EL MELODRAMA
NEORROMANTICO (2)
El neo romanticismo de los años 50 y 60 tuvo algunas
derivaciones distintas de las que habían personificado Sirk y acólitos. Basta
evocar una serie de títulos para identificar los puntos en común de un conjunto
de películas que van de “Al este del Edén” a “Esplendor en la yerba” ambas de
Elia Kazan. Fueron films apoyados en obras literarias de un grupo de autores estadounidenses
claramente definidos por su sentido romántico y decadente, con personajes
situados en un medio casi claustrofóbico. Films al borde de la histeria. Incluso
una obra de la majestuosa serenidad de “Río salvaje” – Kazan otra vez –
contenía dosis masivas de violencia
interna que cuando estallaba resultaba del más fuerte impacto. Este cine tambien estuvo sustentado
por obras de Faulkner – “Sanctuary”, “The sound and the fury”, “The long hot
summer” – Tennesee Williams – “The rose tatoo” y muchas otras – Steinbeck –
“East of Eden” – o William Inge -
“Picnic”, “Splendor in the grass” -.
Con él solo repaso de estos nombres se observa que los
melodramas obtenidos habían de arrastrar no pocos de los acentos más personales
de dichos escritores. El sentido melodramático ondulaba perezosamente sobre un
cañamazo de conflictos sexuales con
Freud de invitado de honor, y el adjetivo freudiano sobrenadó a lo largo y a lo
ancho de estas cintas. Los cineastas que las dirigieron – Kazan, Ray, Logan,
Minnelli, Ritt, Brooks,…..– fueron hombres que no tenían el instinto
primitivo de los realizadores de
melodramas de los años 30. Fueron productos culturales más sofisticados que
aportaban unas experiencias personales
más o menos amargas y que en algún caso elegían la vía melodramática en su vertiente de de torre de marfil,
hermosa y abstracta, para poner en juego su talento sin mayores riesgos.
Se realizaron films cálidos y exquisitos. La utilización del
color se llevó a cabo por cauces más académicos que intuitivos, pero buscando
siempre unos efectos no lejanos de los obtenidos por la gran Nathalie Kalmus.
Se alcanzó un leve grado de preciosismo y no es seguro que los puntos de
partida, originariamente literarios, tuvieran para sus directores un interés
superior al considerar que cara a la taquilla
de estos años los melodramas debían ir envueltos en un celofán de
prestigio.
Los films tuvieron en común
el no desarrollarse en tiempos contemporáneos y buscar en un pasado
reciente las claves de unos
comportamientos pasionales. La acción de
los films se ubicó en el sur o, menos
frecuentemente, en el oeste. Es decir, dotar
de un aura mítica la romántica ciudad donde se iba a vivir la película.
Búsqueda de una melancolía ya que la
realidad se situaba muy lejos de la
vitalidad del presente y de la ciega esperanza en el futuro que traslucían las
obras gemelas de dos décadas anteriores. El melodrama había sido invadido por
unos intelectuales que se acercaban a él buscando una identificación ante el público para trasladar los mensajes
del momento, como ocurría antaño, solo que obteniendo de él el último refugio estético para un mundo
artístico en ebullición y ante el cual
cabe únicamente el despiste o la locura.
Fueron melodramas más
completos en el sentido de que dominaron mayor cantidad de resortes que el melo
de los 30 – no se trataba de emocionar o de querer hacer oír la voz que obligaba a aceptar los mitos de la mejor sociedad en
que se podía vivir – sino que había que dejar bien clara la concepción de
artista por más que se estuviese filmando algo destinado a provocar sensaciones ya bien conocidas y bien satisfechas por la demanda de los
espectadores. La sociedad en que moraban los personajes, los condicionamientos
económicos, los mitos culturales, generaron los conductos melodramáticos y
quizá ello fuese la principal aportación de estas películas. Porque en otro
orden de cosas la crispación de los tics interpretativos del Actor’s Studio y
el coraje que anunciaba la violencia del
cine venidero resultaba el equivalente de una bien sabida forma de dirigir
melos. Estos cineastas inquietos fueron los creadores del primer melodrama de
la nostalgia. Por vez primera se miraba atrás. El género alcanzaba su postrera
madurez y se situaba ya en la antesala de la muerte.
Despues, poco después, esperar que un Bogdanovich o un
Richards monte una espectacular operación nostalgia a costa del melo y lo
resucite entre momias de luz. Será aprender unas reglas no difíciles. Será
montar un show para último servicio a un público que aceptando esta “modernidad”
negará vergonzosamente haberse divertido
con las películas de otrora. De cuando en cuando un intento vacuo, un “love
story” por década para recordar algo que no se quiere recordar sino es bajo la
falsa impresión de pertenecer a una época de la que, profundamente engañados,
creemos haber superado sus condicionantes.
