miércoles, 6 de noviembre de 2013

IN MEMORIAM: ALEXEI BALABANOV

Traigo a “vergerus” – de hechoi pensaba hacerlo antes de su fallecimiento – a este gran cineasta ruso que pocos, me temo que seré  una de las contadas excepciones, echará en falta. Probablemente Balabanov no figurará en ninguna historia del cine venidera. Ni una sola de sus películas se estrenó en nuestro país – con lo necesarias que hubieran sido, ya que la Rusia que contemplamos en alguna de ellas recuerda no poco la Chorizistán pepera- . Si se editaron varias en DVD, lo que sirvió para que la “cr´tica canónica” de denominara el “Tarantino ruso”. Por supuesto, nada que ver con el autor de la desternillante “Django unchained”. Don Quintín no es un amargao sino un hábil reciclador de basura fílmica……ajena. Balabanov se inventó su propia mierda. Tarantino es cualquier cosa menos un intelectual (tampoco lo ha pretendido). Balabanov sí, disimulándolo unas veces y otras no. Tarantino nunca filmaría textos de Kafka ni de Beckett (autores que igual le suenan a gánsteres de Hong-Kong). Balabanov lo hizo e increíblemente salió airoso de un empeño que pareció condenado de antemano al fracaso. Ni Tarantino ni Balabanov podrán pasar nunca por adalides de la “posmoderniadad” (otra vez, ¿qué es eso?, por ventura Sofia Coppola y Nicolas Winding Renf recientemente vituperados en estas páginas?). De Balabanov se llegó a escribir que hacía un cine de tintes fascistas. El mundo al revés. Balabanov criticaba duramente a los fascistas de su país, tanto en clave dramática como burlona. Algún funcionario cahierista se ha parado a pensar (es habitual que en la “maman et la putain” esa ardua tarea neuronal no se contemple como imprescindible sino que se dicten órdenes) cual es la ideología que fácilmente se colige de films como “Reservoir dogs”,  “ Pulp fiction” , “Kill Bill o “ Inglorious bastards”?


Señoras y señores, amigos y amigas, cinéfilos y cinéfilas con ustedes ¡¡Aleksei Balabanov!!

En el Festival de Gijón de 2008 se descubrió con horror, terror y furor la película rusa "Gruz 200" (2007). Hasta tal extremo impactó esta obra bárbara, que para 2009 se confeccionó un ciclo dedicado a Aleksei Balabanov director del film citado. "Cahiers-España", "Dirigido por", "Fotogramas quedaron sorprendidos y coincidieron en el  interés de la obra de este cineasta. Que cosas. Yo conozco las pelis de A.B. desde hace bastantes más años. Sucede que el cineasta fallecido, tan solo a los 54 años de edad, no era estadoudinense. Era ruso y, salvo Gijón, poco frecuente en el mundo festivalero.

