“Mi tío de América” (1980) marca la frontera en el cine de
Alain Resnais. La desaparición en los 80 de las Salas de Arte y Ensayo, la
progresiva despolitización en las Universidades españolas, la globalización, el
pensamiento único…..privaron de muchísimo público al autor de “Marienbad” y no solo a él. El cine europeo y asiático
comenzó a dejar de interesar y las sagas galácticas, Spielberg, los superhéroes,
el comic….hicieron el resto. Durante unos años nada supimos de Alain Resnais – exceptuando las Filmotecas y circuitos
alternativos – y el propio cineasta fue consciente de ello. Teatralizó su cine
y, finalmente, lo frivolizó. Fichó intérpretes como Vittorio Gassman o el gran
barítono operístico Ruggero Raimondi. Pero no por ello renunció, ya más
esporádicamente, al experimentalismo. Y su penúltima película – “Vous n’avez encoere
rien vu” (2012) – supuso un regreso en tono menor a “Marienbad” y a “Hiroshima
mon amour”. Su postrera obra maestra.
Los films teatrales
Quede claro que
Resnais siguió haciendo cine, no teatro filmado, pero mezcló elementos
correspondientes a las dos disciplinas artísticas. “La vie est un roman” (1983)
fue mediocre, “L’amour a mort” (1984) interesante y “Melo” (1986) excelente. En
esta atractiva película la fusión cine-teatro no chirrió en ningún momento y
nos devolvió a un Resnais distinto, pero de nuevo evidenciando una gran forma
artística.
Más la experimentación, la extravagancia intelectual tampoco
estuvieron ausentes en la década ochentera: I Want to Go Home (1989), rodada en
inglés, escrita por el dibujante Jules Feiffer, y con el protagonismo de Adolph Green, letrista de
temas como New York, New York (On the town, 1949 Kelly y Donen),
secundado por Gérard Dépardieu. El
resultado es insoportable. Como lo es también en el díptico “Smoking/No Smoking”
(1993), casi cinco horas de pedantería y tedio que – menos mal – presentaron en
la filmografía resnaisiana a Sabine Azéma (más tarde, su esposa) y Pierre
Arditi. Los pilares, junto a André Dussolier, de la compañía estable del
Resnais de la “frivolidad”
Y en 1997 llegó al
mayor éxito comercial de realizador tan poco dado a conocer esas mieles. “On
connait la chanson” se estrenó en las salas de cine de medio mundo y gustó no
solo a la cinefilia añorante del gran Resnais. No a todos. A mí me aburrió
soberanamente este desfile de canciones a lo “Salut les copains” con las que
“dialogaban” los intérpretes. Film musical en las antípodas de Jacques Demy. ¿Cómo
iba nuestro hombre a imitar al director de “Los paraguas de Cherburgo” o “Las
señoritas de Rochefort?.
Salí convencido de
los entrañables Renoir de que éste no era mi Resnais que me lo habían cambiado.
“Pas sur la bouche” (2003) me haría cambiar de opinión. Llegaba el vodevil
musical basado en una opereta homónima de 1925. Y con Arditi y Azéma. Si “les
chansons” me habían resultado soporíferas, aquí todo bullía en agitado cocktail
de alegría y diversión.
Fiesta que se
repitió, corregida y aumentada, en la fenomenal “Coeurs” (2006, Asuntos
privados en lugares públicos), León de Plata en Venecia y muy cercana a la obra
maestra. Como la primera mitad de “Les herbes folles” (2009) que transitaba la
misma senda para luego extraviarse en una segunda mitad de apoteósica
estupidez. Aguardando el estreno de “Aimer, boire et chanter” (2013), remato
este dossier con la que habría de ser la última genialidad de Alain Resnais.
“Vous n’avez encoré rien vu” (2012). Cine dentro del
cine, teatro dentro del teatro, teatro dentro del cine, Jean Anouilh, gozosos
principio y desenlace, toda la troupe Resnais en esta obra maestra que certifica
que el nonagenario autor sigue siendo el más grande cineasta francés. Y un tono
crepuscular que remata Frank Sinatra cantando "When I was seventeen".
¿Puede evocar a "Marienbad"?. Extraordinaria. Voy a soltar una gorda:
¿ nos encontramos ante lo mejor de
Resnais, Marienbad incluido? Se abre el
debate (cortesía de mi compañero, y sin embargo amigo, Fernando Solsona de la
Tertulia Perdiguer de Zaragoza). Pero anoche soñé que regresaba a “Marienbad”.
Alain Resnais: je t'aime, je taime.
Luis
Betrán
Este texto ha consultado el
libro “Viaje al centro de un demiurgo”, de Nuria Bou y entrevistas diversas a
Resnais en la revista francesa “Positif”.
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