miércoles, 30 de octubre de 2013

ESTRENOS RECIENTES: UNA DAMA Y UN CABALLERO PELIGROSOS

"WERTe que no quiero WERTe.
WERTe calvo, WERTe fuerte
que becas a los banqueros
y a los mineros supendes.
Con el Opus por montera
WERTe sueña en el Congreso,
con colegios concertados
y privatizar la suerte.
WERTe que no quiero WERTe,
pues en tu nefasto escaño,
el pueblo te está mirando
y tú sólo miras la muerte".
(Cortesía, es un decir, de Pancho Vertigen antes de convertirme en Satán)

ESTRENOS RECIENTES: UNA DAMA PELIGROSA
THE BLING RING, DE SOFIA COPPOLA
¡Oh!, no es pájaro, no es un avión. Es la nariguda Sofi, miembro emérito de la familia Coppola en la que se practica el nepotismo con la misma alegría que lo hacía don Vito Corleone pero, evidentemente, con menor violencia. Véanse dos ejemplos: Nicholas Cage continúa protagonizando películas con lo feo que es y lo pésimo intérprete que, si o si, siempre nos castiga con actuaciones dignas de cuando Sofi fue actriz  porque así lo dispuso don Francis y, bien se le estuvo empleado, casi le arruina la parte III de “El Padrino”.Más el vulgar rostro a una nariz pegado, es ambiciosa. Pretende desde años ser directora como “my heart belongs to daddy”. Y, claro, ya lleva unos cuantos films a sus espaldas – y a las mías – y no parece que se vaya a detener. Las cintas de erase  una nariz sayón y escriba no parece que vayan a interrumpirse tras la postrera flagelación a la inteligencia que supone “The bling ring”.
Sucede que la señora o señorita – me importa un pito si es casada, soltara, viuda, amancebada o monja – ha caído bien en las legiones cahieristas (por americana y ser la Sofi, hija de Francis) y, aunque sus películas no den ni un euro en taquilla, van a ser aclamadas indefectiblemente por los sesudos y obedientes seguidores de “la maman et la putain” (1). Por escrito y a plena voz. Una vez más me toca, y a mucha honra, ser la excepción que confirma la regla. Confío que haya otras (excepciones, que reglas no hay más que una y pobre del que no la respete). He visto, creo, todas y cada una de las películas que Sofía, hija de Francis, lleva rodadas desde aquellas “Vírgenes suicidas” que, el que lo dude no sale en la foto, eran vírgenes y se suicidaban. Los motivos no estaban muy claros. Pero nunca se va a pedir al “posmodernismo” que el muy canalla tenga que ser explícito. Bueno el film era mediocre pero no ofensivo. Idéntico al que luego se marco la mujer a una nariz pegada, yéndose a Japón con el Bill Murray y diciéndole al oído: a ver tío si te enteras, vamos a hacer una película en Japón, me has oído bien ¡¡en Japón, en el mismísimo Tokyo!!. Tú cabroncete no vas a hacer ni un gesto que si no te apiolo, que los famosos personajes del cine de mi grandioso padre sabían muy bien como cargarse a tipos más duros que tu. Y, entérate, yo se un huevo de cine porque para algo soy la Sofi, hija de Francis. Y se que hubo un eminente maestro nipón llamado Yasujiro Ozu. En consecuencia vamos a rodar en Tokio una película de Ozu sin Ozu. El argumento te importa una mierda y a mí también, pero verás como dicen que hasta es mejor que las de Ozu con Ozu.  El resultado fue la soporífera, inane pero no ofensiva “Lost in translation”. Sorprendente, y en no pocas ocasiones estupenda, la breve reseña en “El País” del gran Calvo Serraller (intelectual de pro y exdirector del Museo del Prado): le entusiasmó por su serenidad, casi el mismo y la misma que le habían provocado “Cuento de Tokyo”, inmortal obra maestra del Rey de Sochiku y que suele figurar – también en la mía – en todas las listas habidas y por haber de “las mejores películas de la Historia del Cine”. Me guste o no, que es que no, el perdido en el traslado a Tokyo consagró a Sofi, hija de Francis, en las aguerridas tropas del breviario de Jean-Luc Godard.
Más dudas generó - ¿será posible? – el que Sofi, hija de Francis retrocediese en el tiempo hasta nada menos que al siglo XVIII (el de las Luces) y a la Revolución Francesa. Pero, como era previsible, a Sofi, hija de Francis, no la seducían Danton, Marat, Robespierre o “les sens-culottes” o los jacobinos. No, ella debe tener para ser políticamente correcta un leve toque feminista. Voilá: “María Antonieta”. Y, sin que sirviera de precedente, su ¿aproximación? a tan desdichada reina no satisfizo ni a a tirios ni a troyanos. Ahorraré a los innumerables lectores de “vergerus” la descripción de mi estado físico y mental cuando salí del cine Palafox. Detesto la grosería y el linchamiento. En este menester me desmarcó de la red de nuestros pecados, tan proclive ella a la una y al otro. Más petardo que la las faldas de la austriaca guillotinada pareció imposible. No se detengan mis amados lectores, Les aguarda el no y el sí.
“Somewhere” ha sido, por ahora, la mejor película de Sofi, hija de Francis, y como mandan los cánones y los dogmas la película que ha llevado al éxtasis a los clones (involutarios o no, conscientes o no, replicantes o no). Esta vez, sin profanar la nada metafísica de la “posmodernidad”, es un actor el que se aburre y yo con él. Raudamente se ha podido escribir y se ha escrito que “Somewhere” no solo era el más depurado Coppola – de Sofie, hija de Francis – si no que bien hubiera podido filmarlo Michelangelo Antonioni de haber estado vivo y no difunto. Este profundo razonamiento no está ayuno de motivos. Cuando grandioso Papá Francis atizose el pobre el descomunal batacazo de “Corazonada” (su primera extravagancia), la ruina le hizo despertar de su sueño denominado, todavía, Zoetrope en el que iban a levitar no solo Michelangelo de Ferrara sino hasta el tan británico Michael Powell. Todos al suelo.
Como bien dijo el clásico “toda la vida es sueño y los sueños sueños son”. Francis, papá ilustre de Sofi la por narices, se vio obligado a aceptar encargos de regular o soez ralea para ir pagando acreedores múltiples. No es éste el cimiento del edificio Copola – Francis papi de Sofi – que resurgió tímidamente de sus cenizas gracias al vino, lo que es la mar de saludable. Sofi – hija de Francis – no obstante siempre, dicen, se había críado en algodones y conocía mucha gente guapa. No se ha privado, por ello, de contárnoslo en esa indescritible estupidez llamada “The bling ring”, una de las peores películas de Hollywood (y Zoetrope) que este inmundo bloguero ha visto en su vida. Telecinquismo de Los Angeles. Chafardeo en Beverly Hills. Esta nauseabunda y orate película si tiene argumento: estúpidas niñatas pijas y un joven que está a su altura – en compartida idiocia – roban objetos caros de celebridades tan indiscutiblemente geniales como Paris Hilton o Orlando Bloom. Lo hacen para divertirse porque su materia gris – si la hubiere – no da para más. Serán multados e irán a la cárcel, más no a ruin y húmeda mazmorra sino a celda con dorados barrotes. Y por muy poco tiempo. Porque además de pijos e imbéciles son ricos. Basada en hechos reales. Dios bendiga América, la Gran Hermana Orwelliana.
Luis Betrán
1) Los que leyeron algún texto de la primera etapa de “vergerus”, sabrán que con “la maman et la putain” no me refiero a la obra maestra de Jean Eustache. No, Es a la “revu des revues” Cahiers du Cinéma. Que tendrá pronto su homenaje aquí, donde tanto se la quiere y venera.
