GOYAS
Naturalmente me abstuve de ver la
gala de los Goyas, función que suele ser tan larga como aburrida y de la que me
“ausento” todos los años. Parece ser que algunos premiados y premiadas
protestaron por el escandaloso IVA que paga el cine, lo que provocó la sonrisa
del ministro del ramo (cultura), que seguirá haciendo lo que le de la gana, o
sea lo que le ordene don Tancredo de Pontevedra. Pero que ingenuos estos
comediantes, es como si no supieran que viven en un país surrealista en el que
manda todavía un enano gallego con voz de castrado y que “murió” – es un decir
– los dos patitos de noviembre de…1975, coincidiendo en fecha con el mártir
azulón. Y es que Dios (¿?) los cría y ellos se juntan. El P.P. gobierna porque
ganó las elecciones y también porque el PSOE felipista le deja. Y lo que
gobernará. Téngase en cuenta que en España hay muchos más borregos que seres
humanos que conocen aquellos de “pienso luego existo”. Dedicatoria especial
para un catalán cazador de trolls y un foro fascistoide en el que
lamentablemente falleció el Duce. Por lo demás, “Tarde para la ira” es una
buena película, aunque Raúl Arévalo sea un mal actor. Le sucede lo mismo que a
Ben Affleck, director aceptable – no siempre – y actor infame que podía recibir
clases de su hermano menor, el estupendo Casey.
OSCARS
La gala de los oscar todavía es
más larga y más aburrida, con un presentador/a que suele contar al auditorio
chistes ridículos. La última vcz que la ví, no entera, la presentaba esa
inaguantable actriz negra llamada Whoopi Goldberg o algo por el estilo. Conste
que hay actrices y actores no blancos que son excelentes y que van a optar al
moñaco dorado. Su película se llama “Moonlight” y es notable, aunque con el
defecto de ir de más a menos. Asunto grave en el cine. Pero podría hasta calificarse
de obra maestra al lado de ese indigesto caramelo digital llamado “La,la,
land”, supuesto musical en el que ni se canta ni se baila. Sus protagonistas,
Emma Stone y Ryan Gosling, cuando bailan levantan la patita y cuando cantan
miss Stone entona sin desafinar, el guaperas Gosling – mediocre actor que ha
pasado por la trituradora de cine llamada Nicolas Winding Refn – vocea o
susurra de forma entre inaudible y desafinada. Pero esta basura ha sido
publicitada hasta la náusea. “Moonlight” también pero menos. Y Barry Jenkins
es, creo yo, es mucho mejor director y guionista que el Chazelle, autor de
aquella fascistada – la letra con sangre entra – llamada “Wiplash.
Las restantes candidatas no
superan la medianía, excepto la magnífica “Manchester frente al mar”, una
película de intesidad trágica que discurre con cierta placidez hasta un
tremendo estallido. En ella destacan tanto el formidable, rara avis, guión como
la dirección de Kenneth Lonergan. Pero es una película indi y Donald Trump no
la puede entender, el pobre. Casey Affleck está impresionante, demostrando lo
que siempre ha sido: un gran actor con una formidable voz, pero sin ningún
glamour. Lo contrario que su hermanazo Ben que, actualmente, debería birlarle a
Nicolas Cage el título de peor actor de Hollywood. También el joven Lukas Hass
brilla. Creo que la superubicua Isabelle Huppert no tiene compencia seria como
mejor actriz por “Elle”. Finalmente, la película de habla no inglesa que más me
gusta es “Un hombre llamado Ove”. Ninguna posibilidad frente al larguísimo
ladrillo alemán “Toni Erdman”, un film que casi no consigo terminar, y en que para acabarla de joder su
protagonista masculino, en uno de sus múltiples disfraces se parece al cómico
más execrable del cine mudo y sonoro: Jerry Lewis. No hago quiniela alguna
porque sé que no acertaré nada. Termino: ¿Por qué se ha ignorado la fascinante
“Silencio” de Martin Scorsese?.
Luis Betrán
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