héroe de tan sofisticada forma que el cine no había siquiera intuído. Se podrían citar otros muchos ejemplos e infinidad de secuencias tan aparatosas como subyugantes. Inolvidable la despedida de Jed Leland (un magistral Joseph Cotten) en silla de ruedas y mendigando un cigarrillo. Un guión como el que sustenta la película hubiera dado lugar, en cualquier caso, a una gran película. En manos del debutante Orson Welles fue/es un hito insoslayable en la Historia del Cine. Y, supongo que ya lo he escrito, una de las obras maestras que hicieron del cine el Arte que identificó al pasado siglo XX. Y como esta es una pesada tarea aquí la termino. No creo haber aportado novedad alguna a la literatura vertida sobre "Ciudadano Kane". Ya lo escribi al principio del texto.


Luis Betrán

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