miércoles, 19 de febrero de 2014

FILM IDEAL (Y VII)

FILM IDEAL (Y VII)

CONCLUSIÓN


Film Ideal murió tras reconvertirse en un absurdo formato tipo libro, incomodísimo de leer y en el que solo destacaba la brillantez de Manolo Marinero. La ausencia de cultura cinematográfica – con las excepciones señaladas – permitió a sus redactores jugar a placer con la incultura y falta de compromisos más vitales de unos lectores que casi constituyeron/constituimos una generación perdida. Film Ideal basó toda su visión del cine en un axioma bastante certero pero no excluyente de otras alternativas: el cine como fábrica de sueños. Film Ideal consiguió penetrar en los universitarios y jóvenes pequeñoburgueses una visión errónea y mistificadora del cine americano. Su timbre de gloria consiste en haber hablado de artistas como Hawks, Minnelli, Ford o Manckiewicz (inefable la definición que hacían del director de “Eva al desnudo”: “Y EL VERBO SE HIZO MANCKIEWICZ”), pero salvo tipos como Ramón Terenci Moix, José Luis Guarner, Vicente Molina-Foix, José María Carreño o Manolo Marinero, sin saber de qué iba el universo de dichos cineastas por la simple razón, y otra vez las excepciones de siempre, de que no habían visto sus películas mejores y más representativas.


Fueron los cahieristas del menesteroso, los flechas y pelayos de la crítica española, los que a mediados de los sesenta “pasaban” de la política, de Visconti, de Pasolini, de Huston, de Losey, de Antonioni, de Bergman, de Ozu (no conocían ni una sola película suya), de Chaplin, de Eisenstein, de Wilder, de Buñuel, de Satyajit Ray, de Dreyer……..para extasiarse con las hembras sumisas de los films de Raoul Walsh o con los paisajes nevados de “Los héroes de Telemark”. Cierto que en el cocktail filmidealista no todos pueden ser medidos por el mismo rasero y que hubo ostensibles diferencias entre el “duce” Martialay y la ingenua estupidez de José María Palá, entre el visionario Ramón Moix (antes de llamarse Terenci y convertirse en uno de los más preclaros representantes de la “intelligentzia” de Barcelona) y el ridículo Arroita-Jauregui, más el MENSAJE  filmidealista, por muchos que esta palabra les fastidiase, no puede hoy por menos que resultar de un derechismo que, afortunadamente, tuvo más de PUERIL que de manipulador. Film Ideal sirvió para tener una publicación especializada de veras, cosa inexistente en este país antes de su aparición. Y para dar a conocer algunas teorías apreciables y personalísimas, debidas casi invariablemente  al tantas veces mentado R.T. Moix. Algo que en 2012 no existe ni en Caimán ni en Dirigido (1). El resto fue un remedo de los “Cahiers” (¡¡Vive Godard!!) que consiguió el milagro de seguir siendo el primer “Cahiers” aun cuando el patrón hubiese cambiado sus miras. Fue una lástima que la asimismo conservadora “Cinestudio” fuese tan aburrida, y que la progresista e izquierdista Nuestro Cine cayese frecuentemente en el maniqueísmo. Las tres revistas llenaron una época de la crítica cinematográfica española que en 2012 no tiene motivos de peso para interesar. 


Y como no quiero pecar de injusto, admito que la influencia de Film Ideal ha sido determinante en las dos revistas que hoy lee la cinefilia. Y que para muchos es algo más que un grato recuerdo. Probablemente en “Caimán” y en “Dirigido” (en esta última tengo mis dudas) se escribe infinitamente mejor que en Film Ideal y sus redactores poseen una cultura superior – no solo cinematográfica – que no se privan de ocultar, aunque  Marinero, T. Moix y Guarner sigan resultando mucho más penetrantes en sus análisis y en su, a veces, disolvente humor. Al César lo que es del César: “Cahiers du Cinéma” ha sido y es la publicación cinematográfica más influyente que ha habido. Por mucho que me reviente hay que ser sincero, honesto y lo más objetivo posible.

Luis Betrán

1)      En la revista “Dirigido” llega a veces a rozarse la locura o casi. Porque ya no se trata del entusiasmo por el cine estadounidense sino por el mismísimo Imperio Alcahuete. Algunos de sus redactores – la mayoría – dan la sensación de patético sufrimiento por no ser ciudadanos DEL PAIS-MAS GRANDE-MAS CULTO- Y MEJOR DEL UNIVERSO MUNDO, y tener que resignarse a no ser más que miserables europeos y encima españoles. Así, por ejemplo, un inefable “crítico” puede citar más de 40 escritores usacos en una crítica y cerca de 100 autores de “novelas gráficas” en otra. ¿Es eso lo que lee o ha leído? José Luis Guarner, si pudiera, lloraría…….de risa. Porqué él sí que era un intelectual aunque le gustase el cine americano – perdón, estadounidense (hay que distinguir El Paraíso, de los Infiernos que van de Canadá a Chile – y, sobre todo, Roberto Rossellini. Godard pareció serle más bien indiferente. Antonioni no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario