Traigo a “vergerus” – de hechoi pensaba
hacerlo antes de su fallecimiento – a este gran cineasta ruso que pocos, me
temo que seré una de las contadas
excepciones, echará en falta. Probablemente Balabanov no figurará en ninguna
historia del cine venidera. Ni una sola de sus películas se estrenó en nuestro
país – con lo necesarias que hubieran sido, ya que la Rusia que contemplamos en
alguna de ellas recuerda no poco la Chorizistán pepera- . Si se editaron varias
en DVD, lo que sirvió para que la “cr´tica canónica” de denominara el
“Tarantino ruso”. Por supuesto, nada que ver con el autor de la desternillante
“Django unchained”. Don Quintín no es un amargao sino un hábil reciclador de
basura fílmica……ajena. Balabanov se inventó su propia mierda. Tarantino es cualquier
cosa menos un intelectual (tampoco lo ha pretendido). Balabanov sí,
disimulándolo unas veces y otras no. Tarantino nunca filmaría textos de Kafka
ni de Beckett (autores que igual le suenan a gánsteres de Hong-Kong). Balabanov
lo hizo e increíblemente salió airoso de un empeño que pareció condenado de
antemano al fracaso. Ni Tarantino ni Balabanov podrán pasar nunca por adalides
de la “posmoderniadad” (otra vez, ¿qué es eso?, por ventura Sofia Coppola y
Nicolas Winding Renf recientemente vituperados en estas páginas?). De Balabanov
se llegó a escribir que hacía un cine de tintes fascistas. El mundo al revés.
Balabanov criticaba duramente a los fascistas de su país, tanto en clave dramática
como burlona. Algún funcionario cahierista se ha parado a pensar (es habitual
que en la “maman et la putain” esa ardua tarea neuronal no se contemple como
imprescindible sino que se dicten órdenes) cual es la ideología que fácilmente
se colige de films como “Reservoir dogs”,
“ Pulp fiction” , “Kill Bill o “ Inglorious bastards”?
Señoras y señores, amigos
y amigas, cinéfilos y cinéfilas con ustedes ¡¡Aleksei Balabanov!!
En el Festival de Gijón de 2008
se descubrió con horror, terror y furor la película rusa "Gruz
200" (2007). Hasta tal extremo impactó esta obra bárbara, que para
2009 se confeccionó un ciclo dedicado a Aleksei Balabanov
director del film citado. "Cahiers-España", "Dirigido
por", "Fotogramas quedaron sorprendidos y coincidieron en
el interés de la obra de este cineasta.
Que cosas. Yo conozco las pelis de A.B. desde hace bastantes
más años. Sucede que el cineasta fallecido, tan solo a los 54 años de edad, no
era estadoudinense. Era ruso y, salvo Gijón, poco frecuente en el mundo
festivalero.
Mi primer contacto con este
insólito cineasta fue con "Hermano" (Brat, 1997), una
película aparentemente de género (luego comprobaría que no, dado que A.B.
era un autor). Nada tenía que ver con el cine ruso o soviético del que he sido
siempre un ferviente admirador. Aquí no comparecían la Revolución
de Octubre, Eisenstein, la
Santa Rusia, Tolstoi, Dostoievski, Pushkin, Tarkowski,
Sokurov....ni el acostumbrado esplendor visual. En "Brat"
sale a escena la mafia rusa de San Petesburgo y con una credibilidad pasmosa.
Estamos en las antípodas de la sofisticada, y por otro lado excelente, "Una
historia de violencia" (David Cronenberg). Todo es sucio, miserable, cochino
en este cuento moral de hermanito joven y - según su madre - debilucho de
carácter que va a visitar a su hermano mayor a la gran ciudad del norte - un
gran hombre, este sí, otra vez en la opinión de mamá. El chico lo que halla es
a un mafioso pobretón, cargado de deudas y amenazado de muerte - con torturas
previas - por una banda muy peligrosa. En estas circunstancias el nano decidirá
echar una mano a su tato y se cargará con gélida frialdad a todos sus enemigos
ligándose de paso a una tranviaria.
¡¡¡Jesús, que tropa¡¡¡.
