LA VIE
D’ADÉLE, DE ABDELLATIF KECHICHE
¡¡Luz, más luz!!. Cuentan que fueron las últimas palabras de Goethe antes de fallecer. Luz que ilumina los rostros que parecen aplastarse, sin deformarse, contra la cámara de Kechiche. Ojos que resplandecen de luz y que parecen mirarnos. Es una falsa ilusión. Somos nosotros los que vemos esos ojos que expresan amor, indiferencia, dolor, perplejidad. Somos nosotros los que estamos absortos por la luz. Es el milagro del cine cuando prescinde de la industria y abraza el arte. Es “La vie d’Adèle”, Palma de Oro de Cannes 2013 y una de las más hermosas películas de la última década. Cegadora en su emoción, en esas dos actrices entregadas a un extenuante trabajo que – tras posar sonrientes junto al cineasta francotunecino en el momento de recibir el premio más importante del año cinematográfico – no dudaron en calificar el rodaje de durísimo. Y en verdad que debió de serlo, Sino esas dos actrices, que compartieron laureles con el film y su autor, no lograrían quedarse en nuestra memoria cinéfila, En nuestro poso artístico. Ahora, en una semana, en años, en décadas. ¿Quién sabe?.
El cine puede ser fungible y perecedero o marmóreo e e imperecedero. Solo el inexorable dictamen del paso del tiempo pronunciará la última palabra. A los que nos acercamos a la setentena, ahítos de cine - habiendo incluso confundido en más de una ocasión el cine con la vida - con una salud menos que precaria y una esperanza de prolongar los que más amamos evidentemente limitada, esas imágenes, esos rostros, esa película ya pertenecen a nuestro sueño y a nuestra realidad. Estamos impregnados de ellas. Abdellatif Kechiche, en pocos años, lleva construyendo una filmografía ejemplar. Si “La faute a Voltaire” o “Couscous” no rebasan – ni lo pretenden – la categoría siempre agradecible del divertimento, “L’esquive” – claro antecedente de Adéle -, la extremadamente cruel “La Venus noire” - ¿cómo es posible que esta obra maestra no haya sido estrenada en Choricistán? -, desembocan en esta cinta arrolladora y maravillosa que es “La vie d’Adèle”. El Jurado de Cannes estuvo presidido por Steven Spielberg – monarca absoluto del cine industrial – que entregó esa codiciadísima Palma de Oro – un año si y otro también – a quién representa la otra cara del Jano bifronte. El Arte del Cine.
DON JON, DE
JOSEPH GORDON LEVITT
Siempre será tildada de obra menor, acaso de insignificante, quizá de estúpida. Al fín y al cabo J.G.L. no es una superestrella (¡ooohhhhh!) ni parece que esa sea su meta. Si este film lo hubiese firmado, pongamos por caso, George Clooney ya se estaría hablando y escribiendo de obra maestra, de película genial y demás majaderías…. en ese lenguaje, plagado de anglicismos de Dakota del Norte o New York City con el que los autoproclamados críticos vejan al idioma español. Se da la circunstancia de que Clooney, en sus estimables films como director, ha jugado siempre la carta de la estrella progre y concienciada políticamente, siguiendo el camino que trazó en su día Robert Redford y en el que aún persiste sin evitar que no sepamos donde hay más arrugas, si en su rostro o en su último film “Pacto de silencio”. Ni Redford ni Clooney han sido/son grandes actores. Nunca se les demandó que fuesen Alec Guinness o Spencer Tracy. Su apostura física suplía con creces sus límites histriónicos. J.G.L. tan solo tiene 32 años, más parece el chico más listo de su clase, junto a James Franco. Ha participado, como actor, en buenas y en malas películas. Lógicamente en las buenas – la seminal “Mysterious skin”, “Brick”, “Looper” – ha estado excelente y en las malas – “¿Batman XV?”, “Origen” (ambas del infumable C. Nolan) – no ha rebasado le ínfima categoría de adornillo innecesario. Con “Don Jon” firma su primera película como guionista y director, y deja bien claro que tiene
cosas que decir y ni un solo pelo de tonto.
Esta transposición del mito donjuanesco a la era de Internet es tan divertida como políticamente incorrecta. J.G.L. no el gran masturbador de Dalí, pero si el inofensivo pajillero de una familia de origen italiano, que comen juntos – los varones, padre e hijo, con camiseta neorrealista – rezan juntos, van a misa y el muchacho se confiesa regularmente y cumple su penitencia mientras trata de ponerse cachas. “Dom Jon” parece hablarnos de que el sexo carnal, con una mujer tan despampanante y mandona como Scarlet Johansson, ya no es de recibo si desde una pantalla nos excita una pelandusca guarrindonga. Esa es la apariencia, porque luego llegará Juliane Moore (experta en incestos) y pondrá las cosas en su sitio aún pudiendo tener casi la edad de la “mamma” de J.G.L. Y es una lástima, porque además de fastidiarnos, en la zona final la película niega lo que evidentemente estaba fuera de tono. Lástima. El apreciable éxito en las taquillas de ésta semindie que es “Don Jon” hará, o no, que J.G.L. siga, o no, dirigiendo películas. Amén de que tenga un papelito secundario en ese “Superman contra Batman” que tanto se nos anuncia y que ya no me deja dormir de excitación ante tan faraónico monumento. Me abstendré de comprobar – si es que el proyecto llega a buen puerto, que será sí o sí, - ¡¡vive Dios!! tanta grandeza. Y huiré en mi imaginación a las Seychelles si la dirige el temible Zack Snyder. Soñar no cuesta dinero.
BLUE JASMINE, DE WOODY ALLEN
La película anual de Woody Allen debería ser, por lo
menos, bianual. Se comprende perfectamente al ya octogenario gran cineasta
neoyorkino, cuando explica que se aburriría mucho y se sentiría inútil si
descansara en escribir guiones. Exactamente lo mismo le sucede al también octogenario
Clint Eastwood y al más que centenario Manoel de Oliveira. Y a los espléndidos,
filipino y coreano respectivamente, Brillante Mendoza y Ho Sang.-so Y en los
tres casos primeros – y no oculto mi admiración por el cine de, por este orden,
Oliveira (cineasta esencial), Allen (autor total) e Eastwood (excelente
realizador al que, dígase lo que se diga, le llevó años y varios films infames
el necesario aprendizaje). Con Woody Allen, en Europa, se da una relación de
amor inquebrantable en cinéfilos, o no, de entre los cuarenta años y más. En
uno y otro sexo. Me temo que una mayoría juvenil muy mayoritaria pase de Woody
Allen. No es un director de juegos infantiles, ni de tebeos malos. Es un
intelectual, rara avis en U.S.A. Y como tal se tiró años y más años – a partir
de la oscarizada “Annie Hall” – sin que su cine hiciese tilín a sus
compatriotas. ¿Como un declarado admirador de Bergman, Fellini o Buñuel iba a
gustar a los más bien poco cultivados estadounidenses?. Así que las peores
películas de Allen en estos últimos años – “Vicky Cristina Barcelona” (conste
que a mi no me parece tan mala) o esta “Blue Jasmine” – sí que han gustado a
los ciudadanos del superalcahuete país – mientras que el resto, en su periplo
europeo o en casita lo de siempre. Sí en Europa. No en USA. Y tenemos muy claro
quién manda.
“Blue Jasmine” no tiene más que una sola idea –
Blanche Dubois de Nueva York a San Francisco, sustituyendo la discutible locura
de la genial Vivien Leigh pòr el victimario en la crisis de la no menos genial
Cate Blanchet - y es muy difícil hacer
una película con tan solo una idea. Y por más que Woody Allen, en su retorno a
su único país, enaltezca su propuesta con Cinemascope (inédito en si
filmografía desde la estupenda “Manhattan”), el resultado es monótono y, inaudito
en el director de una única obra maestra “Delitos y faltas”, aburrido. La
Blanchett, como dicen los futboleros, está que se sale. Tambien lo estaba Gena
Rowlands, la excelsa actriz viuda del no menos excelso John Cassavettes, en
“Otra mujer”. Y tampoco pasaba nada, salvo el tedio. “Blue Jasmine” es tan
decepcionante como “Melinda y Melinda” aunque no tan atrozmente mala como “To
Rome with love”. Woody Allen ya ha realizado otra película. Entiendo que no pare.
Entiendo que unas veces sí, otras no, las más ni sí ni no sino todo lo
contrario. Calma querido Woody.
Luis Betrán
"Todo lo demás" de Woody Allen (Anything else) también era en formato Scope - 2.35.
ResponderEliminarTodo son opiniones, pero el cómic de "Blue is the warmest colour" me parece bastante mejor que la adaptación de Kechiche, q me parece muy desigual, muy larga y con un desesperante y reiterativo uso del primer plano.
