CINE, SOCIOLOGÍA, TARDOFRANQUISMO
La
Escuela de Barcelona, los cantautores, los viajes a Ceret, Perpignan, Biarritz
a ver una mínima parte del cine prohibido…….eso lo viví yo igual que tantos
otros. En Zaragoza, los Raimon, Llach, Paco Ibañez, Pi de la Serra, Labordeta
(el paisano), Ribalta, Elisa Serna, Pablo Guerrero, Guillermina Motta….solían
actuar en el Paraninfo de la Universidad o en la Facultad de Ciencias, y sus
recitales eran, ante todo, actos políticos. Recuerdo una anécdota bien divertida:
por aquellos años yo era crítico de cine en una emisora local y cuando terminó
su canto, unos cuantos cinéfilos la llevamos a nuestros locales radiofónicos y
allí la Motta se descolgó con una yenka que rezaba así:
Izquierda
paciencia
Derecha,
clemencia
Ni
Franco ni el Rey
Ni
el Opus Dei
Roman
Gubern tambien dio conferencias en Zaragoza y siempre lo he considerado como el
mejor historiador que ha tenido el cine en nuestro baqueteado país. El mr.
Belvedere fotogramero de la época era un cachondo, y un tipo que iba por libre hasta el extremo
de que no recuerdo en que año se le ocurrió escribir que la mejor película
estrenada había sido “Mil caras tiene el amor” (Love has many faces, Alexander
Singer 1965), espantoso melodrama protagonizada por una decadente Lana Turner.
Y es que Fotogramas era muy distinto al actual y tuvo dos críticos formidables:
Jaume Picas y José Luis Guarner. El primero amaba a Michelangelo Antonioni,
Orson Welles, Luchino Visconti, Ingmar Bergman y Luis Buñuel y apareció alguna
vez como actor, siempre en papeles de malo. Al segundo le conocí personalmente
en una edición de la Semana de Cine en Color de Barcelona en la que se
proyectaron films tan opuestos como “The sandpiper” (Minnelli) y “Pierrot le
fou” (Godard). Era un hombre de una exquisita educación y de muy suaves
maneras. Le gustaban Mizoguchi, Rossellini, Ford (sobre todo “Centauros del
desierto”), Vidor y no despreciaba en absoluto a Huston o Visconti
(anatematizados por Film Ideal donde él había surgido como crítico). Tambien
fue Guarner un apoyo nada menor a todas y cada una de las películas de la
Escuela de Barcelona, asunto del que “pasaba” Picas que crucificaba
inmisericordemente – yo creo que con razón – al Portabella de “Nocturno 29” y a
José María Nunes. Si la memoria no me traiciona, Pere Fagés era un tío
gordísimo y un crítico muy izquierdoso, a lo Nuestro Cine.
La
famosa frase de Bardem (1) es falsa en una de sus afirmaciones. El cine español
no era “estéticamente nulo”. Es más creo que Val del Omar o el primer Mur Oti –
hay más – fueron mucho más brillantes en este aspecto que el propio Bardem,
siempre dado a que en sus films apareciese un portavoz intelectual (lo que él
se creía) que en casos como “Muerte de un ciclista” (Carlos Casaravilla
diciendo “yo soy la cultura” o Fernando Rey lanzando su mensaje de paz a los
improbables segadores de “La venganza”). Bardem siempre careció de mínimo
sentido del humor y hasta llegó a decir que no le gustaba nada Buñuel “porque
era de derechas”. Supongo que debido a que el maestro de Calanda fue siempre un
individualista aunque de izquierdas, mientras que Bardem era un comunista
radical estalinista a lo Georges Sadoul, eterno amigo de Buñuel desde la
lejanía del surrealismo.
Antes
de Bardem y Berlanga, y durante el franquismo, se hicieron buenas (no muchas) películas y existió mejor cine
español que “Esa pareja feliz” (lo vengo contando). Sin olvidar que el cine de
ambos solo tuvo su razón de ser en esa jocunda frase que leyó en una pared
Buñuel en Sevilla (“contra Franco vivíamos mejor”). El declive de los dos
autores fue lamentable y si el de Barlanga coincidió, más o menos, con el
tardofranquismo el de Bardem comenzó mucho antes y pareció no avergonzarse ni
pregonar la menor autocrítica por sus films con Marisol o Sara Montiel. Las
películas del valenciano (después de “Vivan los novios” que tiene un pasar) y
del madrileño (después de “Nunca pasa nada”) fueron invariablemente bodrios,
aunque no tan respaldados por una industria ya no raquítica como los igualmente
infectos artefactos de Amenábar o Almodóvar. Y es que España – tan brillante en
sus manifestaciones pictóricas – parece no haber nacido para lucir palmito en
el Séptimo Arte. Ni Bardem, ni Barlenga, ni Saura ni nadie me resultan
similares a un genio. Luis Buñuel sí. El único. Queda el que denomino “otro
cine español”, el que roza la invisibilidad.
Hacer
cine en la España de aquellos duros años y con ideología no cercana al
fascismo, era una arriesgada aventura con probabilidades de corte de cabellera
comanche. Hoy, y ya hace años, el cine español está sodomizado, y en varios países
de Latinoamérica (México, Colombia, Peru, Chile, Uruguay….como avanzadillas) se
filman obras que aquí no podríamos ni soñar – con la excepción en mi caso de
Jaime Rosales y de ese “otro cine español” -, pero ¿quién le da por donde la
espalda pierde su nombre?. Los mismos que a casi todo que sea europeo,
asiático, hispanoamericano (excepción de los amiguetes): los voceros del
grandioso cine U.S.A. de las superproducciones (uy, qué fallo “blockbusters”) y
de los superhéroes del edén del rifle cuyo cine, justamente, dejó de ser
grandioso hace ya dos décadas o casi (con las excepciones debidas), y
contribuyó a endosar la subcultura yanqui a los cinéfilos y no cinéfilos,
especialmente jóvenes. Que pocos libros leerán pero muchas “novelas gráficas”
consumirán. Allá ellos. América (barras
y estrellas) para los americanos.
Luis Betrán
1) Conversaciones de Salamanca, fueron unas jornadas organizadas por el director de cine Basilio Martín Patino en dicha ciudad desde el 14 al 19 de mayo de 1955, Juan Anatonio Bardem definió allí al cine español: Políticamente ineficaz.Socialmente falso. Intelectualmente ínfimo. Estéticamente nulo.Industrialmente raquítico”.
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