Mi primer contacto con este insólito cineasta fue con "Hermano" (Brat, 1997), una película aparentemente de género (luego comprobaría que no, dado que A.B. era un autor). Nada tenía que ver con el cine ruso o soviético del que he sido siempre un ferviente admirador. Aquí no comparecían la Revolución de Octubre, Eisenstein, la Santa Rusia, Tolstoi, Dostoievski, Pushkin, Tarkowski, Sokurov....ni el acostumbrado esplendor visual. En "Brat" sale a escena la mafia rusa de San Petesburgo y con una credibilidad pasmosa. Estamos en las antípodas de la sofisticada, y por otro lado excelente, "Una historia de violencia" (David Cronenberg). Todo es sucio, miserable, cochino en este cuento moral de hermanito joven y - según su madre - debilucho de carácter que va a visitar a su hermano mayor a la gran ciudad del norte - un gran hombre, este sí, otra vez en la opinión de mamá. El chico lo que halla es a un mafioso pobretón, cargado de deudas y amenazado de muerte - con torturas previas - por una banda muy peligrosa. En estas circunstancias el nano decidirá echar una mano a su tato y se cargará con gélida frialdad a todos sus enemigos ligándose de paso a una tranviaria.
¡¡¡Jesús, que tropa¡¡¡. Malencarados, peor vestidos, subnormales, malos de solemnidad y tercermundistas. Para rematar la jugada "Hermano" es la primera peli rusa que incorpora la comedia (negra, negrísima) con éxito. Asunto éste en que siempre fracasaron los cineastas - y los escritores - del inmenso país. Resumiendo: una estupenda película que fue un enorme éxito en Rusia y de la que Balabanov no dudaría en hacer una secuela "Brat 2" (2000) con escenas rodadas en los mismísimos U.S.A. No le salio tan bien por aquellos de nunca segundas partes fueron buenas (hay excepciones, a mi me gusta más “El padrino II” que el “Padrino” I), pero el cachondeo no cesó (1). Nuestro héroe (el actor Sergei Bozov jr., muerto a su vez con 32 años al despeñarse practicando escaladas, Balabanov le lloró amargamente) ya no reaparece en “Ruleta rusa” (Zhmurki, 2006) retornó al universo mafioso con más suciedad y fealdad todavía, pero no con menos ironía. Y, de paso, didáctica:  nos enseña a curar heridas de bala de una forma asaz extravagante. Con un desenlace, que no desvelo, en el que el esperpento se acerca a nuestros días.
La siguiente que vi fue "De dioses y monstruos" (Pro urodov i liudey, 1998), otro descomunal éxito que se vio en todas partes (no en España) y  devenido en film de absoluto culto. No es para menos: ahora el director nos trae al puterío más puerco que sirve las "debilidades" de la alta burguesía de su querido San Petesburgo ¡¡zarista!!. Esta farsa cuasipornográfica, sadomasoquista, filmada toda ella en color sepia y muda con rótulos, es decididamente inaudita y, al igual que "Brat", aunque mucho más "elegante", una película que no se parece a ninguna otra rusa de cualquier época histórica. Además es tan excelente o más que las del “hermanito sin agallas"·

Cuando las cosas empiezan a ponerse realmente duras es en la estremecedora “Cargo 200”, el instinto de supervivencia del espectador recomienda o dejarla o dar un salto de lo realista a lo simbólico, distanciarte y empezar a leer las demoledoras imágenes de Aleksei Balabanov en clave alegórica; lo que se está contando en ”Cargo o Gruz 200” no es sólo un suceso terrible: es un retablo sobre el desmoronamiento de la Unión Soviética en clave de “thriller” faulkneriano (referencia literaria que, partiendo de pasajes casi calcados de “Santuario” y trasladada a la Madre Rusia, lleva en línea recta, ahora si,  a Dostoievski). Esta vez “mi amigo Danilo (nombre del gran liquidador de mafiosos que encarnó el carismático Serguei Bodrov junior)”, como yo le llamaba, la emprende con el comunismo residual de antes de Gorbachov. Uno de sus personajes es un profesor universitario especializado en la asignatura “Dios no existe”. Contiene, ojo estómagos sensibles, la secuencia más cruda y bestial de su lamentablemente interrumpida filmografía. Pero además “Cargo 200” se deja ver como una alegoría tan absolutamente subyugante de ese cuadro de colapso histórico que resulta difícil pensar que Balabanov no lo tenía en mente. Para no destripar la película, me limito a sugerir a quienes la vean que intenten mirar a la joven raptada como a la sufrida Rusia, y que ajusten el resto a tenor de ese símil. Y que pongan todo lo visto sobre el trasfondo de las conversaciones entre el expresidiario utopista y el catedrático de ateísmo científico, que al final, corre a la iglesia esperando que Dios acuda a poner orden en el apocalipsis de una utopía.

