jueves, 10 de junio de 2010

Primera mañana en Huesca



Cierto, la crisis ha afectado al Festival de Cine de Huesca. Alberto Sánchez soñaba - o no - con traer en 2010 a Martin Scorsese o a Aleksandr Sokurov.......

Vaya por delante que estos "post" breves que irán apareciendo sobre el Festival de Cine de Huesca 2010, tan solo los llevaré a cabo los días que asista a alguna proyección o acto del mismo. Mi toma de contacto se produjo el domingo 6 de junio de 2010.  No fui hasta entonces. Nunca estuve enamorado  de Angela Molina.




HOMENAJE A ALBERTO SANCHEZ

Y van......El de Huesca parece de los más justificados y menos oportunistas ya que al fin y al cabo, y como bien dijo el Director del Festival , la deuda de gratitud que este evento cinematográfico tiene con el irreemplazable Alberto jamás podrá ser saldada. Sus palabras resultaron correctas y hasta me pareció percibir una cierta emoción. Luego llegó "la autoridad competente" en forma de Director General de la Cultura, creo, del Gobierno de Aragón que se dejó hacer muchas fotos, se pasó de letanía de tópicos y no impidió la fácil deducción de que su conocimiento de la persona y la obra del homenajeado era  más bien escaso. Lo de siempre. Finalmente Julio Sánchez recibió la placa en honor a su hermano y pasamos a contemplar la exposición fotográfica en una muy bella sala del Museo Provincial.

Y llegó la hora del encuentro con la crítica. Tres célebres espadas tres: Carlos Heredero, José Enrique Monterde y el colombiano Orlando Mora. Y en el centro, moderando, el inevitable Antón Castro que disputa reñidamente el puesto a Luis Alegre como "máximos animadores de la cultura en Aragón en general y en Zaragoza en particular". Alegrémonos de contar con tan eximios sabios renacentistas que lo mismo dominan la ciencia que las artes, la literatura que el cine. Lujos de Zaraconejos.





El caso es que que el "encuentro" como suele suceder en Huesca fue más bien un diálogo a tres voces. Y aunque se pide la intervención del público esto raras veces se da y siempre con cortapisas de todo tipo. Me choca - y aquí no había cineastas del fuste de Angelopoulos o Tavernier - la suerte de reverencia con que el personal contempla a estos gurús cuya opinión no vale más que la de cualquier otro mortal al que le apasione el cine. Ni que decir tiene, que como suele ser habitual en mi deslenguada persona, me salté el protocolo y le hice una mínima pregunta al sr. Heredero, al que quería plantearle más cuestiones tras sus muy desafortunadas palabras. Y, lo más extraño, mal informadas. No había tiempo, llegaba la hora del almuerzo y eso es lo primero para los convidados.




Abrió el fuego Monterde - colaborador de Cahiers-España y de muy larga trayectoria en esta disciplina llamada con mayor o menor fortuna "crítica cinematográfica"-· Empezó con el paso cambiado, o peor exhibiendo una grave limitación. Le cambio el nombre a Alberto y le nombró Umberto. Dióse cuenta o fue avisado y justificóse en el sentido del que él había conocido muy poco a nuestro amigo. O sea, nada. Con pedantería afrancesada exhumó a Baudelaire y, más tarde, a Flaubert. Su discurso fue confuso y me dio la impresión de que el hombre no estaba allí muy a gusto. Se trataba de "el cine y las nuevas tecnologías"·. Se cebó con "Avatar" (bien hecho, bravo) y ya dijo que él no contemplaría más películas en 3D. Remachó con alguna perla como que de James Cameron no cabía esperar otra cosa más que basura estilo "Titanic" o estilo Tarantino (?), por ejemplo. Discrepo en la peli de Cameron que me parece casi una obra maestra y nada tiene que ver con un film de "niños" y de "comics".  No así en la valoración peyorativa de Tarantino,  aunque no veo relación alguna entre uno y otro. Respecto a Internet se salió por peteneras que hubieran avergonzado a la mismísima Faraona, cuando dijo que era "un arma de doble filo" (gran originalidad) y que si le iban a envasar en el habitáculo informático que fuera "Madame Bovary" renunciaría al uso de la red, cosa que evidentemente no se la cree ni él.

