domingo, 18 de abril de 2010

Películas, libros, música y chascarrillos IV

Centenarios y obituarios en 2010

Leon Tolstoi (Lev N. Tolstoi).- Centenario de su muerte







Que Tolstoi es un gigante de la novela no lo duda nadie, pero asi como no conviene olvidarlo es absolutamente pertinente  leerlo de vez en cuando para no perder de vista lo que es la GRAN LITERATURA. Es un ejercicio muy sano porque permite colocar todo lo que actualmente reluce a la debida distancia. Una obra como Anna Karenina produce en el lector atento una sensación tal que todo parece empequeñecerse a su alrededor y cobrar su verdadero tamaño y no el que suele otorgar la promiscua y rendida admiración que producen las obras del momento. Esta es una novela en la que hay que adentarse  con el asombro y la admiración que poducen las OBRAS MAYORES.

(José María Guelbenzu, El País - Babelia - 27/03/2010

En el último post del imbécil de lucky se coló, junto a la foto de rigor del padre de la criatura (Samuel Beckett), otra de Tolstoi que reproduco aquí a mayor tamaño como corresponde.

La referencia de Guelbenzu a "Anna Karenina" se debe a una nueva traducción y edición de tan portentosa novela (Victor Gallego y Alba Editorial respectivamente) con motivo del centenario del fallecimiento de uno de los más grandes escritores de cualquier época y lugar. Se recomienda fervientemente a pesar de su elevado precio (44 euros).

Lev Tolstoi es uno de mis autores de referencia. Hoy no citaré a otros, que eso vendrá pronto. Me limitaré a decir - puesto que con rusos estamos - que es el parigual de Dostoievski. Tanto monta monta tanto, o dos genios abrumadores que no se les daba bien  el escribir novelas de menos de 500 páginas. De Tolstoi conozco las siguientes obras:


GUERRA Y PAZ.- Sin duda su obra maestra más reeditada y considerada y, en mi opinión, la mejor novela decimonónica que he leido por encima de "Madame Bovary" (Flaubert), "Rojo y negro" (Stendhal), "Los hermanos Karamazov" (Dostoievski), "Crimen y castigo" (Dostoievski) ,"La Regenta" (Clarín) y alguna otra que ahora no me viene a la cabeza, ya que el siglo XIX se erige en el contexto histórico en el que se crearon laas mejores novelas de la historia de la literatura. Este enorme - en todos los sentidos - libro constituye un macromundo en el que se retrata un país, una guerra (lo menos importante), una cosmovisión pocas veces igualada en la que se dan cita una descripción psicológica de muchos personajes con la misma perfección en los protagonistas (Natasha, Andrei, Pierre) que en los secundarios (Nicolai, Anatol, Elena, Kutuzov, y.....Napoleón Bonaporte). Se equivocará quién espere de "Guerra y paz" la épica. Eso no interesa a Tolstoi en absoluto. Tampoco el patriotismo, nacionalismo etc. Sí; el amor, el odio, la envidia, la lucha de clases, la ambición, la misantropía y tantos y tantos aspectos de la condición humana. Resumo: como todas las obras supremas que en cualquier arte han sido "Guerra y paz" es un monumento exento de imperfecciones que bien admitiría la comparación, por ejemplo, con el "dramatis personae" de Shakespere, con el cervantino "Quijote", con las pirámides de Egipto, con el Partenón de Atenas, con las 9 sinfonías de Beethoven o con "Las meninas" de Velázquez. Ejemplos tomados a vuelapluma.

No tuvo excesiva suerte "Guerra y paz" cuando fue convertida en ópera por Serguei Prokofiev. El compositor no prescindió de la imposible tarea de caracterizar por medio de la música a la multitud de peronajes, ni de representar al pueblo ruso mediante un gigantesco coro. Le salió un mamotreto de 4 horas y 30 minutos que ocasionalmente se sigue representando aunque no escape al tedio ni tampoco a algunos momentos (los que está en escena el mariscal Kutuzov) espléndidos. La mejor versión discográfica corre a cargo del eminente violonchelista y director Mstislav Rostropovich con su esposa Galina Vishnevskaya en el papel de Natasha. Ya estaba demasiado madura vocalmente la mejor soprano rusa de todos los tiempos (recordar la "Alexandra" de Sokurov), pero no dramáticamente . Fue siempre una gran actriz.

En el cine tampoco lució demasiada fortuna la inconmensurable novela. La película del gran King Vidor en 1956, realizada en Italia con suntuoso reparto - Audery Hepburn, Henry Fonda, Mel Ferrer, Vittorio Gassman, Anita Ekberg, Oscar Homolka, Herbert Lom - no hizo sino certificar el declive del otrora importante cineasta, y hasta Henry Fonda abominó del guión y del film. Mejor le fue al ruso Sergei Bondartchuk en su mastodóntica  adaptación de 1967. Se estrenó en Zaragoza en el desaparecido - y casus belli - Teatro Fleta dividida en cuatro partes de las cuales la mejor fue la primera titulada "Austerlitz". El conjunto, que superaba las 7 horas de duración, le quedo a este notable realizador  irregular aunque respetable y, por supuesto, muy superior a la mediocridad absoluta de Vidor.




Es curioso que en ambas versiones se prescinda del muy importante personaje del joven Nicolai, hermano de Natasha y apenas aparezca (nada en la versión Vidor) el terrible padre del principe Andrei.



ANNA KARENINA

Al igual que "Guerra y paz" he leído dos veces esta otra obra maestra del gran escritor ruso. Esta novela ha sido tomada como una de las mejores "de amor" que se hayan escrito. Naturalmente que lo es pero tambien mucho más. Los personajes del matrimonio Karenin, el amante Vronski y el "campesino" Levin (evidente trasunto del autor) y su esposa Kitty, permiten a Tolstoi describir maravillosamente el mundo de la aristocracia y el de la campiña. Como en "Guerra y paz", acompañan a los protagonistas casi un centenar de secundarios todos ellos prodigiosamente caracterizados. Hazaña solo reservada a los más geniales escritores que en el mundo han sido. La "religión de Cristo sin fe" por la que Tolstoi fue excomulgado por la Iglesia Ortodoza está anunciada en el libro. Amamos y despreciamos a las criaturas de este portento literario, a pesar de que la maestría del autor imponga una cierta distancia al lector para evitar efusiones románticas. Así no evitamos comprender la sensibilidad y el deseo de Anna, la tierna ingenuidad de Levin, odiar la frialdad cruel del marido de Anna y la petulante idiotez de Vronsky. El monólogo interior de Anna en la estación antes de arrojarse a las ruedas terribles del tren, resulta hoy de una modernidad tal que anticipa, y supera, a los que tambien inmortalizarían Virginia Woolf y James Joyce. Lev Tolstoi es un prosista formidable, tan funcional como exacto. Siempre va al grano y la longitud desmesurada de "Anna" o "Guerra" es la que debe ser: no sobra ni un punto ni una coma.

GUERRA Y PAZ Y ANNA KARENINA  son, para mí, las cimas de la creación tolstoiana. Pero sería miserablemente injusto por mi parte no citar otras tres obras que tambien leí y gocé y que - sin alcanzar  las cumbres - son igualmente memorables:

RESURRECCION
LA MUERTE DE IVAN ILICH
LA SONATA A KREUTZER

Remarcar que las dos últimas son novelas breves que apenas superan las 200 páginas. Tanto Tolstoi como Dostoievski, no siempre necesitarón millones de palabras para expresar los temas que les obsesionaban: la libertad, el amor y la muerte en el primero. La culpa en el segundo.

En la excelente película de un primerizo Bertolucci,  "Prima dalla rivoluzione" (1964), el protagonista (siguiendo las órdenes de Godard en "Cahiers du Cinema") le espetaba a un amigo: "no se puede vivir sin Rossellini" (cierto en el reino de cinefilia). Y bien, lo que es seguro que no se puede - si uno ama la literatura de calidad y no de moda -  es "vivir sin Tolstoi"
.

"Anna Karenina" tuvo varias versiones cinematográficas de las que me limitaré a destacar tres: las dos (muda y sonora) protagonizadas por Greta Garbo y dirigidas respectivamente en 1927 y 1935 por Edmund Goulding y Clarence Brown, y la interpretada por Vivien Leigh en 1948 a las órdenes de Julien Duvivier. La más reciente de Bernard Rose en 1997 con Sophie Marceau no la he visto ni tengo el menor interés en hacerlo.

En la muda y la sonora al servicio de "la divina Garbo" me quedo con la silente. "Love" (título original)  genera más emoción acaso por que la sueca y John Gilbert al parecer vivían un tórrido romance en la vida real. Y si en ambas la mítica actriz daba perfectamente el papel, Goulding evidenció una inspiración muy superior al eficiente artesano Clarence Brown. Por el contrario Frederic March fue siempre mejor actor que Gilbert y Basil Rathbone compuso un Aleksei Karenin de una maldad irreprochable

Personalmente la Karenina que prefiero es la de Duvivier que tambien escribió el guión junto al gran dramaturgo Jean Anouilh. El gran director francés se muestra muy por encima de Goulding y de Brown, como cabría esperar y si bien Vivien Leigh no traspasa la pantalla como la mágica Garbo es mejor actriz y la escena de su suicidio final resulta espléndida en manos de tan eminentes artistas como Leigh y Duvivier. Esta película de 1948 nunca ha figurado entre las más apreciadas de su director. Evidentemente no es "La belle equipe", "La fin du jour" o "Pepé le Mokó". A partir de los años 40 el director de "La bandera" fue un todoterreno excelente que alternó buenas y regulares películas. "Anna Karenina" es de las mejores y cuenta con el ideal marido engañado y vengativo: sir Ralph Richardson.(1)

"Resurreción" tiene su mejor ejemplo cinematográfico en, sorprendentemente, los hermanos Taviani en nada menos que 2005. Incomprensiblemente alguién tan bien dotado como Rouben Mamoulian fracasó en 1934 en "Today we live", con la fugaz Anna Sten y el casi siempre acertado Frederic March.

Y más sorpresas. Esa especie de exorcismo del desdichado matrimonio de Tolstoi que contituye la impresionante y tremenda Sonata a Kreutzer fue muy bien servida cinematográficamente por el director nazi Veit Harlan (hitleriano él pero cineasta recuperable en más de una ocasión) en 1937.


Luis Betrán

1) Es obligado lamentar que el cine olvidara a Levin, verdadero protagonista masculino de Anna Karenina



























 

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