jueves, 18 de agosto de 2016

DOSSIER ALEKSANDR o ALEXANDER SOKUROV (2)


BIOGRAFÍA Y TRAYECTORIA

Aleksandr Nikoláyevich Sokúrov (ruso: Александр Николаевич Сокуров, aldea Podorvija, Óblast de Irkutsk, 14 de junio de 1951), a veces también llamado Alexandre Sokúrov, es un director de cine y guionista ruso establecido en San Petersburgo. Sus películas poseen una marca distintiva y alta realización estética.

Trayectoria
Nació en Siberia en la familia de un oficial militar. Se graduó en el departamento de Historia de la Universidad de Nizhni Nóvgorod en 1974 y comenzó a trabajar en los estudios VGIK al año siguiente. La mayoría de las primeras películas de Sokurov fueron prohibidas por las autoridades soviéticas. Durante este periodo inicial, produjo numerosos documentales, entre ellos una entrevista a Aleksandr Solzhenitsyn y un reportaje sobre la caída de Grigori Kózintsev en San Petersburgo. Llevó a cabo luego dos grandes proyectos documentales, encadenados por su visión apocalíptica de la historia actual: Voces espirituales, de 1995, que es una crónica parsimoniosa —de más de 300 minutos— sobre la vida cotidiana en Afganistán de un grupo de soldados (acaso reflejo de la vida militar de su padre); por entre cuyos tiempos muertos se desliza una reflexión sobre su país, lleno de tantas incertidumbres. Por otro lado, en 1998, rodó Confesión: son 260 minutos que se desarrollan es un barco de la marina rusa; lentamente, mientras cruza el mar de Barents, se va viendo la vida cotidiana e incierta de los marinos, con una extraña suspensión en el tiempo, y se oye la voz del capitán. Es un largo trayecto melancólico, con apariciones entre la niebla, que muestra la relación diaria entre los tripulantes durante su trayecto asimismo incierto, y seguramente con escasa consistencia vital.

Además de Dolorosa indiferencia (1983–1987) destaca entre sus películas narrativas Días de eclipse, de 1988; esta se desarrolla en un árido Turkmenistán, donde un joven médico al par que atiende a niños analiza por qué puede suceder que en familias creyentes la enfermedad infantil se atenúa infantil (hay un trasfondo de ciencia-ficción en este relato). Más tarde rodaría Madre e hijo (1997), en un paraje campestre de tonalidades pictóricas y de fuerte simbolismo, donde un joven cuida tiernamente a su madre mortalmente enferma, casi ya un cadáver; fue su primera película comercial internacionalmente aclamada. Tiene este film su paralelo en Padre e hijo (2003), que desconcertó a los críticos por su supuesto homoerotismo (considérese que el mismo Sokurov ha criticado esta particular interpretación). Entre ese díptico familiar, Sokurov filmó una trilogía sobre políticos del siglo XX: Moloch (1999) sobre Hitler (que narra un día en la vida de Hitler en el refugio alpino "El nido del Águila", con Eva Braun, Joseph Goebbels y su esposa Magda y Martin Bormann), Taurus (2000) sobre Lenin, y El Sol (2004) sobre el emperador Hirohito.

Su película más exitosa tanto crítica como comercialmente ha sido El arca rusa (2002), aclamada sobre todo por sus imágenes visuales hipnóticas y su gigantesca toma sin corte alguna: es un inmenso travelling dentro del Hermitage de S. Petersburgo los donde fotografía los fondos de ese gran museo. Hay que señalar que ya en Elegía de un viaje, rodó muchas escenas de cuadros en un museo de Holanda, el famoso Bojmans de Rotterdam. Fue descubierto para el mundo occidental por el Festival de Locarno, y la primera retrospectiva íntegra de su obra documental que se realizó en España tuvo lugar en Pamplona, en 1999, en el marco del Certamen de Creación Audiovisual, antecesor del actual Festival Punto de Vista. En la tercera edición de este último, celebrada entre febrero y marzo de 2007, se estrenó en España Elegía de una vida: Rostropóvich, Vishnévskaya (2006), perteneciente a su serie de elegías que inició en 1979.Preocupado por los conflictos bélicos desde su juventud, dada su historia familiar —como en Dolorosa indiferencia—, ha vuelto a esa reflexión en Alexandra, estrenada en 2007, que aborda los efectos de la guerra en los seres humanos en la figura de una abuela rusa que viaja a Chechenia a encontrarse con su nieto militar en un campamento. Mostrada en el Festival de Cannes, la protagonista es la legendaria soprano rusa Galina Vishnévskaya actuando ahora como actriz. Muchos de los planos de soldados recuerdan a Voces espirituales.

Fausto, que ganó el León de Oro del Festival de Venecia 2011,1 completa su tetralogía sobre el poder, formada por la trilogía mencionada, sobre políticos, más esta interpretación del célebre personaje de Goethe. Dice Sokurov “que el cine no puede aún pretender ser un arte y, aunque aspire a serlo, todavía está lejos. Algunos pueden fabular, inventar historias sobre su muerte; yo opino, por el contrario, que ni siquiera ha nacido. Le falta todo por aprender, especialmente de la pintura, porque la apuesta principal es pictórica. La elección más importante para el cine sería renunciar a expresar la profundidad, el volumen, nociones que no le conciernen y que incluso revelan impostura: la proyección ocupa siempre una superficie plana, y no pluridimensional. El cine no puede ser sino el arte de lo plano. Este principio me permite, cuando trabajó en una película, permanecer concentrado en uno o dos aspectos, y dedicar a ellos el tiempo necesario”. Esta dedicación le ha valido la admiración de espectadores y críticos, como ya lo hizo Susan Sontag; hoy está considerado como uno de los más importantes e innovadores cineastas actuales. Su última propuesta, la formidable “Francofonia” (2015) no ha hecho sino confirmarlo. En mi opinión el mayor cineasta del mundo.

Luis Betrán

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