domingo, 22 de agosto de 2010

La comedia de las equivocaciones


Acto I.-




Es el título de una de las obras menos afortunadas de Shakespeare, y  me sirvo de él para redactar 5 actos y de paso dejar claro que para mi el llamado vate de Strafford es el mejor escritor de de toda la historia de la literatura. Coincido, por tanto, con el famoso canon de Harold Bloom. Nadie, ni los trágicos griegos, explicó en tan bellísimos y profundos diálogos la infinita maldad de la naturaleza humana - y tambien los esporádicos rasgos de bondad - en todos y cada uno de sus innumerables matices. Se ha discutido desde su existencia hasta su autoría real. Cosas de envidiosos, porque en todas partes cuecen habas y en España (y Aragón) calderadas). Las últimas piezas del gran William - "Cuento de invierno", "La tempestad" - son tan ambiguas como de difícil acceso.



Sucede con ellas lo mismo que con los últimos cuartetos para cuerda de Beethoven: una música más abstracta que cualquier timo serialista de Stockhausen (¡¡¡El cuarteto de los helicópteros¡¡¡) , y que podemos admirar pero no compartir porque fueron escritas y compuestos única y exclusivamente por y para sus autores. La solución a este enigma la encontró el ¿genio? suizo Jean-Luc Godard cuando adivinó que los citados cuartetos eran ¡¡¡¡Gertrud" (1964), postrera y extraordinaria película de Carl Theodor Dreyer. Un filmidealista tan conspicuo como idiota, Miguel Marías, despejó la incógnita: se trataba del cuarteto opus 127 del genio de Bonn. Aprovecho igualmente para situar a Ludwig van Beethoven entre mis 5 "compositores clásicos" de cabecera: Bach, Brahms, Wagner y Mozart completan el quinteto. Poco original, que le vamos a hacer. No obstante, no estoy seguro de que tantas mentes excelsas moraran un día en el planeta Tierra. Lo más seguro es que fueran proyecciones virtuales de los sueños de Christopher Nolan.


Acto II.-





Enfermedad en agosto

He estado y estoy malito. No se por cuanto tiempo aunque estoy seguro que el mal fario será derrotado. Fui operado en una clínica privada de Zaragoza. La intervención no era pequeña y cuando finalizó unos amables enfermeros me condujeron a mi habitación algo mareadillo por la anestesia. Del cirujano nunca más se supo. Se había evaporado porque era virtual y la proyección de un sueño de Christopher Nolan. Permanecí en el hospital tan solo cinco días, de los cuales vi - o creí ver - ,al que había trabajado a conciencia mi zona lumbar, en dos ocasiones. Perdón, en tres cuando me largó para mi domicilio porque no tenía dolores y tan solo molestias. La llamada anatomía patológica, indispensable para conocer un diagnóstico postoperatorio, se retrasó algo así como un mes porque la especialista en tales menesteres se había ido 10 días de vacaciones. Una vez a la semana mi simpático neurocirujano se dedicó a propinarme sustos a cual más impactante. Me hizo preguntas tan profundas como si prefería una vida corta y con calidad o larga pero sin ella o que tuviese por cierto que mi curación dependía de mis ganas de vivir. Pero Grullo con bata blanca. El "proceso" ha terminado bien, pero me he quedado con muchas ganas de denunciar al mentado galeno por falta de atención al paciente. Un amigo mío policía y experto en estos menesteres me explicó que cualquier denuncia contra doctor o centro hospitalario de Zaragoza acababa indefectiblemente en la papelera. Conclusión: hay quién piensa que la sanidad privada es formidable por aquello de la rapidez en las consultas y las habitaciones de hoteles. Lo dudo. Comienzo a inclinarme  por la denostadísima y mejor de lo que los finos burgueses creen Seguridad Social. Otro gran amigo mío permaneció hospitalizado en la baturramente llamada "casa grande" más de tres meses, entre la vida y la muerte, y fue visitado por sus médicos todos y cada uno de los días.