Malencarados, peor vestidos, subnormales, malos de solemnidad y
tercermundistas. Para rematar la jugada "Hermano" es la
primera peli rusa que incorpora la comedia (negra, negrísima) con éxito. Asunto
éste en que siempre fracasaron los cineastas - y los escritores - del inmenso
país. Resumiendo: una estupenda película que fue un enorme éxito en Rusia y de
la que Balabanov no dudaría en hacer una secuela "Brat 2" (2000) con
escenas rodadas en los mismísimos U.S.A. No le salio tan bien por aquellos de
nunca segundas partes fueron buenas (hay excepciones, a mi me gusta más “El
padrino II” que el “Padrino” I), pero el cachondeo no cesó (1). Nuestro héroe
(el actor Sergei Bozov jr., muerto a su vez con 32 años al despeñarse
practicando escaladas, Balabanov le lloró amargamente) ya no reaparece en
“Ruleta rusa” (Zhmurki, 2006) retornó al universo mafioso con más suciedad y
fealdad todavía, pero no con menos ironía. Y, de paso, didáctica: nos enseña a curar heridas de bala de una
forma asaz extravagante. Con un desenlace, que no desvelo, en el que el
esperpento se acerca a nuestros días.
La siguiente que vi fue "De
dioses y monstruos" (Pro urodov i liudey, 1998), otro descomunal éxito que
se vio en todas partes (no en España) y devenido en film de absoluto culto. No es para
menos: ahora el director nos trae al puterío más puerco que sirve las
"debilidades" de la alta burguesía de su querido San Petesburgo
¡¡zarista!!. Esta farsa cuasipornográfica, sadomasoquista, filmada toda ella en
color sepia y muda con rótulos, es decididamente inaudita y, al igual que
"Brat", aunque mucho más "elegante", una película que no se
parece a ninguna otra rusa de cualquier época histórica. Además es tan
excelente o más que las del “hermanito sin agallas"·
Cuando las cosas empiezan a ponerse realmente
duras es en la estremecedora “Cargo 200”, el instinto de supervivencia del
espectador recomienda o dejarla o dar un salto de lo realista a lo simbólico,
distanciarte y empezar a leer las demoledoras imágenes de Aleksei Balabanov en
clave alegórica; lo que se está contando en ”Cargo o Gruz 200” no es sólo un suceso
terrible: es un retablo sobre el desmoronamiento de la Unión Soviética en
clave de “thriller” faulkneriano (referencia literaria que, partiendo de
pasajes casi calcados de “Santuario” y trasladada a la Madre Rusia, lleva en
línea recta, ahora si, a Dostoievski). Esta
vez “mi amigo Danilo (nombre del gran liquidador de mafiosos que encarnó el
carismático Serguei Bodrov junior)”, como yo le llamaba, la emprende con el
comunismo residual de antes de Gorbachov. Uno de sus personajes es un profesor
universitario especializado en la asignatura “Dios no existe”. Contiene, ojo
estómagos sensibles, la secuencia más cruda y bestial de su lamentablemente
interrumpida filmografía. Pero además “Cargo 200” se deja ver como una
alegoría tan absolutamente subyugante de ese cuadro de colapso histórico que
resulta difícil pensar que Balabanov no lo tenía en mente. Para no destripar la
película, me limito a sugerir a quienes la vean que intenten mirar a la joven
raptada como a la sufrida Rusia, y que ajusten el resto a tenor de ese símil. Y
que pongan todo lo visto sobre el trasfondo de las conversaciones entre el
expresidiario utopista y el catedrático de ateísmo científico, que al final,
corre a la iglesia esperando que Dios acuda a poner orden en el apocalipsis de
una utopía.
