La
perversa troika, los bancos, el F.M.I. han expulsado de “la democracia” al país
que inventó la DEMOCRACIA. La deuda cultural de Europa con Grecia es inmensa.
Los nombres están en la memoria de todos, salvo los nazis alemanes y su
asquerosa presidenta. Homero, Hesíodo Sócrates, Platón, Aristóteles,
Aristófanes, Esquilo, Sófocles, Eurípides, Tales, Pitágoras, Anaxágoras,
Euclides, Arquímedes, Safo, Fidias, Mirón, Policleto, Prexísteles…..la lista sería
interminable. La literatura, la filosofía, las matemáticas, la lógica la
astronomía….todo fueron inventos griegos que no han perdido vigencia alguna.
Los alemanes han tenido grandes escritores, filósofos, músicos,
arquitectos…………y nazis.
Se les
condonó una enorme deuda por la carnicería que ellos desataron en dos Guerras
Mundiales en el pasado siglo. Hitler fue austríaco y no alemán pero mandó en
Alemania y fue el responsable directo del Holocausto. Resurgen movimientos
neonazis y la memoria histórica – tan proscrita en España porque el P.P. adora
a Franco más que a sus víctimas - ha
sido rescatada por cineastas germanos. De la seminal “El puente” (Bernard Wicki
1951) a las últimas películas del gran Christian Petzold (“Barbara” y
“Phoenix”). Pero cuando Alemania es derrotada, resurge de sus cenizas y vuelve
a recuperar su ADN imperialista. Que hermosura si ese país se hundiera bajo
unas aguas justicieras y surgiera el mayor lago del mundo.
A Grecia
le seguirán Portugal, España e Italia si no le ponen el freno y la marcha atrás
a la vaca Merkel. Gran papelón el de las socialdemocracias europeas condenando
a Txipras. El primero el P.S.O.E, y Felipón, el cuervo ingenuo con lengua de
serpiente (mi homenaje a Javier Krahe). Grecia no debe aceptar las durísimas
exigencias de los bancos, de la cerda germana. Mi apoyo es a Varufakis, un
cerebro mejor amueblado que el de Txipras y que se niega en redondo a ponerse
de rodillas antes esa Alemania asesina que antes mataba con tanques y ahora
mata de hambre. Es Alemania la que debe mucho dinero a Grecia y no al revés-.
Pero los amos usacos han decidido que desaparezca Europa…..salvo Reino Unido y
Alemania sus incondicionales esclavos.
video krahe
BOY EATING THE BIRD'S FOOD (El chico que comía alpiste) de Ektoras
Lygizos, 2013.
EL CINE
DEL HAMBRE
Grecia, el
país más asolado por la crisis. Una ciudad que no sabemos su nombre. Un
muchacho rubio al que la cámara acosa sin descanso y que mora en una casucha
con la única compañía de un pajarillo al que cuida mimosamente. Una bombilla
que se funde. No hay recambio. Apenas cae agua en el lavabo o en el retrete. El
joven tiene una bella voz impostada de contratenor. Sube a un piso y un
pianista le acompaña en lo que intenta ser un aria barroca. Pero el muchacho se
desmaya. No come y tiene hambre. Engulle restos de alimentos en mal estado de
un contenedor. Vomita. En una secuencia prodigiosa entre a una iglesia
ortodoxa, prende una vela y se acerca a un icono de Cristo susurrando entre
lágrimas: “no se si existes pero dame de comer”. Visita a una amiga suya y le
dice que nunca más podrá hacer el amor con ella porque carece de fuerzas. La
amiga le da algo de comida. Vuelve a su casa pero ya no existe……porque ha sido
desahuciado. Entre tablas y arrastrándose logra entrar y sacar en su jaula al
pajarillo y sacándose una foto del bolsillo de su ajado pantalón se masturba
entre gritos…….y asistimos a la escena más hiriente, repulsiva, sangrante y
agresiva – y sin embargo nada gratuita – que el cine nos ha propuesto en años.
Engulle su propio semen. De nuevo en la calle oculta a su canario en una
escombrera cubierto por la bandera de Grecia., y vaga por un mercadillo en el
que roba…..una pequeña cantidad de alpiste. Vuelve al “refugio” de su querido
pájaro y le da la mitad del mismo. La otra, entre arcadas, se la come él.
Esta
película laureada en el Festival de Cine Europeo de Sevilla 2013, no es
metafórica. Es real. Es extraordinaria. Y es durísima. La patata de “El caballo
de Turín” (Bela Tarr, en mi opinión la película más importante de la última
década) es demasiado alimento para este hombre que se alimenta de la comida de
los pájaros. Confieso que tras su visión en DVD – se ha estrenado en salas en
Madrid y Barcelona - sentí yo también arcadas y apenas pude dormir esa noche.
En la calle de Zaragoza en la que vivo yo también he visto a hombres y mujeres
rebuscar en los contenedores de basura y comer hojas de lechuga pringosa. No
comida para pájaros. Por ahora.
Este
lacerante film, como el prodigio de Bela Tarr, ha sido anatematizado por
Cahiers du Cinéma y las revistas clónicas españolas. Tan solo el ubicuo Jordi
Costa lo ha defendido. Estricta lógica, no es una película para los cinéfilos
de la derecha, ni para los ricos. Se filmó cuando en Grecia gobernaba Samaras y
no Sryza. Probablemente el chico ya ha muerto…..de hambre.
Luis
Betrán
No hay comentarios:
Publicar un comentario