Acto III




Cotilleos

Me han llamado cotilla y encima por escrito en un blog de cine que conduce un gran amigo mío. Seré ingenuo. Y todo porque escribí que Victoria Abril me parecía fea, esperpéntica, mala actriz - su gestualidad se reduce a dos muecas: la de llorar y la de joder - y ahora tambien vieja, casi tanto como yo. ¿Es que nunca me voy a librar de la presencia de esta señora en las pantallas?. Me sucede lo mismo que con Sandra Bullock, Nicolas Cage,  Russell Crowe o Meg Ryan. O Antonio Banderas, Javier Bardem o Penélope Cruz (que al menos está de buen ver). Cualquier película en la que aparezcan ellas o ellos me gusta menos. No veo jamás Tele5 ni leo revistas del corazón. Así que la acusación es infundada, grosera y de mal gusto. Exijo rectificación inmediata. Por causas más livianas se han perdido amistades entrañables. Menos mal que la Victoria de la m. no es más que la proyección virtual de un sueño nolaniano.


Acto IV




150 aniversario de la muerte de Anton Chejov

Aprovecho esta efeméride para manifestar mi amor por el teatro que casi iguala al que siento por el cine, la literatura o las Bellas Artes. Chejov es para mí el más genial dramaturgo - además de excepcional cuentista - salvo el  Shakespeare claro y olvidándome - gran injusticia - de los trágicos griegos. Creo que me he leído todo su corto corpus teatral, he visto representadas varias de sus magistrales piezas bien en el escenario o a través de aquel maravilloso programa de la TV en blanco y negro que se llamó Estudio 1 y del que conservo grabaciones, con aquella insustituible generación de intérpretes a los que se les entendía absolutamente todo. O sea, los Dicenta, Fernán Gómez, Rodero, Picazo, Bódalo, Lemos, Prendes, Diosdado....o las Gutiérrez Caba, Riaza, Carrillo, De la Torre, Bernardos, Herrera....Si he de elegir un drama suyo me quedo con "Tres hermanas", pero no son inferiores obras maestras como "El jardín de los cerezos", "La gaviota", "Tio Vania", "Ivanov", "Platonov"....El gran tema chejoviano es la lenta desaparición de una sociedad caduca y el paso del tiempo, el que como escribió Borges "nos desgasta incesante". De sus cuentos me quedo con "La dama del perrito", a la que tambien considero la mejor y menos conocida de sus adaptaciones al cine (Josif Heifits, 1960). Eso sí: Chejov tambien fue un sueño cazado por Leo y Chris.


Acto V




El falso complejo de Peter Pan o porqué odio Pixar

El complejo citado no se refiere a los niños que no quieren crecer sino a aquellos que no tienen madre como es  el caso de Peter Pan. De nada. Por eso me sorprendo todavía más cuando amigos míos cinéfilos - perdigueranos o no - deliran con los dibujos animados o los infamantes moñacos de Pixar. No logro entenderlo pero debe ser porque no soy real sino virtual y proyección de un sueño cazado por C. Nolan y su escudero famoso. No voy a entrar aquí con los ojitos a lo Miyazaki que son los más bobalicones de todos. Pero si con la Pixar de la mierda. Y aunque pensé, en principio, que no disponía de suficiente bagaje para no perder la honestidad ahora creo que no es asi. Mi primer contacto fue con el pececillo Nemo (Finding Nemo, 2003) al que me hubiese gustado mucho zampármelo en sushi o sashimi. Luego vino el horror de "Ratatouille" (2007), escalándose las más altas cimas de la estupidez, la zafiedad y la vulgaridad en la repugnante "Wall-E" (2008). Los diez minutos iniciales de "Up" (2009), de agradable sabor capriano, me hicieron concebir infundadas esperanzas porque cuando el monigote a lo Spencer Tracy (¡¡¡anatema¡¡¡) vuela con su casita y sus globitos retornó la cursilería más atrozmente yanqui. Creo, queridos míos y lectores de vergerus, que sois lo suficientemente mayorcitos y cultivados para reflexionar seriamente sobre vuestra adicción a Pixar o a los Superhéroes de Marvel. Y me importa un carajo que la mayoría no silenciosa hable y escriba de obras maestras imperecederas. No veré jamás "Toy story 3", ni el 4, ni el 5...como tampoco vi el 1 o el 2. O alguien me explica convincentemente la belleza y "los mensajes" de Pixar o con vuestro pan os lo comáis. He dicho.


Luis Betrán

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