EL POLAR SOFISTICADO
"Polar"
es un invento francés de origen cahierista que se refiere a films policíacos
franceses en los que pueden ser más buenos los delincuentes que la policía. En
los que palpita un halo trágico y solemne y en los que los protagonistas -
siempre masculinos - suelen ser hombres solitarios pero que, llegado el caso,
siempre mostrarán su solidaridad y/o amistad con otros hampones de similar
catadura. El "polar" tiene un padre americano: "La jungla de
asfalto", obra maestra de John Huston, y una madre francesa: "Touchez
pas au grisbi", extraordinaria película comentada en el hilo dedicado a su
director Jacques Beker. Ningún "polar" superó jamás a tan ilustres
progenitores, pero si que hubo un cineasta - al que Godard convocó en su debut
"A bout de souffle" - que sofisticó y éste gabacho subgenero de tanta
qualité, y que ejerció gran influencia en el cine de su tiempo y en el que
vendría despues. Jim Jarmusch o Nicolas Winding-Refn le deben no poco.
AMBIGÜEDAD
Cineasta
de la ambigüedad, Jean Pierre Melville – cuyo verdadero nombre era Jean-Pierre
Grumbach, lo de Melville fue un homenaje al autor de “Moby Dyck” – nació en
Paris el 20 de octubre de de 1917. Desde muy joven tiene oportunidad de hacer
cine en 8 mm. Y cuando en 1937 decide dedicarse a él profesionalmente, ha
acoplado tras de si una útil experiencia en el campo de la imagen. Entusiasmado
por el cine norteamericano, admirador de los cineastas clásicos que saben
contar una historia, Melville configura así su cualidad de excelente técnico
interesado en la narrativa tradicional.
Movilizado
en 1937, hasta 1945 no puede replantearse seriamente su afición
cinematográfica. Pero, a causa de su ideología pronazi, tuvo problemas frente
al sindicato de técnicos cinematográficos en un momento de ardoroso patriotismo
posbélico. Situación que le obligó a ubicarse por su cuenta y fundar su propia
productora; ello le ha valido más tarde - cosas de la “nouvelle vague” y de
Godard que le hizo aparecer en su primer film “A bout de soufflé”- el
calificativo de “primer autor” de la cinematografía francesa, al convertirse en
productor, director y guionista de sus films. Inconmensurable disparate que
supone “ignorar” deliberadamente que antes que él estuvieron Vigo, Renoir,
Duvivier, Clair, Becker, Bresson, Feyder, Grémillon... etc.
Las
tres primeras películas – a pesar de sus simpatías ultraderechistas que se
irían apagando con el paso del tiempo, - nunca fue juzgado ni encarcelado –
tuvieron, sin embargo, como base literaria textos ajenos: “Le silénce de la
mer” (1947) magnífica, inspirada por Vercors, “Les enfants terribles” (1949)
por Cocteau - continuación no muy lograda de la excelente “Les parents
terribles” dirigida por el propio Jean Cocteau y una de sus mejores obras
cinematográficas – y “Quand tu liras cette lettre” (1952) por Deval. Es a partir
de su cuarta película, la estupenda “Bob le flambeur” (1955), cuando inicia
decididamente la descripción de su personal universo: personajes marginados que
viven la noche, seres desarraigados en los que no cabe la posibilidad del amor
pero si la de una amistad generalmente no confesada y que se expresa
violentamente en un instante dado, hombres que viven sin esperanza buscando la
muerte como única solución al absurdo de vivir. “Touche pas au grisbi” de
Becker o “Rififí” de Dassin, ciertamente. El polar o la traslación del cine
negro USA mediante una operación no exenta de pompa, filosofía barata y plagio.
Melville
será, en cierta medida el poeta de la represión. Expresada en sentimientos no
formulados, en relaciones no desarrolladas que se quedan en una mirada
sugerente, en hombres abandonados que solo a través de una forma cualquiera de
violencia consiguen sentirse vivos....