No solo han existido los géneros aquí expuestos en una
construcción no poco arbitraria y acaso apresurada. Mezclas de los subgéneros
citados convivían con obras obviamente clasificables en cualquier grupo de los
mencionados. Se vieron melodramas de aventuras – “Capitanes intrépidos” -, de
gansters – “Manhattan melodrama” -, existieron derivaciones del melodrama
familiar, como el católico con figuras centrales de sotana (series del padre
Flanagan, de Bing Crosby o “Las llaves del reino” novela de Cronin y película
de John M. Stahl), apareció la virgen de Lourdes y la de Fátima y como testigos
de tales eventos surgieron sendos films que hablaban en el más puro lenguaje
melodramático. Hubo un melodrama musical que fue de “Cabin in the sky” a “Love
me or leave me”. Puede afirmarse que con mayor o menor importancia no existió
género alguno en el gran Hollywood del clasicismo que no viera invadida una
porción de su existencia por las luces del melodrama. Hoy, con el fallecimiento
del cine de géneros en su noble acepción, tampoco el melodrama dinamizador de
importantes parcelas de aquellos ha tenido razón de existir. Setenta años de
sangre, sudor y lágrimas dejarán constancia de su vitalidad.
Luis Betrán.- 10
de octubre de 1978
Como olvidar la magnifica interpretacion de La Heredera o el ambiente netamente pueblerino elitista Americano de Picnic o el famoso y sentimental adoctrinamiento de Las LLaves del Reino...........Gracias Sr Betran
ResponderEliminarGracias Jorge por el comentario. En efecto, en esta largo dossier se ha escrito de muchas películas, de muchas actrices. Pero sobre todo de un estilo de cine hollywoodense que ya no volverá jamás. Lo que no significa que esté caduco. Todo lo contrario.
EliminarDos peliculas que acapararon mi atencion Esplendor en la yerba con una muy expresiva Natalie Wood que sin ser una gran actriz si poseia un gran encanto y la voz inconfundible de Ethel Waters en una Cabaña en el Cielo tambien con Lena Horne aunque esta siempre sera recordada por su interpretacion de Stormy Weather Creo que este tipo de peliculas Americanas siempre permaneceran en nuestro recuerdo
ResponderEliminarGracias Jorge, preciosa evocación a la deliciosa Natalie Wood - inolvidable María de "West side story" - y a las tan olvidadas Waters y Horne. Lena siempre fue una de mis cantantes favoritas. Para siempre en el recuerdo. Cordiales saludos.
EliminarChévere, Luis.
ResponderEliminarTe sigo con interés, pero también me gustan tus posts políticos.
Ustedes los españoles viven en la resignación, me alegra conocer españoles como tú que no se resignan frente al neofascismo que les está destruyendo.
Abrazos.
Amigo Taribo, ¿eres ecuatoriano, por casualidad?. Malos tiempos para España. El pueblo está pasivo ante la corrupción. Por más daño que le haga el Partido Popular a los ciudadanos, más se alejan de los políticos y dejan de votar, ante la creencia, para que me sirve votar? Un gobierno (franquista) que desprecia la democracia e intenta cambiar la ley electoral amoldada a sus necesidades para mantener el poder de ineptos y corruptos lo dice todo sobre quienes nos gobiernan. Poco cabe esperar del autollamado Partido Socialista (P.S.O.E.). Resta Izquierda Unida (comunistas) y la esperanza de que PODEMOS se consolide. En el diario más vendido - "El País" - intelectuales adictos al P.S.O.E. han tildado a Pablo Iglesias de comunista norcoreano y neonazi y, vía Twitter, ha recibido ya varias amenazas de muerte. Su figura - entre otras cosas, habla inglés, francés e italiano - y su Partido infunden miedo a que se pueda romper el contubernio P.P.-P.S.O.E. Esperemos que llegue vivo a las próximas elecciones. Abrazos.
EliminarVenezolano, aunque son muchos años ya visitando España (tengo mi hermano aquí).
EliminarMi impresión de España es un país muy conservador en lo social, un pueblo rehén de la oligarquía, incapaz de reaccionar.
Hay gente que vale mucho, pero el inmovilismo parece eterno.
Las vecinas Italia y Grecia dan muestras de convulsión política, pero España parece territorio asegurado para el neofascismo económico que garantiza el PP.
Podemos es loable tentativa, pero a lo sumo será tercera fuerza, donde se ubica ahora conforme a las encuestas. La ley electoral española es un fraude que garantiza la continuidad.
De cualquier manera ustedes deben reaccionar como sea. Veinte años visitando este país y la pobreza, desempleo y resignación que se ve no tiene comparación en mucho tiempo.
Me temo que es una historia que puede acabar muy mal.
Sr Betran aqui el que quiere cambiar lo existente le analizan hasta los pañales que usaba de pequeño Es la España que tiene miedo a todo tipo de cambio aunque este consumida por dentro El Papa Francisco y Pablo Iglesias deberian ver otra vez la tercera parte de El Padrino
ResponderEliminarRespuesta a los amigos Jorge y Taribo. Cierto que la ley electoral española es un fraude, pero el P.S.O.E. anda muerto de miedo (la segunda fuerza podría ser PODEMOS). Así ve el gran "intelectual" Santos Juliá en el inmundo diario "El País" a Pablo Iglesias, a quién le deseo larga vida.
Eliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=oGNsLD9hW1Y
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