domingo, 18 de julio de 2010

Memorias de la crítica cinematográfica en España 1

Se viene debatiendo en estos tiempos posmodernos y globalizados la utilidad o no de la crítica cinematográfica. Personalmente pienso que es una pérdida de tiempo. Sería como ponernos ahora a discutir sobre cine europeo o americano, el fondo y la forma y antagonismos por el estilo. Estas líneas no tienen como objeto el sentido, si alguno tuviere, de la crítica cinematográfica. No se trata de poner en cuestión semejante ciencia. Ni de afirmar su existencia ni, por supuesto, ponerla en relación con otras "ciencias" afines como exigían mis viejos libros de texto para afirmar el carácter científico  de cualquier conjunto de conocimientos que, más o menos articulados, buscaban las más nobles definiciones.

Lo cierto es que España no ha destacado nunca por tener ni un cuerpo crítico referido al cine ni haber alumbrado alguna teoría digna de mención. Nuestra crítica y escritores cinematográficos se han movido en un terreno que va desde las definiciones religiosas a la ortodoxia clasicista. Dejando la primera cuestión que llevaría consigo abundantes textos de los años de la dictadura, la verdad es que la segunda tampoco llegó a agotar las posibilidades a obtener de un terreno tan amplio como el genéricamente llamado clasicismo crítico. Y tras este preámbulo veamos la evolución de la escritura cinematográfica en España desde los años sesenta hasta nuestros días.

En esos años ya lejanos, toda la crítica de diarios en nuestro país puede ser medida por el mismo rasero. Sigue fiel a la épica azul, a la Virgen de Fátima o a los libros de Jean Mitry. Según que los críticos aspiren a ser Menéndez Pelayo, el cardenal Gomá o - más modestamente pero más realistas - Carlos Fernández Cuenca. El crítico de diario  vive alejado de las tendencias intelectuales referidas al cine, ignora la proliferación de revistas especializadas en aquella época y se sigue alimentando, en el mejor de los casos, de una mística hecha de desechos del cine mudo arropado con los estertores del neorrealismo.




En los sesenta surgen a nivel nacional dos corrientes agrupadas en sendas revistas de cine: Film Ideal y Nuestro Cine, ambas secuelas "mutatis mutandis" de las francesas "Cahiers du Cinéma" y "Positif". La penetración de ambas revistas en amplias capas de una juventud que comenzaba a abandonar el "Marca" y que el recién nacido "As" le llegaba a destiempo vital y político (1), se explicaba perfectamente desde el momento que Film Ideal iba a recoger una generación de lectores y espectadores que colocando el cine no ya como suprema manifestación del Arte sino como eje y motor de sus vidas, procedían de capas de ilustración católica  a través de los restos de las instituciones religiosas. Serían los futuros lectores del desaparecido diario madrileño "Ya", y quizás los electores de una hipotética (que nunca llegó) Democracia Cristiana. Sin embargo el "filmidealismo" se mezcló tambien con residuos , todavía más dispersos pero no menos fuertes , de la cultura azul española que a mediados de los 60 andaba sin norte y guía. Esta amalgama se potenciaba con un grupo puramente esteticista  que en su aparente falta de ideología  fue quién acabó dotando a los "filmidealistas" de una personalidad basada en la "puesta en escena" que terminó por dominar toda la filosofía de la revista.

Tenían un problema grave. Para ser el "Cahiers du cinéma" español les faltaba a sus redactores información y cultura. Se extasiaban con las peores y decadentes películas de los dioses del cahierismo pero no habían visto sus `películas esenciales y, cuando lo lograron la revista ya había desaparecido. Sirva esto para directores como Hitchcock, Ford, Hawks, Welles, Nicholas Ray, Walsh, Fuller y una inmeno catálogo americano, con los añadidos "extravagantes" de Rossellini, Renoir, Becker, Ophuls y hasta Mizoguchi. El mejor cineasta español podía ser Pedro Lazaga (Bardem y Berlanga eran terribles) y no decían nada de Buñuel porque probablemente le conocían de oídas) o Joaquín Romero Marchent en sus westerns. El cine de "mensaje" era odiado hasta extremos apocalípticos. Vale recordar dos sentencias escritas en Film Ideal que todavía hay cinéfilos en 2010 que las repiten: "Visconti es el mejor director para aquellos que odian el cine y Hitchcock lo es para los que lo aman" o "el que quiera mensajes que vaya a la Western Union" (obsérvese, no a Correos y Telégrafos).

