viernes, 27 de enero de 2012

IN MEMORIAM THEO ANGELOPOULOS






Leí la noticia poco antes de acostarme. La muerte de Theo Angelopulos atropellado por un motorista sobre las 18 horas del día 24 de enero de 2012. Confieso que me dejó conmocionado y no me fui a la cama. Casi llorando decidí trasnochar en compañía de unos gin-tonics - no tengo en mi casa Ouzo ni Metaxas y además no me gustan - y de una película del gran artista desaparecido, elegida al azar, ya que tengo la suerte de poseer en mi colección todos y cada uno de los films que el maestro griego realizó en sus 76 años de vida. La suerte decidió que fuese "Viaje a Cythera" y mientras contemplaba una vez más las maravillosas imágenes de una de las obras maestras del sublime poeta heleno se me agolparon recuerdos cercanos, ilusiones perdidas, la consciencia de lo efímero del tiempo, lo dolorosa que puede llegar a ser la soledad cuando la enfermedad se alarga más allá de lo permisible, y alguna lágrima corrió por mis mejillas. Yo conocí a Theo Angelopoulos y estreché su mano en el Festival de Cine de Huesca del año 2008, con pocas palabras le expresé mi absoluta admiración por su cine y él me firmó un ejemplar de un libro en el que se estudiaba su figura y su obra mientras Toni Alarcón me hacía una traicionera foto que es la que encabeza este texto. No podía ser otra y pido disculpas por tal alarde de petulancia.








El extraordinario cineasta griego accedió a venir a Huesca gracias a los mil y un enlaces que poseía nuestro inolvidable amigo Alberto Sánchez, La memoria, que en este asunto se que no me traiciona, me permite evocar el escepticismo de unos cuantos miembros de la Tertulia Perdiguer cuando Alberto nos dijo: este año viene Angelopoulos. Anda ya Alberto que lo has soñado o ayer te acostaste con una monumental cogorza. Bueno, ya veréis. Pero hombre que Angelopoulos está en Berlín en el Festival presentando su última película "El polvo del tiempo" (I skoni tou hanou) que es la segunda parte de "Eleni". Ya lo se pero yo tengo mis agentes en la Berlinale y ya está todo cerrado. En Huesca habían sido premiados Andrzej Wajda, Jerzy Kawalerowicz, Aki Kaurismaki, Nelson Pereira Dos Santos, Arturo Ripstein, Bertrand Tavernier, los Tavianni, Jan Tröell,  Bela Tarr, Basilio Martin Patino, Rafael Azcona, Julio Alejandro y otros muchos que ahora olvido. Pero nadie de la estatura artistica de Angelopoulos (Wajda, Kaurismaki, Bela Tarr eran gente casi tan importante y no todos los que aquí sen han nombrado se personaron en Hueca). Y sin embargo Alberto mostró, como siempre, la cara opuesta a la falsedad, la displicencia o la osadía. Como el caballero y hombre de honor que era. Que pena, que poco tiempo ha pasado desde la muerte de Alberto y ya apenas hablamos de él. El mundo comenzaba a ser el pozo negro ya cubierto de ese lodazal que ahora todo lo inunda. España el abominable país que deja en libertad a Camps y juzga a Garzón. No era todavía fascista, fiel a su tremebunda historia. Ya lo es de nuevo. Franco manda a sus vástagos despues de muerto, como el mismísimo Cid Campeador.