No manifestó si había estado o no en Cannes 2010, pero si afirmó levemente iracundo que no se sabía ni le interesaba nada el apellido del tailandés que había ganado la Palma de Oro. Eso no es de recibo sr. Monterde y además no se a que diablos se refería usted: ¿a que no le interesa el cine de Apichatpong Weerasethakul?, ¿a que le molesta que la tribu cahierista le hubiese adjudicado el motecillo de Joe?. Cierto que la americanización de su nombre es algo latosa porque es asunto de todos los días (léase al ubicuo y repelente Jordi Costa), pero imaginese si en España le llamáramos Apicha o Api. Lo primero sería causa de befa y regodeo y lo segundo parecería que hablábamos de un agente de la propiedad inmobiliaria y no de un cineasta. En ningún momento miró a Carlos Heredero , y cuando éste al referirse a Spielberg dijo que hablaba de un realizador cuya honestidad y categoría no se podían poner en duda (?), no pudo evitar una sonrisa escéptica (que secundó aunque bajando la cabeza el caballero colombiano), y al mentar el director de Cahiers-España que un autor de la categoría de Martin Scorsese  había anunciado que su próxima película sería en 3D replicó algo airadamente que Scorsese hacía muchos años que ni era autor ni nada parecido sino un simple mercenario de la industria.

Monterde no es en absoluto un "cahierista". Nunca lo fue. Es alguien políticamente escorado a la izquierda y al que la "politique des auteurs" y la "théorie de la mise en scéne", evidentemente le traen sin cuidado. Mencionó a Bergman y Antonioni, pero para nada a Godard. Con este pecado mortal remató de cabeza y le marcó el gol más doloroso a la portería mal defendida por Heredero, como luego se verá.




Infinitamente más centrado, hablando en un tono de voz nada altisonante ni amanerado y en un castellano bellísimo el colombiano Orlando Mora salvó la función y mereció la salida a hombros con vuelta al ruedo - quiero decir al Museo - incluida. Educado, sin alterarse lo más mínimo por opiniones de Heredero que no compartía, dio una lección de savoir faire. No es que dijese nada especialmente nuevo, pero explicó admirablemente la evolución del cine americano desde que la llamada generación de cineastas procedente de la televisión toman el relevo de los viejos maestros de Hollywood. Para él el hecho disfuncional del cine USA lo provocan dos directores: George Lucas y Steven Spielberg. Poco a poco, el cómic (Mora nunca utilizo el término novela gráfica, se agradece) va sustituyendo en los guiones a material literario de superior calado. La aparición del vídeo y, sobre todo, del dvd contribuyen a cambiar al tipo de público que va las salas, progresivamente más joven. Desaparecen el Arte y Ensayo, la proyección en VO se restringe a las grandes ciudades y, con la inevitable aplicación de las mas elementales normas de la oferta y la demanda, nace el que en "Cahiers" llamaron con singular fortuna "cine invisible". Películas de autor, procedentes en su mayoría de los Festivales (Cannes a la cabeza) y no accesibles para un porcentaje elevadísimo de cinéfilos de todo el mundo, salvo "usando" de Internet.

Mora abundó en el hecho de que los europeos podemos quejarnos de esta situación que él calificó de irreversible, pero qué decir de los latinoamericanos. Este hombre, sin duda inteligente y bien preparado, organiza festivales con cine "invisible" en diversos lugares de Sudamérica (en su país Colombia, en Cartagena de Indias), pero tambien en México (Guadalajara), en Canadá (Toronto) y en los mismísimos USA (Sundance, colaborador). Concluyó su brillante y sosegada intervención entonando algo así como un réquiem por el cine que habían amado los cinéfilos de su generación y finalizó astutamente con la comprensión de la invasión de las nuevas tecnologías, con la ilusión de que aportarán algo nuevo (expresión facial escéptica algo traicionera) y evocó a Bergman y Antonioni como ejemplos de un cine que hoy no tendría apenas posibilidad de distribución. Con elegante sentido del humor remacho la obviedad de que a un crítico cinematográfico colombiano no se le sufragaban los gastos que suponían su asistencia a Festivales como Cannes. En el fondo, Orlando Mora no se salió del patrón establecido por Monterde pero supo mirar atrás sin ira. A destacar de su nada prolija intervención un recuerdo a Eisenstein, no solo como inmenso cineasta sino como teórico fundamental en la historia del 7º Arte que ya había previsto, en sus abundantes escritos, la tarde o temprana aparición del cine "en relieve".



En estas circunstancias la "estrella" Carlos Heredero se contempló a si mismo como el hombre acosado de un film de Fritz Lang. Nada mejor que la mención a Umberto Eco y su muy viejo texto "Apocalípticos e integrados", adjudicándose él la segunda posición. Antes,  un compañero mío de la Tertulia Perdiguer  había "alcahueteado" el entrenamiento de los "jugadores" y escuchado a Heredero las frases asaz significativas de que Cahiers-España no tenía gran cosa que ver con el Cahiers du Cinéma francés, que se elaboraba íntegramente por españoles y que tan solo percibían de la mítica revista el derecho al nombre, el formato y algún artículo o entrevista, actual o del pasado no necesariamente cercano.

El caso es que Carlos Heredero no dejó de mencionar al menos dos veces a Jean-Luc Godard, cantó la palinodia del cine americano de antes y de ahora y, considerando que el público presente era poco ducho en esto del cine, se permitió unas declaraciones que me molestaron por su falsedad. Me cuesta creer que este veterano de la crítica (aunque no tanto como se le supone) mintiese o se despistase en dos cuestiones que paso inmediatamente a relatar. Si siempre he observado cierto totalitarismo en  las calificaciones de Cahiers España donde parece reinar un acuerdo preestablecido, ello no le otorga a este señor legitimidad alguna para creer que todo el mundo piensa como él o comulga con su sabiduría.

Surgió el tema del cine español y nuestro hombre aseveró que solo comienza a ser tomado en serio cuando aparece el llamado "nuevo cine español". Y se apoyó en nombres como Sumers Picazo, Eceiza, Erice, Suárez.....sin mencionar a Carlos Saura. No contento con la "selectividad", que pudo deberse a simples fallos de memoria, continuó su discurso diciendo que es en aquellos años (mediados de los 60, principios de los 70 del pasado siglo) cuando el cine español, tras la Palma de Oro en Cannes a "Viridiana" - 1960,  compartida, por cierto con el olvidado film francés "Une aussi longue absence", de Henri Colpi - el cine patrio es ya presencia habitual en el circuito festivalero y gana sus primeros premios. No es verdad: Bardem y Berlanga respectivamente habían conseguido  galardones varios en Cannes  y Venecia en los 50 (1) y hasta nominaciones al Oscar, e incluso un cineasta tan mediocre como Cesar Ardavín había ganado el Oso de Oro en Berlín en 1959 con la mediocrísima "El lazarillo de Tormes.




Afirma igualmente Carlos Heredero - con plausible afán desmitificador de una época en la que aun reinaba Franco - que tampoco había revistas de cine en número comparable al actual. En efecto HABIA MUCHAS MAS: Film Ideal, Temas de Cine, Esquemas de Cine, Nuestro Cine, Cinestudio, Contracampo, Griffith, Casablanca....., amén del incombustible Fotogramas que jugaba y juega en otra liga al estilo Variety. Cierto que  algunas gozaron de una efímera existencia, cierto asimismo que estaban claramente ideologizadas y no globalizadas. Pero la prensa cinematográfica española "especializada y seria" no nace precisamente con Dirigido por......y Cahiers-España. Y Carlos Heredero lo sabe. Y yo tambien. Y muchos otros. A continuación don Carlos se metió con los "blogueros", que antes habían sido defendidos por Mora y Monterde. Dijo algo así que de los diversos blogs sobre cine que circulaban en la red, de algunos se podían extraer datos y opiniones de interés pero que la mayoría no eran sino ejercicios de narcisismo ignorante. Atacó a los críticos de le prensa diaria, pero se le olvidó el más significativo: "mi amigo Boyero". Acaso porque en una ocasión compartió página con el nefando escribiendo aquello - otra vez el totalitarismo - de "todos somos hijos de Cahiers du Cinema". Y como "El País" hace ya tiempo que se autodenomina "diario global", me permito  la licencia de escribir en este caso de "narcisismo global".

El presunto debate se quedó en eso: un error de apreciación y una constancia de presunción. Y si queremos ver cine europeo o asiático (ni una sola mención en aproximadamente 1 hora) premiado en Festivales o de cineastas no americanos que nos interesan, ahí es donde radica el mayor interés de Internet no importando mucho la legalidad de nuestros actos al servirnos de tan maravilloso instrumento de información y difusión.

Una sesión entrenida y de nulas aportaciónes. Eche de menos a Román Gubern y alguna alusión al cine palomitero.

Luis Betrán

1) Juan Antonio Bardem.- Premio de la Crítica Internacional en Cannes 1955 por "Muerte de un ciclista", Premio Fipresci en Venecia 1956 por "Calle Mayor", Candidatura al Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 1958 por "La venganza".

Luis García Berlanga.- Premio de la Crítica Internacional en Cannes 1953 por "Bienvenido mr. Marshall", suceso que provocó las iras de Edward G. Robinson que no estaba de acuerdo con el resto del Jurado ya que se arrastraba por aguas no muy limpias la bandera (banderitas) americana; Candidatura al Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 1961 por "Plácido", Premio Fipresci en Venecia 1963 por "El verdugo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario