jueves, 24 de junio de 2010

El cine de Straub-Huillet.- A propósito de "Moses und Aron"

EL CINE DESPUES DEL CINE

En los turbulentos años 60 irrumpió en las pantallas una generación de cineastas que renovaron por entero el panorama fílmico, realizadores frontalmente enfrentados al cine dominante que impregnaron de maneras muy diversas (y resultados irregulares) las formas codificadas del relato cinematográfico y que, posteriormente, desaparecieron , se transformaron o acabaron llegando a un cierto acuerdo  con las reglas del juego narrativo. Esa generación (en la que entrarían nombres tan diversos como Antonioni, Godard, Resnais, Rivette, Jancsó, Marguerite Duras, Robbe-Grillet Glauber Rocha, Oshima,  Jan Nemec, Vera Chitylová, .......y más tarde Angelopoulos, Haneke, Monteiro...) fueron capaces  de mantener una admirable continuidad creativa sin modificar sus postulados iniciales. Algunos dieron la campanada en los 50 (Antonioni, Godard, Resnais, Varda), otros en los 70 (Angelopoulos, Haneke, Monteiro...)

Quizás donde adquirió  singular relieve y variedad fue en el área germanohablante: Fassbinder, Körfer, Schmidt, Schröeter, Syberberg, Schlöndorff, Fleischman, Reitz, Kluge....dilatan la nómina de las figuras más señeras, algunas de las cuales han pasado despues a un ejercicio más reconciliado e integrador con las formas narrativas heredadas. Algunos firmantes del célebre Manifiesto de Oberhausen, otros no.




 

De entre ellos emerge la absoluta individualidad de Jean Marie Straub como una figura aislada, tanto por su extrema radicalidad como por el hecho de hallarse a caballo entre dos culturas: alemán de nacimiento, es bilingüe franco-germánico y ha desarrollado su obra  - que ha firmado siempre con su esposa  Danielle Huillet , fallecida hace poco más de tres años, en una feliz alternancia  - más que síntesis - entre ambos universos , a la que se incorporó Italia a partir de 1976 con "Fortini/Cani".

En diferente grado , todos estos artistas mostraron una fuerte influencia del teatro y del cine primitivo, una gran afinidad con la música y la ópera (cuyo ritualismo  antinaturalista ejerció sobre ellos una gran fascinación) y, en consecuencia, una propensión a la lentitud ceremonial y los gestos y actitudes estereotipadas (cuando no deliberadamente) hiperrepresentadas) en la dirección de actores. El caso de Straub es singular en la medida en que es el único  que, ocasionalmente, ha empleado actores no profesionales, no para buscar un mayor naturalismo, sino justamente para alcanzar objetivos opuestos, como sucede en ese violentísimo poema sobre la miseria y la explotación del campesinado que es "Sicilia" (1998), donde la recitación ritual , casi salmodiada, permite que la palabra alcance una dimensión paradigmática , próxima a la de la tragedia griega, a partir de los enunciados más cotidianos.








Curiosamente, quién ha llevado más lejos su acercamiento a la ópera de aquel grupo de cineastas  ha sido Straub que es, justamente, el menos proclive a tales dispositivos, con excepción del uso sistemático del plano fijo  como unidad narrativa casi absoluta (Straub no ha utilizado la panorámica hasta 1974 en "Moses und Aron", aunque existen ejemplos aislados anteriormente) y que es, tambien, el más interesado  por los problemas inherentes a la relación texto/imagen y a la posición de la palabra y el material literario (y musical) dentro del cine: Straub ha trabajado siempre  a partir de obras o materiales preexistentes de autores internacionales (H. Böll, F. Brückner, C. Pavese, P. Corneille, S. Mallarmé, E. Vitorini, F. Fortini, E. Meynell, A. Schoenberg...) y su cine explora las posibilidades de recreación de las formas representables y narrativas desde una perspectiva materialista que denuncia con singular rigor toda pretensión fascinatoria o hipnótica en sus enunciaciones. De una sequedad jansenista, su cine es de un perturbador y lapidario laconismo: la imagen y la planificación jamás se imponen ni modifican el sentido de lo expuesto/narrado en cada cinta concreta, que asume formas cambiantes y disímiles para cada una, de acuerdo con el material puesto en escena.








Straub jamás ha empleado un argumento propio, y en su obra son especialmente abundantes los films no narrativos :en un sentido convencional, el fascinante trabajo del realizador de Metz es plenamente anticinematográfico en tanto que impugna la noción de elipsis y, en cierto registro, la de montaje (el montaje convencional): en su obra más conocida,·"Kronik der Anna Magdalena Bach" (1968), la música es mostrada siempre en si integridad, ejecutada en directo en planos de idéntica duración que cada pieza concreta. Cualquiera otra de sus cintas se rige de acuerdo a tal principio: :  el respeto al texto preexistente (Straub jamás ha puesto en escena un argumento propio) es absoluto, de modo tal que nada (nada cinematográfico) se interponga entre palabra/música y su representación filmada. Ni que decir tiene, se trata de la forma más directa, profunda, verdadera y eficaz de reivindicar la realidad específicamente fílmica  (el encuadre, la luz, el tiempo....), la realidad interna del plano, a través de la deconstrucción de toda forma retórica preexistente: de ahí la referencia al cine primitivo mencionado líneas más atrás que, si bien no constituye un estilema determinante , si supone, en otro sentido, incuestionable grado cero, un punto de reflexión y partida.








Me detendré en la que considero su obra maestra: "Moses und Aron", rodada en el anfiteatro romano de Alba Fucense, en los Abruzzos (y la orilla del lago Matese para el tercer acto: una breve controversia teológica entre los protagonistas a la que Schoenberg nunca llegó a poner música), a partir de la descomposición de la música orquestal en fragmentos pregrabados que los intérpretes escuchaban mediante cascos disimulados en tocados y pelucas. , incorporando las voces en directo dirigidos por Michael Gielen (1) , responsable de la sincronización  y el equilibrio sonoro (hoy podríamos llamar karaoke a este sofisticado procedimiento). Las tomas obedecen por tanto a los segmentos previamente establecidos en la partitura, de modo que la música es el verdadero agente ordenador del rodaje y el ulterior montaje. Así el espacio real de la representación aparece descompuesto en subespacios cuya lógica no obedece a la restitución ilusoria de ninguna perspectiva totalizadora, sino a su exclusiva función narrativa, espacios previamente establecidos en función del debate ideológico entre los personajes titulares: no se trata de espacios geométricos de una teatralidad ficticia, sino de espacios enunciativos, pura y exclusiva materia fílmica irreductible a toda idealización extraña  a la dialéctica músico-dramática. Aspero y seco, de un radicalismo que desdeña toda espectacularidad, el acercamiento de Straub a "Moses und Aron" es el más lúcido, respetuoso y productivamente haya elaborado jamás la contradicción entre ópera y cine, alcanzando un resultado de austera belleza  materialista, frontamente enfrentado  a la suntuosidad idealista del operismo convencional.

Tan incómodo política como filmicamente el cine de Jean Marie Straub-Daniele Huillet constituye tambien, de rechazo, un feroz alegato contra la patraña  y la estulticia que se han enseñoreado del cine dominante, de ese-cine-de-todos-los-días que disemina la vulgaridad, la nadería y la total carencia de rigor bajo el estruendo de una tecnología carente de otro propósito que el logro de la imbecilidad universal y el fascismo ordinario.


José Luis Téllez

http://www.diverdi.com/portal/detalle.aspx?id=41951


Extraído del Boletín Diverdi por Luis Betrán


1) Michel Gielen es un gran director de orquesta con 80 años cumplidos y el máximo intérperte de la dificil música de Arnold Shoenberg junto a Pierre Boulez, otro octogenario compositor y director francés.

Ni que decir tiene que comparto plenamente las ultimás líneas del texto de Téllez subrayadas en cursiva.

6 comentarios:

  1. De casualidad he llegado hasta aquí y atraída también por el apellido e incluso el nombre ,ya que así se llamaba mi padre y también uno de mis hermanos lo lleva puesto Nunca había encontrado un Bloguer o Espacio de un Gran Profesional ,solo los típicos (Por cierto el mío es horrible)de conocidos por Internet y poco mas .
    He alucinado el ratito que he pasado por aquí e incluso he pedido seguirlo para tenerlo mas a mano .Felicidades la mejor alegría del día ha sido llegar aquí.
    Un saludo .Maria Angustias Beltrán. (Andaluza de Jaén)

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  2. Muchas gracias Maria Angustias, andaluza de Jaén como escribía Miguel Hernández cambiando el sexo. Mi apellido es Betrán y no Beltrán, lo que no es óbice para que seas bienvenida a Vergerus.

    Un cordial saludo

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  3. Gracias ,disculpa mi error al leer pero tengo algún problema de visión .Te agradezco de corazón me hayas aceptado como seguidora de este gran Bloguer.Me ha encantado tu escrito sobre la selección,hoy volví a dar una vuelta un rato,por aquí. Por eso descubrí tu bienvenida.Hasta muy pronto

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  4. Estimado Luis Betrán,
    Primero gracias por la traducción de este texto sobre los Straub-Huillet. Resulta muy útil para enfrentarse a la reciente edición de sus películas en España. Tan sólo una cuestión que me alegraría mucho pudiera resolver. He encontrado, asimismo en la web, un artículo, firmado por el musicólogo (y asimismo crítico cinematográfico) José Luis Téllez, prácticamente idéntico al que usted publica procedente de la revista Positif y no sé muy bien a qué atenerme. Usted mismo lo puede comprobar aquí:
    http://www.diverdi.com/portal/detalle.aspx?id=41951
    ¿Podría concretarme los datos, nº y pág. de la revista? Se trataría de un caso flagrante de plagio por parte de Téllez ¡incluso habría copiado su traducción!
    Quedo a la espera de su respuesta.
    Un cordial saludo

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  5. “Moses and Aaron” by Jean-Marie Straub and Daniele Huillet is based on Arnold Schoenberg‘s opera, and a film at the same time unites with Schoenberg’s unique music in its depiction of Biblical events of the history of the Jewish people, and makes it the object of cinematographic analysis. The film is a double (critical) deconstruction - of the relationships between Moses and Aaron as political leaders and the Jewish people whom they lead into the future, and, on the other hand – of Schoenberg’s tendency to monumentalize and aggrandize these relationships by the music. Throughout the film Straub and Huillet examine the psychological roots of Old-Testamental theological imagination – the proclivity of people to interpret their socio-political motivations as a result of their special rapport with God. Mobilizing their visual imagery as instrument of analysis the directors show Moses as a paradigmatic case of a traditional totalitarian leader who uses despotic ideology to rule over the population, and they represent Aaron as a neo-totalitarian ruler, creator of a political system based on worshiping the Golden Calf. In “Moses and Aaron” we see the depiction of two totalitarian systems – one based on direct power and deploying pompous ideological imagination to help people to liberate themselves from their humiliated condition and to lead them towards national glory, and the other is financial totalitarianism when a real leader of the masses is the Golden Calf who instead of commanding the obedience seduces people into consumerist orgies. The conflict between Moses and Aaron becomes that of two equally totalitarian but differing systems that those who lived through the second part of 20th century had a chance to observe in the clash between Soviet Russia (a typical incarnation of traditional totalitarianism) and democracies of the West (which today, in 21st century, with their austerity programs for the populations become more and more resembling the despotic rule of the Golden Calf). The sacrifices to the Golden calf shown in the film in a rather elaborate way remind us today’s austerity programs in action and the growing unemployment, pauperization and cultural illiteracy as a result. The chorus through which people’s fears, hopes and contradictory moods express itself, is especially unforgettable as mediation between orchestra and the dramatic action and stays with us after watching the film not less than Moses’ character, Aaron’s mind and the intensity of Schoenberg music. Those today, who don’t just take life as it happens but try to grasp the meaning of existential situations and political events, will take from this film a lot of fertile impressions that’ll help them to better understand our historical past and the present. The film shows that history repeats and rejuvenates itself, and we better understand more about it not to be its victims but its participants.
    By Victor Enyutin

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  6. Thank you so much. But, excuse because my english is no good, I answer in spanish and after you can translate by google to english. Sorry. Conozo perfectamente la película de Straub/Huillet y la ópera de Schoenberg. Estoy totalmente de acuerdo con lo que dice en su magnífico comentario y no tengo nada que añadir al mismo. Solo una recomendación: ¿conoce usted el "Parsifal" wagneriano filmado por Hans-Jurgen Syberberg?. Es una película-ópera realmente extraordinaria. Mis mas cordiales saludos.

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