“Cargo 200” o “Gruz 200” pareció lo más bizarro………hasta que llegó “Kochegar” (Calderero, 2009), estrenada justamente en Gijón y acogida con aplausos hasta el delirio, mientras su director andaba borracho perdido y siempre aferrado a su botella de vodka que mezclaba, el muy animal, con cerveza o sidra. (2) La gran virtud de ambas películas está en soldar ambos planos – el realista y el simbólico - de modo que resulten inseparables. En el más pegado a tierra, “Cargo 200” relata un caso policial en el que se funden el secuestro y violación de una menor, la corrupción de las estructuras de poder soviéticas, la sangría de la guerra de Afganistán, el desfondamiento moral de la sociedad y el desmoronamiento del andamiaje ideológico del régimen, con absoluta naturalidad, pegando la cámara a una realidad terrible y filmándola con buen pulso. Con ese documento, en clave realista, bastaría. Su “simpático” y anciano calderero va aún más lejos erigiéndose en la más salvaje, y creíble, representación de la Rusia de Putin. En esta extraordinaria película – en la que se usa la música de una manera tan original que puede llegar a irritar – a la pregunta de una niña, nieta del entrañable Kochegar, ¿conociste alguna vez un hombre bueno en Rusia?, el que maneja la pala no siempre con carbón o madera responde: “si, conocí uno pero enseguida se volvió malo”.
BIOGRAFÍA SUCINTA
Aleksei Balabanov (25 febrero 1959 - 18 mayo 2013) fue un popular director de cine ruso . Él era el más conocido por la película de 1997  Brat , y su secuela “Brat 2”. Ni un solo obituario había leído en diarios tan “prestigiosos” como “El País”. Claro que probablemente su lamentable “equipo” cinematográfico  no solo no había visto película suya alguna, sino ni sabían quién coño era.
Continuo, tras esta digresión biográfica,. “Morfina” (Morphy, 2008) es una cinta en la que el humor ha sido proscrito. Magnífica, como casi siempre, pero con espinoso tema sobre los médicos que de ninguna manera podía resultar divertida. Es el Balabanov  SERIO, el que remite a sus primeras películas que yo vi justamente al revés. Es, decir, las ultimas. Fue el caso de de la notable “Guerra” (Voyna, 2002 ), la maravillosa “El río” (Peka, 2002) y las complejas “It does’n hurt me” (2006) y “El castillo” (1994), modélica  versión en tan solo 90 min. de la  novela de Kafka  (seguramente nunca el genial y complejo escritor checo fue  mejor asimilado por el cine, ni los mismísimos y grandiosos Welles y Haneke  tuvieron con K. el mismo éxito). Resta por estrenarse – no nos hagamos muchas ilusiones en nuestro país – su película póstuma “Me too” (2012).
Descansa en paz, amigo Bala que bien te lo ganaste.
Luis Betrán  (2013)

1) Cuando Bodrov llega a U.SA, en el primer aeropuerto y tras el cacheo de rigor un policía le pregunta ¿a que ha venido a éste país?. A lo que el mejor asesino de mafiosos responde: ¡a enseñar cine!
2) En las películas de Balabanov se consumen ingentes litros de vodka. El director, en efecto, padecía un alcoholismo tan agudo como el del maestro de maestros “Senshei” Yasujiro Ozu. Es más que probable que ambos no llegaran a viejos (Ozu murió a los 60 años)  por culpa de tan peligrosa adicción.

ALEKSEI BALABANOV EL “ENFANT TERRIBLE” DEL CINE RUSO

El director de cine ruso Aleksei Balabanov (Sverdlovsk 1959) falleció el pasado día 18 de mayo en San Petesburgo a los 54 años, tras sufrir un infarto. Muchas de las películas de Balabanov son comedias negras extremadamente violentas ambientadas en los estertores del comunismo soviético y en la agónica instauración del capitalismo gansteril tras el desplome de la U.R.S.S. Algunas de sus obras más conocidas, como “Hermano” (1997) y su secuela “Hermano 2” (2000), que le dieron un gran éxito comercial en Rusia, han sido comparadas con la cinematografía de Tarantino.

Varias de sus creaciones son adaptaciones libérrimas de clásicos contemporáneos, como sus dos primeros largometrajes. “Días felices” (1991) y “El castillo” (1994), en las que llevó al cine las obras homónimas de Samuel Beckett y Franz Kafka. Tambien se inspiró en Nicolai Gogol, Fiodor Dostoievski o Mijail Bulgakov (Morfina, 2008).