Melville
hablará de “la jungla de asfalto”, tras pequeñas incursiones en dramas cerrados
e íntimos (Leon Morin prêtre, 1961 un gran film a revisar con una deslumbrante
Emmanuelle Riva y un sobrio Belmondo), como resultante de su profunda
admiración por la obra maestra de John Huston, en la que más hondamente se
observan las relaciones del hombre con su entorno, la virtualidad del azar, la
búsqueda ansiosa de un mito redentor, llegando a una poética exclusiva en la
que el pesimismo existencialista (Huston fue un admirador de Sartre y llegó a
encargarle el guión de “Freud”, aunque la extensión del mismo hizo imposible su
utilización en la fallida película sobre el genio fundador del psicoanálisis)
se vuelca en la aventura del hombre desencadenada en tragedia. En el buen
thriller americano, esta apasionada carga vital viene complementada con una
aguda reflexión social.
Melville,
definido como “el más francés de los directores americanos y el más americano
de los directores franceses”, en esta exposición poética de su concepto del
mundo no supera, generalmente, un epidérmico y estilizado mimetismo. Lo que en
los EE.UU. conecta no solo con una tradición ambiental, sino con una
sensibilidad cotidiana, en Francia – y en el polar – al no transformarse en una
realidad concreta, el thriller queda en un singular producto ambiguo y
abstracto. Lo que no empece que Melville consiga obras de calidad superior a
las de un Deray, un Giovanni, un Verneuil..
En
Melville, esa ambigüedad resultante es tambien mediatizada. En sus juegos de
policías y asesinos o ladrones, planteará no una situación maniquea entre
“buenos y malos”, sino una introspección de los caracteres de todos ellos que
rompa el esquematismo inicial. Pero, compuestos de un modo estereotipado, esa
introspección no ahonda en causas que justifiquen su acción, no alcanza lo
suficiente como para definirle un observador de la realidad. Su mundo fílmico
es, desde luego, intransferible e inamovible. De ahí la repetición continua de
situaciones idénticas hasta el punto de que su quehacer de los últimos años se
torna previsible aún antes de conocerlo.
El
autor de “El confidente” (Le doulos, 1962) decidió en un momento dado que solo
le interesaba el cine comercial, el tan peyorativo cine de éxito. Esa
declaración, respaldada posteriormente por los hechos, vino a sorprender a los
jóvenes de la “nouvelle vague” que tanto le habían loado y que en su afán de encontrar
un antecedente en su postura, vieron en él – como se ha mencionado – a un
“autor” completo, marginado de los sistemas de producción habituales, que
lograba realizar películas de excelente factura y evidentemente personales, con
un muy bajo presupuesto salvo los sueldos de un Delon o un Belmondo. La
“comercialidad” de Melville – “he tomado la costumbre de gustar y me dolería
hacer una película que no gustara aunque esto siempre puede suceder”, manifestó
en una entrevista a Cahiers du Cinéma – surge justamente en base a la
perfección formal de sus películas. La narración-tipo del cine U.S.A. ha
sensibilizado a los espectadores de todas partes hacia un lenguaje inteligible.
Acompañado éste por la grandilocuencia de lo superficial y esa siempre presente
ambigüedad moral, se compone el tríptico inevitable de la comercialidad
melvillana.
Más
todo esto no merma la calidad de sus films y sería injusto no aceptar en este
cineasta la posibilidad de que su mitomanía por el mundo fantástico del “Bien y
del Mal” no le lleve a conseguir títulos de considerable valía. “El silencio de
un hombre” (Le samurai, 1967), “Hasta el último aliento” (Le deuxiéme soufflé,
1966) o “Circulo rojo” (Le cercle rouge, 1972) son buenas pruebas de ello. El 2
de agosto de 1973, cuando gozaba de inmejorable reputación crítica y alternaba
la realización de películas con sus trabajos como censor oficial de su país, le
sobrevino la muerte en Paris su ciudad natal.
