Ha muerto Berlanga a los 89 años. No por esperada deja de ser una luctuosa noticia. Ojeo los periódicos y creo que soy un extraterrestre. Alex de la Iglesia le dedica una hagiografía tan ridícula como cabía esperar de cineasta tan petulante como mediocre. El Presidente de la Academia escribe que el difunto es un genio del cine al que solo Buñuel puede mirar de frente. S.O.S. por favor; el de Calanda está a años luz de distancia en cuanto a calidad, importancia y trascendencia en la Historia del Cine (incluso en el español con tan solo tres películas, "Tierra sin pan", "Viridiana" y "Tristana") del valenciano. Todos a la cárcel, perdón, todos al sepelio y a la capilla ardiente: colegas, escritores, políticos a cantar la palinodia. Y como, nobleza obliga, lo más razonable viene de la pluma de.......¡¡¡Carlos Boyero!!!, con el que por primera vez coincido en sus apreciaciones sobre la obra berlanguiana. Al menos, una de sus películas figurará siempre entre las 10 mejores del cine español ("El verdugo") y el cineasta fallecido ocupará un puesto de privilegio entre los poquísimos buenos que España ha legado al cine.
Hagamos historia. En 1951 se rueda "Esa pareja feliz", codirigida por Bardem y Berlanga. Es una película modesta de escaso presupuesto y de dos debutantes. Su gran cualidad es que aporta al cine español los elementos básicos y la honradez de propósitos para la creación de un cine social realista y un testimonio perfectamente reconocible por los espectadores de la época. Suficiente y muy estimable. Con "Bienvenido mr. Marshall" (1952), con guión otra vez de ambos ,comezarán los desencuentros entre los dos hombres que cambiaron el acartonado (no siempre, ni mucho menos) cine español franquista. Entre la rigidez comunista de Bardem, en la que no habrá sitio para el humor ,y la retranca berlanguiana que siempre se autodefinió como anarcoide (olvidemos que anduvo en la División Azul, aunque parecer que no disparó un solo tiro), se impone la segunda opción que para eso el director es Berlanga.
"Bienvenido mr. Marshall" fue es y será una delicia. Villar del Río, "americanos os recibimos con alegría", "como alcalde vuestro que soy os debo una explicación", "indios, indios". El sueño americano pasará de largo del pueblo disfrazado , pero no la película ya para siempre en el inconsciente colectivo de cinéfilos y españoles de toda raza y condición que peinan canas. Es una de las tres mayores cintas de Berlanga. Está a la altura de la gran comedia italiana del neorrealismo rosa (Luciano Emmer como principal referencia) y amamos y amaremos por siempre a José Isbert y Manolo Morán. Para ser una obra maestra le sobra Lolita Sevilla - sin cuya presencia no se habría podido hacer el film - y la voz paternalista en off de Fernando Rey. Es la más divertida pero no la más ácida.
En su segundo título en solitario, "Novio a la vista" (1953), Berlanga persigue otra finalidad: un cine liberal a través de la comedia y un gusto personal por la farsa. El paso del tiempo no le ha sido propicio a esta amable e inofensiva película. "Calabuch" (1956) revela un excelente oficio y una gran sensibilidad y trata de continuar la linea de "Bienvenido...."con desiguales resultados. Es algo así como un intento de crear una comedia cinematográfica a lo Frank Capra (los cuentos de la abuelita, decía Bardem). La anécdota que aquí se cuenta es la de una comedia de evasión con fábula moral. El error, para mi, consiste en ubicarla en Peñíscola según métodos realistas. La contradicción entre la realidad exterior, escenario y personajes, con una trama de ficción irreal, crea un desfase que compromete la obra y vicia su credibilidad.
"Los jueves milagro" (1957) pudo ser la primera obra maestra de Berlanga. Rodada en Alhama de Aragón, y no caprichosamente sino porque en esa localidad aragonesa hay más de uno y de dos balnearios, indispensables en este film. El director sigue el camino transitado en "Calabuch", pero aquí no hay bonhomía a lo Capra que valga. Las fuerzas vivas de Fontecilla son una colección de ruines villanos que se anticipan no poco a los que disfrutamos ahora en el acontecer político del día. La escena de la aparición del falso San Dimas (genial José Isbert, a la altura del alcalde de Villar del Río) roza lo excelso y se acerca al posterior esperpento. Pero la dicha dura poco más de media hora. A Berlanga, que ya había tenido algún problemilla con la censura, los inquisidores franquistas le fabricaron "otra película" más bien horrible en la que el verdadero San Dimas (Richard Basheart, que pasaba por allí como por Italia con Fellini) pone firmes en nombre de Dios a los inventores de un risible milagro. Para eso están los santos, que joder. No faltó más que el rezo del rosario en familia para expiar las culpas y los pecados.
Y aquí me detengo en esta primera parte de un dossier muy improvisado por razones obvias. Me voy a la cama no sin contemplar en otro informativo nocturno, con estupor renovado, que Berlanga lo mismo entusiasmaba a Almodóvar, que a Gutierrez Aragón, que a Borau, que a..........Rita Barberá. Y, otra vez, que lo que le separa de Buñuel en su genialidad es que éste tuvo una mayor proyección internacional. Y que si hubiese nacido en Estados Unidos no habría desmerecido junto a Billy Wilder. Y que se nos ha ido un genio de la cultura española de la segunda mitad del pasado siglo. Y todos llorando o haciendo pucheros. Hipócritas. Berlanga pudo molestar a los jerarcas franquistas pero para los próceres de la democracia otorgada era hasta políticamente correcto. Continuará, que falta lo más bueno, lo mediocre y hasta lo horrendo. Al cineasta valenciano le iba bien aquello de que "contra Franco vivíamos mejor". Mutatis, mutandis: "contra Franco hacíamos un cine mejor"
Luis Betrán
Desde luego que ya permanecen en el inconsciente colectivo español determinadas imágenes del cine de Berlanga.
ResponderEliminarGracias por la información del homenaje póstumo y por el seguimisnto de este blog.