Había excepciones entre el equipo filmidealista que si sabían leer y escribir, eran tipos cultos y encima habían viajado y habían visto las películas que la mayoría de sus compañeros ni en sueños. Eran tres y bien conocidos: Ramón (luego Terenci) Moix, Vicente Molina Foix y José Luis Guarner. Cuando no pudieron soportar tanta estulticia, emigraron a la rival "Nuestro Cine" y la desnaturalizaron políticamente y dieron finalmente con sus huesos en la frívola Fotogramas, que todo hay que decirlo, vivió una década de finales de los 60 hasta los primeros 80 realmente áurea. Además de los citados estaba un mr. Belvedere (nada que ver con el actual) sembrado, otro excelente crítico llamado Jaime Picas, la Barcelona de la gauche divine, Bocaccio, Colita, Angel Casas, Enrique Vila-Matas, Rosa Montero, Maruja Torres (veáse la película "El cónsul de Sodoma").



La influencia de Film Ideal a lo largo de los años hasta ahora ha sido enorme. Siempre moviéndonos en el espacio de una derecha ilustrada, "Dirigido por..." y "Cahiers-España" (que no Francia) no dejan de ser filmidealismo "aggiornado". Amén de que al socaire de tan influyente revista (para bien o para mal, según los casos individuales) surgieron "Temas de Cine", "Esquemas de Cine" o "Griffith", de corta existencia pero que condujeron el "filmidealismo" a disparates dignos de Groucho Marx. La globalización, el triunfo del capitalismo salvaje constituyen terreno abonado para esta ética y estética. Hoy existen amplias capas de juventud y de edad que se acerca a los 40 que son españoles a su pesar. No les interesa más que las expresiones culturales americanas. Eso explicaría el que consideren grandes cineastas, y autores, a eficaces artesanos aptos para un barrido y un fregado (Fincher, Nolan, Michael Mann, Spielberg), a los superhéroes, los comics, las series de televisión o los feísimos moñacos de Pixar. Con el "trade mark" USA es suficiente. Y los genios yanquis abarcan no solo el cine sino todas las ramas del saber y del Arte. Con su pan se lo coman, digo, pero es lo que mola y en democracia hay que acatar las mayorías aunque se discrepe.



Nuestro Cine era más homogéneo. Al igual que la revista dedicada al teatro "Primer Acto", ambas procedían de la extraordinaria publicación "Triunfo" que empezó siendo un facsímil en peor de "Fotogramas" y llego a convertirse en la gran revista cultural y política de la izquierda antifranquista. Era una rareza que devino irrepetible, tanto por la calidad de sus textos como por la importancia de sus redactores: Eduardo Haro Tecglen, Cesar Alonso de los Ríos, Jose María Moreno Galván, José Monleón (hombre de teatro y de cine), Victor Marquez Reviriego, Enrique Miret Magdalena, Enrique Tierno Galván, Manuel Vázquez Montalbán.....y en la crítica cinematográfica Jesús García de Dueñas, Cesar Santos Fontenla y más tarde Francisco Llinás, Fernando Lara y Diego Galán. Todos ellos estuvieron antes o despues en "Nuestro Cine". Evidentemente "Triunfo" estuvo en las cercanías del Partido Comunista, pero tambien en las de un P.S.O.E. que todavía no había renunciado al marxismo. Fue el buque insignia de la lucha por la democracia (lo que le costó hasta un cierre de seis meses por orden de Fraga Iribarne), y una vez supuestamente concluida la transición "Triunfo" perdió su clientela y cerró. Sus incondicionales - entre los que tuve el honor de contarme - se/nos pasaron al recién nacido diario "El País". Y ahí continuamos, aunque en mi caso porque no encuentro un diario menos malo, no por entusiasmo alguno a los "traidores" a la filosofía de  "Triunfo".

Por tanto, es obvio que Nuestro Cine tenía un publico bien definido: los padres de la ¿actual? progresía. Para los hombres de las catacumbas políticas leer el guión de "Ciudadano Kane", despreciar a John Ford o Alfred Hitchcock, amar a Visconti y al realismo crítico eran actos de definición existencial. Creo, y me incluyó sin rubor alguno, que toda la izquierda española aficionada al cine quedo marcada vivamente por las enseñanzas de una revista autofirmada en sus creencias a las de sus lectores. Si el cine revolucionario para Fiklm Ideal era "La verdadera historia de Jesse James", para Nuestro Cine lo fueron "Rocco y sus hermanos", "El proceso de Verona", "Salvatore Giuliano", "Rojos y blancos", "Cenizas y diamantes"....y el cine checo de la era Dubcek y el "cinema novo brasileiro" con Glauber Rocha como emblema. y Joseph Losey, y Stanley Kubrick. El magnífico nº 100 de la revista estuvo íntegramente consagrado a Eisenstein y John Huston (una de las bestias negras de FIlm Ideal").

Sus redactores si sabían leer y escribir y recibían puntualmente algún artículo de su "alma mater" Positif con las firmas de Michel Ciment o de Robert Benayoun. Cosa esta que nunca le sucedió a Film Ideal ya que pareció que "Cahiers du cinema" no la tomó muy en serio. En Nuestro Cine se cachondeaban de Godard y de Bresson y odiaban casi a muerte a Samuel Fuller. En su época de oro su redacción era ciertamente magnífica: Victor Erice, Jose Luis Egea, Claudio Guerin Hill, Angel Fernandez Santos, Jesús Garcia de Dueñas, José Monleón.....Luego arribaron Diego Galán, Fernando Lara,  Francisco Llinás (aquel que escribió que debian ser quemadas, es de suponer que sin espectadores, las salas de cine que proyectasen películas de Fuller), pero tambien Ramón Moix (sin el Terenci), José Luis Guarner, Vicente Molina Foix, Miguel Marías y "Nuestro Cine" perdió sus mejores esencias. Como sobrevivió poco tiempo a Film Ideal, aquello se convirtió en un batiburrillo político y cinematográfico. El "casus belli" fue ""2001, una odisea del espacio". La defendieron y la consideraron una obra maestra Angel Fernández Santos, Jesús García de Dueñas, Fernando Lara (que siempre sostuvo que la mejor película de la historia del cine era "Muerte en Venecia", aquella que mi "amigo" Boyero considera ....la peor), Cesar Santos Fontenla, Francisco Llinás. La maldijeron con vehemencia Vicente Molina Fox, Miguel Marías (que pintaba allí este destajista y pésimo analista del cine). Todo ello en una especie de coloquio de los perros que ocupaba la casi totalidad de la revista.




Cinestudio fue una empresa salmantina creada por el catoliquísimo y extremeño José María Pérez Lozano, amigo de García Escudero y que aglutinó en una revista que pretendía ser algo así como de "centro, avant la lettre" a gentes como Adolfo Bellido, Angel Llorente, José Luis Garci, Antonio Giménez Rico....No tuvo muchos seguidores y jamás pudo competir con Film Ideal o Nuestro Cine. Era una cosa ecléctica que carecía de auténtico interés cinematográfico. Odiaban el Nuevo Cine Español ("La caza", pero no "Nueve cartas a Berta" que se desarrollaba en Salamanca y cuyo director era paisano de la mayoría del personal). Muerto prematuramente Pérez Lozano, la revista desapareció y se formaron dos bandos. El que podríamos llamar "liberal" (liderado por Adolfo Bellido y hoy responsable del interesante blog "Encadenados"), y el de derecha pura y dura cuyo abanderado fue José Luis Garci.