Luis Betrán
reparé en que la rata loperena y el fariseo chuschao son los capos del lugar, haciendo política en un site de cine, impidiendo a la gente opinar con libertad, acosando y difamando a países que no arrodillan ante sus queridos gringos
ResponderEliminaruna pena porque en ese site hay gente valiosísima como TXIKI, Toma Alistar, professor keller, etc. gente que ama el cine y tiene ideas ilustradas
Feliz Navidad Luis a mi regreso hablamos
Amigo Taribo: me he guardado todo lo que me has envíado porque sino este post quedaría muy feo con todos esos comentarios. Te respondo tan solo a éste, mientras preparo un texto nuevo que pronto saldrá. Veo que hoy en cf hay más polítitica que cuando yo estaba. Yo pensé que una vez de hubieran librado de mí - yo afirmé allí ser comunista más de una vez - se dedicarían al cine y al juego ese de adivinar películas. Aciertas con L. y CH. Mabuse es un pobre hombre de más de 70 años y muy rico al que por cierto odiaba CH. Juramentado, Hammett, Caco de Génova....son fascistas canónicos. No conozo ni a TXIKI ni a Toma Alistair pero por lo que leo les acosaran hasta que se larguen. Keller es pura retórica argentina y demagogia barata. No hay nada sincero en él, cuidado. La poca gente de izquierdas que allí había - Flazaro, Rubeum. Adaros- se largaron conmigo o desaparecieron. Tú, probablemente, tambien te tendrás que ir. Yo no puedo entrar al foro ese pero si leer lo que allí se postea. La mayoría películas vistas y revistas. Hay foros como Patio de Butacas, Subadictos o Filibusteros mucho más democráticos y de un muy superior interés cultural. Lange y su compañera Feve son buena gente. De cine el que más sabe es Prudencio y Pancho Vertigen que antes era asimismo un tipo de izquierda. El señor Chus. cero absoluto. Te reitero mi felicitación navideña. Un abrazo y ¡Vivan Cuba y Venezuela!!.
EliminarEra para que tú leyeras, Luis.
EliminarTXIKI y Olarticoechea son vascos, este último dijo ayer que se va. El administrador CH y la rata loperena lo acosaron públicamente.
TXIKI es más radical y no se atreven a enfrentarlo abiertamente.
Toma Alistar era antes Robinson Crusoe. Tampoco participa más, tuvo sus disputas por acoso de usuarios fascistas, los cuales a ese señor no le ganan en el debate, solo le responden en su ausencia.
No hay comentarios de Flazaro desde hace más de un año.
A Mabuse tú eres quien le conoces, te creeré, quizá manipularan al viejito. Defendió a Maduro frente a las agresiones fascistas de Juramentado y otros odiosos citados.
A mi regreso de Venezuela intento replicar a esa mala gente protegiéndome con un soporte digital que me mi cuñado me recomendó.
Feliz navidad, maestro.
Abs
Hubo antes un tal Carlos Crusoe que se definía siempre como anarquista y, efectivamente, era vasco. Flazaro se fue conmigo y es amigo virtual mío. Con él hablo por tfno. regularmente. No volverá.jamás por ese foro. Mañana saldrá un inocuo texto sobre Frank Capra. Me reservo el de contenido exclusivamente político para el día de fin de año. Te repito, Keller parece una cosa y es otra. Jamás Ch. ni nadie procederán contra él. Son muy amigos. ¿Continuan Shadow 10 y Toerless?. Hasta tu regreso, Venezolano de pro. España nació fascista y, me temo, yo la veré morir fascista. Salud y República.
EliminarShadow 10 no comenta desde hace más de un año, reparé en ello después que me hablaste de su acoso.
ResponderEliminarA mi regreso te pediré una invitación para alguno de esos sites que mencionas.
Abs.