Todos los homenajes que se lleven a cabo en memoria de Alberto Sánchez Millán me parecen más que justificados. Ello no empece para algunas observaciones que van a venir a continuación y que se refieren (no todas) al Acto que se celebró el día 17 de marzo de 2010 en el Patio de la Infanta de la sede central de Ibercaja
1º) Como he escrito en el encabezamiento de este texto no discuto para nada las loas, alabanzas, parabienes y evocaciones del Grand Albert. Pero si quiesiera precisar que me sirven mucho más los que se le tributaron en vida y sin que él supiera la cruel enfermedad que muy pronto manifestaría sus primeros síntomas. Hubo un homenaje que le rindió la Tertulia Cinematográfica Perdiguer en el hotel Tibur (Plaza de la Seo) y que él aceptó a pesar de lo reacio que era a estas historietas. No puedo recordar la fecha y bien que me fastidia. Muchas de las personas que ayer estuvieron en la sala de "Ibercoña" (así llamaba guasonamente Alberto a la entidad bancaria para la que trabajó tantos años de sus vida) lo hicieron tambien entonces.
2) Quizá hubiese tomado la palabra pero ello resultó imposible por razones de tiempo. El último en hacerlo fue José Juan Chicón antes de la clausura del acto. Me trajo a la memoria otro recuerdo imborrable. Mi primera actividad relacionada con el cine fue como crítico en la antigua Radio Popular, hoy COPE, El equipo lo formábamos Emiliano Puértolas, Mariano Baselga, Juan Graell y, más tarde, Juanjo Vázquez que por esos años (sesenta) era muy de izquierdas y escribía cosas como que Buñuel era un reaccionario. Hoy ocupa cargo público y lo es menos. J.J. Chicón trabajaba en aquella emisora, y Plácido Serrano, y Raúl Soria y.....El sueldo consistía en una botella Fino San Patricio y otra de brandy Carlos III en plan aguinaldo navideño. Cuando el director Gonzalo Legáz consideró que el estipendio era excesivo, Emiliano Puértolas y yo presentamos dignamente la dimisión. Otros no. Quizá nuestra expulsión se debió a que Guillermina Motta estuvo una vez en esa radio y canto en "petit comité" una jugosa yenka cuya letra era:
Izquierda paciencia
Derecha clemencia
Ni Franco, ni el Rey
Ni el Opus Dei.
3) Fue el repetidamente mentado Emiliano Puértolas (gran amigo mío desde entonces....hasta ahora) el que me introdujo en el movimiento cineclubístico zaragozano y me presentó al grupo Eisenstein. De hecho mi "primera aparición pública" tuvo lugar en Cineclub Pignatelli con "El año pasado en Marienbad" de Alain Resnais. Tuve una trifulca con José Luis Rodriguez Puértolas (cosa habitual con este caballero) y, por supuesto, conocí a Albero Sánchez. Yo todavía no había cumplido los veinte años. Pero enseguida me hice notar. En una ocasión asistía como espectador a la proyección de "El tesoro de Sierra Madre" de John Huston en el cineclub Virgen del Carmen, y al iniciarse el coloquio que venía siempre despues de la película el presentador Carlos Barbachano (que escribía en la horrenda revista "Film Ideal", la sucursal analfabeta en España de "Cahiers du Cinema") dijo lo siguiente: como dice el maestro Welles, Huston es mucho más interesante como persona que como director (entrevista al genio de Wisconsin trás el estreno´mundial ¡¡¡en el cine Coliseo de Zaragoza¡¡¡ de su obra maestra "Campanadas a medianoche"), frase que me llevó a preguntar al señor Barbachano que cuantas veces había cenado con John Huston para conocerlo tan intimamente. Más tarde llegue a tener mi propio cineclub del que hablaré en otra ocasión.
4) La alusión a John Huston viene al pelo en tanto que Alberto Sánchez al igual que el gran director amaba más la vida que el cine. Cosa que había molestado mucho a François Truffaut que había afirmado en las páginas de "Cahiers" que "Huston era un tipo despreciable al que como se le daba mal la puesta en escena decía preferir la vida". No se si Huston era despreciable o no (yo no cené con él y me temo que el propio Truffaut tampoco). No lo parece a la vista de su esplendido libro de memorias "An open book". El que con toda seguridad no lo era fue precisamente Alberto Sánchez al que traté muchísimo en los postreros años de su vida. Alberto era un caballero, un aragonés socarrón, preparaba unos maravillosos drymartinis y no iba al cine, tan solo a la Filmoteca o veía pelis en dvd. ¿La razón?. No le interesaba lo que se proyectaba en Zaragoza, ni en 2008 ni el 2009.
5) Fui asistente asiduo al glorioso cineclub Saracosta. Vamos, que no perdía sesión. Las pelis que recuerdo haber visto allí sin afán exhaustivo (las tengo apuntadas y conservo los programas, tambien en otro post - se dice así, creo - las sacaré a relucir). Siempre en el colegio Lasalle como bien explicó su hermano Julio. "Diamantes en la noche" Jan Nemec, ¡¡Que viva la República¡¡¡ de Karel Kachyna, "Los sin esperanza", "Silencio y grito" y Siroco de invierno" de Miklós Jancsó, "Viridiana" y "Ensayo de un crimen", de Luis Buñuel, "El bosque de los abedules" de Andrzej Wajda, "Pueblito" de Emilio Fernández, ¡¡¡"El acorazado Potemkin¡¡¡, de Eisenstein, "Dios y el diablo en la tierra del sol" de Glauber Rocha, "Vidas secas" de Nelson Pereira do Santos, "Os fuzis" de Ruy Guerra, "Tren de noche" y "Madre Juana de los Andeles" de Jerzy Kawalerowicz, "El muchacho de los cabellos verdes" de Losey, "El eclipse" de Antonioni, ...Para que seguir. Sería interminable. Alberto defendía y amaba el cine que gustaba en la sucursal española de "Positif" (Nuestro Cine). O sea, el cine de izquierdas, o sea el cine "invisible" en aquellos años en Zaragoza.
¿Como le iba a gustar el cine globalizado cuarenta años despues?..
6) Basta ya. Allá donde estés - que no será ni en el cielo ni en el infierno porque eso no existe - te envío y te enviaré por mensajero o Internet unas cajas de Vega Sicilia, otras de puros Davidoff o Cohibas, las obras completas de Peréz Galdós (¡¡cuanto pesan¡¡¡), las de Shakespeare, Tolstoi y Dostoievsky y........todas las películas que mas te gustaban. Yo sabía cuales eran.
Luis Betrán
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