BIOGRAFÍA Y TRAYECTORIA
Aleksandr Nikoláyevich Sokúrov
(ruso: Александр Николаевич Сокуров, aldea Podorvija, Óblast de Irkutsk, 14 de
junio de 1951), a veces también llamado Alexandre Sokúrov, es un director de
cine y guionista ruso establecido en San Petersburgo. Sus películas poseen una
marca distintiva y alta realización estética.
Trayectoria
Nació en Siberia en la familia de
un oficial militar. Se graduó en el departamento de Historia de la Universidad
de Nizhni Nóvgorod en 1974 y comenzó a trabajar en los estudios VGIK al año
siguiente. La mayoría de las primeras películas de Sokurov fueron prohibidas
por las autoridades soviéticas. Durante este periodo inicial, produjo numerosos
documentales, entre ellos una entrevista a Aleksandr Solzhenitsyn y un
reportaje sobre la caída de Grigori Kózintsev en San Petersburgo. Llevó a cabo
luego dos grandes proyectos documentales, encadenados por su visión
apocalíptica de la historia actual: Voces espirituales, de 1995, que es una
crónica parsimoniosa —de más de 300 minutos— sobre la vida cotidiana en
Afganistán de un grupo de soldados (acaso reflejo de la vida militar de su
padre); por entre cuyos tiempos muertos se desliza una reflexión sobre su país,
lleno de tantas incertidumbres. Por otro lado, en 1998, rodó Confesión: son 260
minutos que se desarrollan es un barco de la marina rusa; lentamente, mientras
cruza el mar de Barents, se va viendo la vida cotidiana e incierta de los
marinos, con una extraña suspensión en el tiempo, y se oye la voz del capitán.
Es un largo trayecto melancólico, con apariciones entre la niebla, que muestra
la relación diaria entre los tripulantes durante su trayecto asimismo incierto,
y seguramente con escasa consistencia vital.
Además de Dolorosa indiferencia
(1983–1987) destaca entre sus películas narrativas Días de eclipse, de 1988;
esta se desarrolla en un árido Turkmenistán, donde un joven médico al par que
atiende a niños analiza por qué puede suceder que en familias creyentes la
enfermedad infantil se atenúa infantil (hay un trasfondo de ciencia-ficción en
este relato). Más tarde rodaría Madre e hijo (1997), en un paraje campestre de
tonalidades pictóricas y de fuerte simbolismo, donde un joven cuida tiernamente
a su madre mortalmente enferma, casi ya un cadáver; fue su primera película
comercial internacionalmente aclamada. Tiene este film su paralelo en Padre e
hijo (2003), que desconcertó a los críticos por su supuesto homoerotismo
(considérese que el mismo Sokurov ha criticado esta particular interpretación).
Entre ese díptico familiar, Sokurov filmó una trilogía sobre políticos del
siglo XX: Moloch (1999) sobre Hitler (que narra un día en la vida de Hitler en
el refugio alpino "El nido del Águila", con Eva Braun, Joseph
Goebbels y su esposa Magda y Martin Bormann), Taurus (2000) sobre Lenin, y El
Sol (2004) sobre el emperador Hirohito.
Su película más exitosa tanto
crítica como comercialmente ha sido El arca rusa (2002), aclamada sobre todo
por sus imágenes visuales hipnóticas y su gigantesca toma sin corte alguna: es
un inmenso travelling dentro del Hermitage de S. Petersburgo los donde
fotografía los fondos de ese gran museo. Hay que señalar que ya en Elegía de un
viaje, rodó muchas escenas de cuadros en un museo de Holanda, el famoso Bojmans
de Rotterdam. Fue descubierto para el mundo occidental por el Festival de
Locarno, y la primera retrospectiva íntegra de su obra documental que se
realizó en España tuvo lugar en Pamplona, en 1999, en el marco del Certamen de
Creación Audiovisual, antecesor del actual Festival Punto de Vista. En la
tercera edición de este último, celebrada entre febrero y marzo de 2007, se
estrenó en España Elegía de una vida: Rostropóvich, Vishnévskaya (2006),
perteneciente a su serie de elegías que inició en 1979.Preocupado por los
conflictos bélicos desde su juventud, dada su historia familiar —como en
Dolorosa indiferencia—, ha vuelto a esa reflexión en Alexandra, estrenada en
2007, que aborda los efectos de la guerra en los seres humanos en la figura de
una abuela rusa que viaja a Chechenia a encontrarse con su nieto militar en un
campamento. Mostrada en el Festival de Cannes, la protagonista es la legendaria
soprano rusa Galina Vishnévskaya actuando ahora como actriz. Muchos de los
planos de soldados recuerdan a Voces espirituales.
Fausto, que ganó el León de Oro
del Festival de Venecia 2011,1 completa su tetralogía sobre el poder, formada
por la trilogía mencionada, sobre políticos, más esta interpretación del
célebre personaje de Goethe. Dice Sokurov “que el cine no puede aún pretender
ser un arte y, aunque aspire a serlo, todavía está lejos. Algunos pueden
fabular, inventar historias sobre su muerte; yo opino, por el contrario, que ni
siquiera ha nacido. Le falta todo por aprender, especialmente de la pintura,
porque la apuesta principal es pictórica. La elección más importante para el
cine sería renunciar a expresar la profundidad, el volumen, nociones que no le
conciernen y que incluso revelan impostura: la proyección ocupa siempre una
superficie plana, y no pluridimensional. El cine no puede ser sino el arte de
lo plano. Este principio me permite, cuando trabajó en una película, permanecer
concentrado en uno o dos aspectos, y dedicar a ellos el tiempo necesario”. Esta
dedicación le ha valido la admiración de espectadores y críticos, como ya lo
hizo Susan Sontag; hoy está considerado como uno de los más importantes e
innovadores cineastas actuales. Su última propuesta, la formidable
“Francofonia” (2015) no ha hecho sino confirmarlo. En mi opinión el mayor
cineasta del mundo.
Luis Betrán
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