Ajeno, por no decir abiertamente hostil, al estasblishment cinematográfico ruso, en 1994 fundó, junto a Sergei Selyanov y Victor Sergeyev, el estudio independiente CTB, a través del cual produjo todas sus películas. Balabanov, que había estudiado idiomas en la universidad, trabajó como traductor  en el Ejército Soviético en Africa y Oriente Próximo. Posteriormente fue ayudante de dirección en su ciudad natal y más tarde se instaló en San Petesburgo, ciudad que en sus films aparece retratada como un lugar de pesadilla que tritura a sus habitantes.

Ambientados con un agresivo fondo de rock ruso, en sus films figuran sanguinarios matones chechenos, funcionarios sádicos y corruptos, mafiosos en busca de redención, grotescos escenarios de horror de los años ochenta (Cargo 200, premio a la mejor dirección en el Festival Internacional de Gijón) o pioneros de la pornografía de la Rusia zarista (De monstruos y hombres, 1998). “Yo tambien” (2012), última película que completó, presentada hace pocos meses en el Festival de Rotterdam, es una peculiar réplica al “Stalker” de Tarkowsky.

Pese a su constante búsqueda del enfrentamiento y la provocación, que muchas veces tocó los límites de la tolerancia oficial, la filmografía de Balabanov ha recibido numerosos premios en Rusia. Tambien ha sido bien acogida en diversos certámenes internacionales. En 2009, el Festival de Gijon le dedicó una retrospectiva.

“Las películas de Aleksei Balabanov son un retrato colectivo de nuestro país en la épocas más dramáticas de su historia”, escribió el primer ministro ruso Dmitri Medvédev, tras conocer la muerte del cineasta.

EL PAIS

Sábado, 1 de junio de de 2013

Ya no somos los únicos, “El País” publicó este obituario con una firma curiosa, ni Jordi Costa ni Javier Ocaña comparecieron. No dudo de que el ubicuo J.C. haya visto películas de Balabanov, pero lo dicho: no son americanas y su director menos. Y el Imperio es el que manda, así que hay que hacer publicidad en los medios – y en las revistas especializadas, véanse al respecto las “críticas” a DVDS y algo más – porque, imagino que esa propaganda es pagada – de todo aquello que provenga de U.S.A. Y en lo que al cine respecta de las superproducciones – en horrible anglicismo “blockbusters” –así el ¿dudoso? estipendio será más generoso. Una noche, sin ir más lejos, en el repulsivo informativo de la TV1 se dedicaron casi 10 minutos a la conmemoración del ¡¡75 aniversario de Superman!!. Gran literatura , gran cine y gran noticia.

Si se lee el artículo del diario madrileño, se advierte:

1)      Las películas de Balabanov son comedias negras extremadamente violentas. Falso, violentas algunas “extremadamente” ninguna. Claro que los films de superhéroes son todo candor y todo dulzura. Se dispara gratuitamente en Rusia, en China, en Europa. Nunca en EE.UU.,  a pesar de las matanzas que regularmente se perpetran en el superpaís de la supercultura y de la asociación del rifle. Cosas de orates. ¿Y si es que no?. Osama Bin Laden no tuvo un juicio justo, lo que siempre ocurre en los films estadounidenses en el que tipos o tipas bastante malos o malas son juzgados por tribunales presididos casi invariablemente por una jueza a ser posible negra. Que es lo políticamente correcto.

2)      “Hermano” y “Hermano 2” han sido comparadas con Tarantino. Naturalmente, ¿Cómo va a existir un cineasta en Europa o Asia que no se parezca o imite a alguno de Hollywood. Imposible.

EL FINAL

“Ya tozhe hochu” (Yo también) resultó a la postre el testamento fílmico de Balabanov. Película minimalista de 75 min., puede ser vista, en efecto, como una revisión burlona del “Stalker” de Tarkovski. Solo que aquí “la zona” no es precisamente el alma humana sino irse al carajo y al otro barrio – bien cargados de vodka – por una de estas dos razones: la vida en la Rusia de Putin es insoportable o la vida, en general, ya no hay quién la aguante en el mundo globalizado bajo la inquisisación y vigilancia del “gran hermano” USA.

Luis Betrán

Este texto ha consultado en escasísima medida Santa Wikipedia

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