Saludos, y un placer leer los textos de un auténtico supercinéfilo como Vergerus.
Gracias Sergio por el comentario. En efecto, me olvidé de "Anyhthing else. Nunca leí el cómic del que parte "La vie d'Adéle", pero me veo obligado a discrepar. A mi los primerísimos planos de esta película me fascinan, me hipnotizan, me conmueven. Y tampoco me parece larga, yo la viví en un suspiro y hasta podía haber durado más de las tres horas. Y es que no hay magnitud más subjetiva que el aburrimiento. Durando tan solo 80 min., yu hubiera abandonado la sala a los 10 min. de proyección. "Gravity", naturalmente. Un placer y un muy cordial saludo, amigo Sergio.
ResponderEliminarLuis, muy bien que sigas escribiendo tanto y tan bien sobre cine!
ResponderEliminarLeí por ahí que Kechiche rodó 800 horas de material, gracias a la nueva tecnología digital, de la cual montó esas 3 horas. Es curioso el cambio que puede producirse así en el cine, seguramente para bien, aunque también leí por ahí que el peligro, quizá, puede ser el perder la perspectiva. No lo sé.
Gravity efectivamente a los diez minutos se convierte en un más de lo mismo. Lástima lo de Cuarón y el camino hacia el que parece dirigirse.
He tenido la suerte de ver en Madrid en estos días "De tal padre..." de Kore-eda y "Camille Claudel 1915" con una espeluznante Binoche. Te recomiendo ambas. Muy buenas.
Saludos,
Sergio.
Gracias Sergio por el comentario. Supongo que el cambio, como tu dices, será para bien pero yo siempre añoraré el viejo celuloide. He visto ya tanto la peli de Kore-eda como la de Dumont. Ambas me parecen notables aunque con algunos peros. "De tal padre......." carece de originalidad, el tema del cambio de bebés se ha visto al menos en unas tres ocasiones precedentes y el film del gran director japonés me parece inferior a las espléndidas "Nadie sabe" o "Still walking". Lo mismo me pasa con "Camille Claudel 1915. Creo que Bruno Dumont es uno de los mejores cineastas franceses contemporáneos y ahí están "L'Humanité", "Flandres", "Hadjewich" o "Hors Satan" para demostrarlo. "Camille Claudel 1915" es un muy buen film, cierto, pero le encuentro excesivamente deudor de Robert Bresson. Y con todos mis respetos para la composición de Binoche, te planteo una pregunta: ¿no te parece que el verdadero protagonista no es Camille sino Paul Claudel?. Toda la primera parte me resulta algo así como un prólogo que se desarrolla admirablemente....para que por fín aparezca el beato y miserable poeta. Es una opinión, conste. Aguardo respuesta y mis más cordiales saludos.
Eliminarla de Kore-eda me hizo pensar, no sabría decir si me gusta más o menos que Still walking o Kiseki. Las tres me gustan mucho. Nadie sabe, también.
ResponderEliminarSobre los hermanos Claudel, lo que más me gusta es la idea de Camille encerrada, de su prisión-manicomio (me gustó mucho esa escena en que intenta escapar por un instante yendo fuera, al sol) y de la imposibilidad de escapar. El "carcelero" Paul, su hipocresía, su cinismo, también me interesa, pero menos. Creo que era papel para otro actor. La Binoche es sublime y se come al hermano con patatas. De Dupont no puedo opinar puesto que es la única película que he visto de este cineasta. Es uno un cinéfilo con muchos agujeros.
Claro que si, en "Camille Claudel 1915" la Binoche está espléndida. Pero en cuanto a personaje me reafirmo que el de Paul es el que otorga todo su sentido a la película. El actor no está ni bien ni mal. Hace como los "modelos" bressonianos. No interpreta. La película comienza justo donde terminaba la anterior sobre Camille Claudel interpretada, mucho peor, por Isabelle Adjani. La escena que citas a mi tambien me parece la mejor de la película. Y habrá que remediar tus carencias sobre el gran Bruno Dumont. Me ocuparé de ello personalmente, hablando con Toni al respecto. Kore-eda. Me olvidé de la maravillosa "Kiseki". Gracias por recordármelo. Hoy se ha estrenado "La grande bellezza" de Sorrentino. Una muy buena película, la mejor de su director. Lästima que evoque en demasía al gran Fellini. Cordialísimos saludos.
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