FILM IDEAL (Y VII)
CONCLUSIÓN
Film Ideal murió tras reconvertirse en un absurdo formato tipo
libro, incomodísimo de leer y en el que solo destacaba la brillantez de Manolo Marinero. La ausencia de cultura
cinematográfica – con las excepciones señaladas – permitió a sus redactores
jugar a placer con la incultura y falta de compromisos más vitales de unos
lectores que casi constituyeron/constituimos una generación perdida. Film Ideal
basó toda su visión del cine en un axioma bastante certero pero no excluyente de
otras alternativas: el cine como fábrica de sueños. Film Ideal consiguió
penetrar en los universitarios y jóvenes pequeñoburgueses una visión errónea y
mistificadora del cine americano. Su timbre de gloria consiste en haber hablado
de artistas como Hawks, Minnelli, Ford o Manckiewicz (inefable la definición
que hacían del director de “Eva al desnudo”: “Y EL VERBO SE HIZO MANCKIEWICZ”),
pero salvo tipos como Ramón Terenci Moix, José Luis Guarner, Vicente
Molina-Foix, José María Carreño o Manolo Marinero, sin saber de qué iba el
universo de dichos cineastas por la simple razón, y otra vez las excepciones de
siempre, de que no habían visto sus películas mejores y más representativas.
Fueron los cahieristas del
menesteroso, los flechas y pelayos de la crítica española, los que a mediados
de los sesenta “pasaban” de la política, de Visconti, de Pasolini, de Huston,
de Losey, de Antonioni, de Bergman, de Ozu (no conocían ni una sola película
suya), de Chaplin, de Eisenstein, de Wilder, de Buñuel, de Satyajit Ray, de
Dreyer……..para extasiarse con las hembras sumisas de los films de Raoul Walsh o
con los paisajes nevados de “Los héroes de Telemark”. Cierto que en el cocktail
filmidealista no todos pueden ser medidos por el mismo rasero y que hubo
ostensibles diferencias entre el “duce” Martialay y la ingenua estupidez de
José María Palá, entre el visionario Ramón
Moix (antes de llamarse Terenci y convertirse en uno de los más preclaros
representantes de la “intelligentzia” de Barcelona) y el ridículo
Arroita-Jauregui, más el MENSAJE
filmidealista, por muchos que esta palabra les fastidiase, no puede hoy
por menos que resultar de un derechismo que, afortunadamente, tuvo más de
PUERIL que de manipulador. Film Ideal
sirvió para tener una publicación especializada de veras, cosa inexistente en
este país antes de su aparición. Y para dar a conocer algunas teorías
apreciables y personalísimas, debidas casi invariablemente al tantas veces mentado R.T. Moix. Algo que en 2012 no existe ni en Caimán ni en Dirigido
(1). El resto fue un remedo de los “Cahiers” (¡¡Vive Godard!!) que consiguió el
milagro de seguir siendo el primer “Cahiers” aun cuando el patrón hubiese
cambiado sus miras. Fue una lástima que la asimismo conservadora “Cinestudio” fuese tan aburrida, y que
la progresista e izquierdista Nuestro
Cine cayese frecuentemente en el maniqueísmo. Las tres revistas llenaron
una época de la crítica cinematográfica española que en 2012 no tiene motivos
de peso para interesar.
Y como no quiero pecar de
injusto, admito que la influencia de Film
Ideal ha sido determinante en las dos revistas que hoy lee la cinefilia. Y
que para muchos es algo más que un grato recuerdo. Probablemente en “Caimán” y
en “Dirigido” (en esta última tengo mis dudas) se escribe infinitamente mejor
que en Film Ideal y sus redactores poseen una cultura superior – no solo
cinematográfica – que no se privan de ocultar, aunque Marinero,
T. Moix y Guarner sigan resultando mucho más penetrantes en sus análisis y
en su, a veces, disolvente humor. Al César lo que es del César: “Cahiers du
Cinéma” ha sido y es la publicación cinematográfica más influyente que ha
habido. Por mucho que me reviente hay que ser sincero, honesto y lo más
objetivo posible.
Luis Betrán
1)
En la revista “Dirigido” llega a veces a rozarse la
locura o casi. Porque ya no se trata del entusiasmo por el cine estadounidense
sino por el mismísimo Imperio Alcahuete. Algunos de sus redactores – la mayoría
– dan la sensación de patético sufrimiento por no ser ciudadanos DEL PAIS-MAS
GRANDE-MAS CULTO- Y MEJOR DEL UNIVERSO MUNDO, y tener que resignarse a no ser
más que miserables europeos y encima españoles. Así, por ejemplo, un inefable “crítico”
puede citar más de 40 escritores usacos en una crítica y cerca de 100 autores
de “novelas gráficas” en otra. ¿Es eso lo que lee o ha leído? José Luis
Guarner, si pudiera, lloraría…….de risa. Porqué él sí que era un intelectual
aunque le gustase el cine americano – perdón, estadounidense (hay que
distinguir El Paraíso, de los Infiernos que van de Canadá a Chile – y, sobre
todo, Roberto Rossellini. Godard pareció serle más bien indiferente. Antonioni
no.
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