“Cargo 200” o “Gruz 200” pareció lo más
bizarro………hasta que llegó “Kochegar” (Calderero, 2009), estrenada justamente en
Gijón y acogida con aplausos hasta el delirio, mientras su director andaba
borracho perdido y siempre aferrado a su botella de vodka que mezclaba, el muy animal,
con cerveza o sidra. (2) La
gran virtud de ambas películas está en soldar ambos planos – el realista y el
simbólico - de modo que resulten inseparables. En el más pegado a tierra,
“Cargo 200”
relata un caso policial en el que se funden el secuestro y violación de una
menor, la corrupción de las estructuras de poder soviéticas, la sangría de la
guerra de Afganistán, el desfondamiento moral de la sociedad y el
desmoronamiento del andamiaje ideológico del régimen, con absoluta naturalidad,
pegando la cámara a una realidad terrible y filmándola con buen pulso. Con ese
documento, en clave realista, bastaría. Su “simpático” y anciano calderero va
aún más lejos erigiéndose en la más salvaje, y creíble, representación de la Rusia de Putin. En esta
extraordinaria película – en la que se usa la música de una manera tan original
que puede llegar a irritar – a la pregunta de una niña, nieta del entrañable
Kochegar, ¿conociste alguna vez un hombre bueno en Rusia?, el que maneja la
pala no siempre con carbón o madera responde: “si, conocí uno pero enseguida se
volvió malo”.
BIOGRAFÍA SUCINTA
Aleksei Balabanov (25 febrero 1959 - 18 mayo 2013)
fue un popular director de cine ruso
. Él era el más conocido por la película de 1997 Brat
, y su secuela “Brat 2”. Ni un solo obituario había leído en diarios
tan “prestigiosos” como “El País”. Claro que probablemente su lamentable
“equipo” cinematográfico no solo no
había visto película suya alguna, sino ni sabían quién coño era.
|
Continuo, tras esta digresión biográfica,. “Morfina”
(Morphy, 2008) es una cinta en la que el humor ha sido proscrito. Magnífica,
como casi siempre, pero con espinoso tema sobre los médicos que de ninguna
manera podía resultar divertida. Es el Balabanov SERIO, el que remite a sus primeras películas
que yo vi justamente al revés. Es, decir, las ultimas. Fue el caso de de la
notable “Guerra” (Voyna, 2002 ), la maravillosa “El río” (Peka, 2002) y las
complejas “It does’n hurt me” (2006) y “El castillo” (1994), modélica versión en tan solo 90 min. de la novela de Kafka (seguramente nunca el genial y complejo
escritor checo fue mejor asimilado por
el cine, ni los mismísimos y grandiosos Welles y Haneke tuvieron con K. el mismo éxito). Resta por
estrenarse – no nos hagamos muchas ilusiones en nuestro país – su película
póstuma “Me too” (2012).
Descansa en paz, amigo Bala que bien te lo ganaste.
Luis Betrán (2013)
1) Cuando Bodrov llega a U.SA, en el primer aeropuerto y
tras el cacheo de rigor un policía le pregunta ¿a que ha venido a éste país?. A
lo que el mejor asesino de mafiosos responde: ¡a enseñar cine!
2) En las películas de Balabanov se consumen ingentes
litros de vodka. El director, en efecto, padecía un alcoholismo tan agudo como
el del maestro de maestros “Senshei” Yasujiro Ozu. Es más que probable que
ambos no llegaran a viejos (Ozu murió a los 60 años) por culpa de tan peligrosa adicción.
ALEKSEI
BALABANOV EL “ENFANT TERRIBLE” DEL CINE RUSO
El
director de cine ruso Aleksei Balabanov (Sverdlovsk 1959) falleció el pasado
día 18 de mayo en San Petesburgo a los 54 años, tras sufrir un infarto. Muchas
de las películas de Balabanov son comedias negras extremadamente violentas
ambientadas en los estertores del comunismo soviético y en la agónica
instauración del capitalismo gansteril tras el desplome de la U.R.S.S. Algunas de sus obras
más conocidas, como “Hermano” (1997) y su secuela “Hermano 2” (2000), que le dieron un gran
éxito comercial en Rusia, han sido comparadas con la cinematografía de
Tarantino.
Varias
de sus creaciones son adaptaciones libérrimas de clásicos contemporáneos, como
sus dos primeros largometrajes. “Días felices” (1991) y “El castillo” (1994),
en las que llevó al cine las obras homónimas de Samuel Beckett y Franz Kafka.
Tambien se inspiró en Nicolai Gogol, Fiodor Dostoievski o Mijail Bulgakov
(Morfina, 2008).
Ajeno,
por no decir abiertamente hostil, al estasblishment cinematográfico ruso, en
1994 fundó, junto a Sergei Selyanov y Victor Sergeyev, el estudio independiente
CTB, a través del cual produjo todas sus películas. Balabanov, que había
estudiado idiomas en la universidad, trabajó como traductor en el Ejército Soviético en Africa y Oriente
Próximo. Posteriormente fue ayudante de dirección en su ciudad natal y más
tarde se instaló en San Petesburgo, ciudad que en sus films aparece retratada
como un lugar de pesadilla que tritura a sus habitantes.
Ambientados
con un agresivo fondo de rock ruso, en sus films figuran sanguinarios matones
chechenos, funcionarios sádicos y corruptos, mafiosos en busca de redención,
grotescos escenarios de horror de los años ochenta (Cargo 200, premio a la
mejor dirección en el Festival Internacional de Gijón) o pioneros de la
pornografía de la Rusia
zarista (De monstruos y hombres, 1998). “Yo tambien” (2012), última película
que completó, presentada hace pocos meses en el Festival de Rotterdam, es una
peculiar réplica al “Stalker” de Tarkowsky.
Pese
a su constante búsqueda del enfrentamiento y la provocación, que muchas veces
tocó los límites de la tolerancia oficial, la filmografía de Balabanov ha
recibido numerosos premios en Rusia. Tambien ha sido bien acogida en diversos
certámenes internacionales. En 2009, el Festival de Gijon le dedicó una
retrospectiva.
“Las
películas de Aleksei Balabanov son un retrato colectivo de nuestro país en la
épocas más dramáticas de su historia”, escribió el primer ministro ruso Dmitri
Medvédev, tras conocer la muerte del cineasta.
EL
PAIS
Sábado, 1 de junio de de 2013
Ya no somos los únicos, “El
País” publicó este obituario con una firma curiosa, ni Jordi Costa ni Javier
Ocaña comparecieron. No dudo de que el ubicuo J.C. haya visto películas de
Balabanov, pero lo dicho: no son americanas y su director menos. Y el Imperio
es el que manda, así que hay que hacer publicidad en los medios – y en las
revistas especializadas, véanse al respecto las “críticas” a DVDS y algo más –
porque, imagino que esa propaganda es pagada – de todo aquello que provenga de
U.S.A. Y en lo que al cine respecta de las superproducciones – en horrible
anglicismo “blockbusters” –así el ¿dudoso? estipendio será más generoso. Una
noche, sin ir más lejos, en el repulsivo informativo de la TV1 se dedicaron casi 10
minutos a la conmemoración del ¡¡75 aniversario de Superman!!. Gran literatura
, gran cine y gran noticia.
Si se lee el artículo del
diario madrileño, se advierte:
1)
Las películas de
Balabanov son comedias negras extremadamente violentas. Falso, violentas
algunas “extremadamente” ninguna. Claro que los films de superhéroes son todo
candor y todo dulzura. Se dispara gratuitamente en Rusia, en China, en Europa.
Nunca en EE.UU., a pesar de las matanzas
que regularmente se perpetran en el superpaís de la supercultura y de la
asociación del rifle. Cosas de orates. ¿Y si es que no?. Osama Bin Laden no
tuvo un juicio justo, lo que siempre ocurre en los films estadounidenses en el
que tipos o tipas bastante malos o malas son juzgados por tribunales presididos
casi invariablemente por una jueza a ser posible negra. Que es lo políticamente
correcto.
2)
“Hermano” y
“Hermano 2”
han sido comparadas con Tarantino. Naturalmente, ¿Cómo va a existir un cineasta
en Europa o Asia que no se parezca o imite a alguno de Hollywood. Imposible.
EL FINAL
“Ya tozhe
hochu” (Yo también) resultó a la postre el testamento fílmico de Balabanov.
Película minimalista de 75 min., puede ser vista, en efecto, como una revisión
burlona del “Stalker” de Tarkovski. Solo que aquí “la zona” no es precisamente
el alma humana sino irse al carajo y al otro barrio – bien cargados de vodka – por
una de estas dos razones: la vida en la Rusia de Putin es insoportable o la
vida, en general, ya no hay quién la aguante en el mundo globalizado bajo la
inquisisación y vigilancia del “gran hermano” USA.
Luis
Betrán
Este texto
ha consultado en escasísima medida Santa Wikipedia
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar