jueves, 8 de diciembre de 2016

REVISIÓN DE UN GRAN CLÁSICO


EL HÚNGARO ZOLTAN FABRI (1)


En los desaparecidos Multicines Buñuel llegó a estrenarse una maravillosa película llamada “Húngaros” (Magyarok) escrita y dirigida por Zoltan Fabri. Algo sabíamos de este cineasta gracias a la revista Nuestro Cine y su máximo valedor Angel Fernández Santos. Nunca hubo forma de ver su película “Veinte horas” (Husz ora) siempre considerada como su obra maestra. Hace años que muríó Zoltan Fabri pero ahora estoy revisando algunas de sus películas y llego a la conclusión de que Fabri ha sido el mayor cineasta húngaro que ha existido….hasta la aparición del ya retirado Bela Tarr. Por encima de los notables Feliz Mariassy, Ferenc Kosa, András Kovacs, Miklos Jancsó…y aguardemos que nos depara el futuro de Laszlo Nemes, auror de una de las tres mejors películas que he visto en este languideciente 2016: “Hijo de Saúl”.

TRES PELÍCULAS DE ZOLTAN FABRI (POR AHORA)

PROFESOR ANIBAL (1956)


Tras la caída de Hitler, Hungría fue ocupada por tropas soviéticas y, pese a que hubo un pequeño período liberal, en 1947 se instauró un gobierno comunista, liderado por el Partido de los Trabajadores Húngaros, estando a la cabeza de éste Mátyás Rákosi. Por lo tanto, el país pasaba a ser una parte importante del Bloque del Este. En 1949 Hungría ingresó en el Consejo de Asistencia Económica Mutua (COMECON) patrocinado por la Unión Soviética, del que formó parte hasta 1991. Cuando murió Iósif Stalin en 1953, se inició - como en la Unión Soviética y toda Europa del Este (menos Yugoslavia, que había elegido su propia vía al socialismo) - el proceso de desestalinización, en que se aprobó un nuevo programa económico y se concedió amnistía a varios prisioneros políticos. En 1955 se firmó el Pacto de Varsovia, que era un tratado de ayuda mutua, tanto económica como militar. El 28 de octubre de 1956, una revolución que pedía la retirada del Pacto de Varsovia fue respondida con una intervención militar por la Unión Soviética y la deposición y ejecución del primer ministro Imre Nagy. (Wikipedia)

Esta introducción histórica es necesaria para comprender el alcance de "Profesor Aníbal", quizás la película de la que parte el Fabri más politizado y el más importante y cuya línea de alto bagaje intelectual tendrá jalones tan importantes como "Los muchachos de la calle Paul", "Match en el infierno", y culminará años más tarde en sus portentosas "Veinte horas" y "Húngaros". "Profesor Anibal" se abre con una sentencia de Epaminondas según la cual el hombre no debe nunca mentir y cuando lo haga morirá. Nuestro protagonista es un hombre tímido, aparentemente inseguro y objeto de chanzas por sus colegas de la enseñanza y los "diputados". Pero llegará un momento en que tomará conciencia de que Budapest está siendo asediada por los fascistas y, valientemente, se opondrá. Acto heroico de total inutilidad. En una prodigiosa secuencia final, este individuo que está a punto de ser linchado, tendrá miedo y mentirá.

Zoltan Fabri era un hombre joven cuando filmó "Profesor Anibal". Aparentemente la acción se ubica en los años 30, pero como dijo el poeta "en este mundo traidor nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira". En una arriesgadísima metáfora política, heredada del genio soviético S.M. Eisenstein, Fabri convierte a los comunistas en fascistas y a su especialista en Cartago en una réplica apenas velada del mártir Imre Nagy. Realizada en el mismo año de la invasión de Hungría por los tanques de la U.R.S.S., Zoltan Fabri se consagra aquí como el mayor cineasta de su país y, en esos momentos, su artista más comprometido y revolucionario. Continuará por el mismo camino en "Los chicos de la calle Paul" y en "Match en el infierno" en la que los húngaros serán masacrados por los nazis. "El quinto sello" supondrá un giro en su carrera hacia terrenos, aunque interesantes, de menor calado político. Añádase la perfección del ritmo narrativo, los elementos de comedia hábilmente introducidos, el virtuosismo de la cámara de Fabri. El resultado es, para mí, simplemente genial. No debería olvidarse nunca ese extraordinario personaje al que llaman el profesor Aníbal. Él, como el gran general cartaginés, se rebelará contra un Imperio al que estará a punto de vencer, pero tampoco entrará en Roma.

MATCH EN EL INFIERNO (1961)


"Match en el infierno", conocida también como "El partido de la muerte" es, en mi opinión, una inconmensurable obra maestra basada en un suceso real. Muchos años después, un desvergonzado John Huston perpetró un horrible remake titulado "Evasión o victoria" (con futbolistas como Pelé,Ardiles, Bobby Moore y hasta Michael Caine y Stallone haciendo de portero). Ignoro las razones por las que él, muchas veces, gran maestro John Huston ocultó que su película ya estaba hecha. Probablemente ni la había visto pero cambió el final de la original de Fabri, traicionando impúdicamente los terribles acontecimientos que narró el gran director húngaro. Casi no tengo palabras para recomendar este prodigioso y lacerante film que es "Match en el infierno".  La mejor película en la que el argumento es un partido de fútbol

LOS MUCHACHOS DE LA CALLE PAL (1969)


"Los muchachos de la calle Pal" fue nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Con todo merecimiento. En la Budapest de finales de siglo, la pandilla de adolescentes los Paul Street Boys han estado luchando con sus enemigos, las Camisas Rojas, en un terreno vacante. Cuando las Camisas Rojas deciden expulsar a los Paul Street Boys, nombran a Nemescek, pequeño y enfermo, para espiar a sus oponentes. Desafortunadamente, Nemescek es descubierto en terreno enemigo y arrojado a un estanque, contrayendo un grave caso de neumonía. A pesar de su enfermedad, las dos pandillas se preparan para luchar.

Los muchachos de la calle Pal es una película de coproducción estadounidense-húngaro 1969 dirigida por Zoltan Fabri y basada en la novela del escritor húngaro Ferenc Molnar, cuya más famosa obra, "Lilliom" fue llevada al cine por el maestro Fritz Lang. Aclamada como la adaptación mejor y más fiel de la novela de Molnar, es todo un clásico en la historia del cine húngaro. Se trata de una clara parábola política sobre la Hungría sometida al yugo soviético El maestro Fabri, sin embargo, la filmó en completa libertad y con su estilo habitual caracterizado por la sobriedad de la puesta en imágenes, la extraordinaria dirección de actores y una búsqueda obsesiva del perfeccionismo.

Luis Betrán

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