Corolario: En realidad la Sofi, hija de Francis, ha querido burlarse de los subnormales de su película. Graciosa que es la chica. Y además presentarnos un cuadro de la banalidad humana ubicado en L.A. Mi problema es que el chiste me resulta muy malo y lo de la metafísica de Las Vegas no me lo creo.
ESTRENOS RECIENTES: UN CABALLERO PELIGROSO
NICOLAS WINDING-REFN: ONLY GOD FORGIVES
Este caballero es danés – mal asunto – y de no ser porque presentó en Cannes 2012 su excelente film “Drive” bajo pabellón y productora usaca nadie le hubiese hecho el menor caso. Pero como decía Buñuel – “Mon dernier soupir” – John Steinbeck no sería nadie sin los cañones americanos (1), dejo a la imaginación libre (más bien no) quién le hubiese hecho caso a este tipo, que no era ciertamente un debutante, de no ser por la ayudita de “la maman et la putain”. N.W.R. llevaba perpetradas “Pusher I, II, III”, “Valhalla rising”, “Bronson”… bajo el signo de una violencia desatada y poco más. Suficiente para que la mal llamada (desde hace casi tres décadas)  Meca del Cine (lo justo, equitativo y saludable sería Lupanar, y asi no se inflamarían los arábigos) se fijase en él y en la ingente cantidad de hostias que se atizaban en sus filmes. Ansí, y con la muy estimable colaboración de Ryan Gosling, arribó a las más cinematográficas playas del mundo ese chofer que pareció tan bueno como el de Walter Hill. Nada que oponer. “Drive” es detentadora de una acusada estilización que formaliza adecuadamente una historia más bien confusa. Todas, y miran que son, las campanas cahieristas redoblaron unánimes. ¡¡Una obra maestra!!,¡¡Una obra maestra!!. ¡¡Un genio que viene del frío y que no es Lars Von Trier¡¡. No me pareció que tan estruendoso rebato estuviese justificado, pero tratando de ser objetivo “Drive” me venció aunque no me convenció (del todo).
Ergo, había que repetir con el dúo dinámico de aquella tierra en la que, según Shakespeare, algo olía a podrido. “Only god forgives” es lo mismo pero menos que lo mismo. El Gosling tambien habla menos – parecía a priori difícil – que en su Bautista “posmoderno” y para qué coño se necesita ya guión alguno. Eso sería darle pistas al espectador y el cine de la nada veta tan osadas visiones de mensaje. “Only God forgives”, que todavía no se ha estrenado en Chorizistán pero lo hará en breve, ha supuesto en Sitges 2013 el trance de los de 40 para abajo que han convertido ese festival en el más multitudinario de la península que aloja esa Comunidad que no desea ser autónoma sino independiente. Están en su derecho y dado que yo odio los nacionalismos de cualesquiera laya pues con su pá amb tumaca se lo coman. Más, ¡ay!, reza el proverbio de los abuelos/as que nunca segundas partes fueron buenas y N.W.R. y R.G. naufragan cual liliputiense Titanic sin que haya dios que ni les perdone ni les salve. “Only god forgives” no es tan boba como el Ring – que no me refiero al de Wagner sino al de narizotas Sofi, hija de Francis - ; es muy aparente de ver  - y además sobrepasa apenas los 60 minutos – y como procedía es el polar más gélido que imaginar quepa. Y otra “maravilla” de la “posmodernidad observacional”. Agudícese ad infinitum y ad nauseam el aparato neuronal. Porque nada por aquí, nada por allá. Retrato de Ryan en rojo. RRR. Nico, me has matao como la purga del sublimao. Cero, cero, cero pelotero. Diez, diez, diez en “la maman et la putain” y sus celtíberas y rugosas hijas.
Luis Betrán
¡¡Ya se estrenó!!
1) Esta vez don Luis exagera. Steinbeck si fue algo: nada menos que el autor de “Las uvas de la ira”. Del resto, el tupido velo.

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