Lo verdaderamente insólito es que Dirigido por procede del ala Garci, y sus primeros números estuvieron controlados por el cineasta asturiano y su incondicional, el aragonés Giménez Rico. La revista era fiel a su enunciado y se dedicaba exclusivamente al análisis de la obra del director seleccionado. Recuerdo los ejemplares de Stanley Kubrick o de Vincente Minnelli, sin el menor interés ni rigor ambos. Luego la revista evolucionó positivamente. Garci y cia se largaron e intentaron la aventura de la voluminosa Nickelodeon, de efímera existencia. Dirigido por, ahora bajo la égida de José María Latorre y Quim Casas (el primero viejo filmidealista, agradable novelista y pésimo crítico que cuenta el argumento de las películas de pe a a pa, es de Zaragoza y el primer adorador español de Federico Fellini). Esta revista, seguidora en muchas ocasiones del más rancio filmidealismo, fue durante muchos años el único asidero que tuvimos los cinéfilos en España. Lo que le permitió sobrevivir hasta nuestros días y ser "the one and only" hasta la aparición de Cahiers-España. Si acaso con la débil competencia de la vasca "Nosferatu" voluminosa y notable, responsable de un estupendo monográfico dedicado a Yasujiro Ozu. Lo malo es que el siguiente nª se consagró, con idéntico entusiasmo, al "spaghetti-western" y como uno piensa que un mínimo de coherencia es indispensable, no sintió apenas su desaparición, aún reconociéndole una calidad que ni soñaban en Dirigido por...




Cahiers-España posiblemente le ha arrebatado muchos lectores a Dirigido por. Es natural. Su solo nombre evoca a la más célebre e influyente revista cinematográfica que jamás haya existido. No me interesa demasiado la competencia entre ambas. Normalmente suelo comprar una de las dos cada mes, aunque ultimamente me he decantado por "Cahiers" - que según su director Carlos Heredero no tiene que ver gran cosa con su mamá francesa - en la que siempre suelo encontrar algo interesante. Me repugna la falta de libertad de opinión que es fácilmente detectable. Si se mira con detenimiento su cuadro de calificaciones se observará una sospechosa coincidencia entre sus redactores. Justamente lo que constituye una de las virtudes de Dirigido por....., su mayor independencia de criterio. Tampoco puedo soportar el sonsonete repetido una y otra vez de ......como dice Godard, y el que todos y cada uno de los que allí escriben estén permanentemente arrodillados ante el cineasta suizo. El más insufrible, Angel Quintana, llegó a afirmar sin haber visto la película que "Film Socialisme" haría retroceder 25 años a todo el cine que se hace actualmente. Como uno ha visto vía youtube el último Godard, que es igual a la mayoría de sus propuestas: un galimatías ininteligible, lleno de frases de grandes escritores y una demostración más de la impostura izquierdista de este enorme bluff del cine y de la política, me permito discrepar de Quintana. Ni hará avanzar ni retroceder al cine. Importará un carajo a todos aquellos que puedan verla y no pertenezcan a la secta de los fieles.

El equipo crítico de Cahiers-España me parece mejor y menos pesado que el de Dirigido por, y los dossiers de ambas revistas son bien diferentes: uno (Cahiers) mira al futuro del cine y el otro (Dirigido por...) al pasado. Podría terminar con aquello tan socorrido del tanto monta monta tanto, ya que ambas siguen siendo filmidealistas aunque mejores que el casposo y cutre original.

Hoy no existe revista cinematográfica alguna que siga la estela de Nuestro Cine. ¿Tendría lectores una publicación especializada de izquierdas?. Imposible porque prácticamente no existe izquierda alguna y ya nos hemos enterado que Fidel Castro es un asesino mucho más sangriento que lo fueron Pinochet, Strossner, Videla, Somoza y hasta es muy probable que el mismísimo Hitler sea un santo comparado con Stalin. Y una mierda asi de gorda y asi de tierna. Permitidme y disculpadme el exabrupto final. Ya sabéis que a "vergerus" le quedan pocos días.......


Luis Betrán

1) Hoy Marca es el diario más vendido y As de los primeros. Y más despues del Mundial de Sudáfrica ganado por España. O tempora o mores....

No hay comentarios:

Publicar un comentario