Theo Angelopoulos era un hombre bajito, totalmente alopécico, miope y de exquisita educación. No tenía el menor interés por el cine americano aunque respetaba a sus clásicos. Consideraba que el ruso Aleksandr Sokurov era el mejor cineasta del mundo - sorpresas que da la vida, tambien lo pienso yo - de ideología marxista sin adjetivos detrás. Había ganado tanto la Palma de Oro en Cannes - "La eternidad y un día" - como el León de Plata en Venecia y un sinfin de premios más. Marcello Mastroianni, Harvey Keitel, Bruno Ganz, William Dafoe, Irene Jacob, Omero Antoniutti, Jeanne Moreau, Michel Piccoli...consideraron un privilegio intervenir en películas suyas. Su tema recurrente era la historia de Grecia, contada desde un prisma dialéctico y en clave de fábula moral que podía resultar en alguna ocasión - "O megalexandros" - no poco críptica. Creaba planos secuencia de subyugante belleza, escenografías brumosas de una audacia visual deslumbrante. Su universo fílmico le correspondía en propiedad, era un mundo en si mismo que muere con él. Este es un texto de emergencia, no un dossier que si los enemigos de "vergerus"  lo permiten llegará bien pronto. Incluso antes de otros que tenía previstos y hasta iniciados. y quede claro que si Angelopoulos (como todos los otros grandes) fue a Huesca es porque el premio que se le entregó se llama Luis Buñuel. El genio de Calanda adorado en todo el planeta cinéfilo - y no solamente cinéfilo - salvo en Zaragoza donde muchos necios ignorantes y envidiosos le tachan todavía de perverso, tarado e incomprensible. Normal, en una ciudad tan fea como enemiga acérrima de todo lo que desprenda aromas de alta, mediana o baja cultura.









Algo extraño sucedió con su película póstuma "El polvo del tiempo". Angelopoulos la exhibió, como ha quedado dicho en la Berlinale de 2008 pero tanto en las revistas especializadas como en el diario más vendido - y actualmente el más desvergonzado, o sea "El País" para entendernos en el que sin haber visto la película el asno procaz Carlos Boyero ya le había insultado a él y todos aquellos que amaban su cine - no apareció comentario alguno sobre ella en las habituales reseñas de los grandes festivales de Cine. Tampoco llegó a estrenarse ni siquiera en Francia y no digamos en Celtiberia. Es algo así como la película que nunca existió. Pero yo la he visto y me ha chocado observar un desequilibrio insólito en Angelopoulos. Es como si fuese una obra inacabada o a la que le han amputado fragmentos. Era le primera vez que el director salía de su Grecia natal y filmaba en varios paises con el presupuesto más holgado de toda su filmografía. Importa y mucho que alguna vez esta película pueda contemplarse en la Filmoteca o donde sea. En ella se ubican algunas de las secuencias más hermosas de la obra total del cineasta: la reconstrucción - sin una sola imagen de archivo - del entierro de Stalin, las escaleras cubiertas nieve y cadáveres que sube Irene Jacob en el Gulag, el camino entre la niebla de un inconmensurable Bruno Ganz para saludar a la Muerte. Angelopoulos parecía no interesar ya a una crítica que es justamente ella - como en un comentario que intentó enviarme Toni (inutil tarea "vergerus" ni los admite ni los contesta, parece que algo o alguien le ha infectado) en el que me decía que hacía ya mucho tiempo que la crítica cinematográfica había dejado de interesarle, la que a los no alineados en las filas del "cahierismo" nos importa menos que el rábano de marras-. La globalizada, la del pensamiento único la que levita únicamente con el infame cine americano de, por lo menos, hace ya cerca de veinte años. Angelopoulos no era políticamente correcto. No había nacido ni en Oregon ni en Nebraska. Era un maldito rojo europeo al que cuanto menos había que ningunear (que fea palabra) o....... Aguardemos.









Y, finalmente, la duda. Otro joven compañero de nuestra Tertulia me envía e-mail en el que me dice, más o menos, que Angelopoulos no ha sufrido un accidente sino que ha podido ser asesinado. La moto que le atropelló violentísimamente hasta causarle heridas de imposible curación estaba conducida por......un policía municipal de Atenas. En "El País" nada escriben sobre tal identidad. Pero si en el único diario honesto y de izquierdas que, por no mucho tiempo (1), todavía resiste: "Público". Y de él salto a diversas páginas de Internet, a periódicos de paises menos hediondos que el nuestro. Y, en efecto, veo firmas importantes, escritos de protesta y de indignación en los que se exigen las pertinentes investigaciones. El mayor artista griego caminaba por un barrio periférico de Atenas en busca de lozalizaciones para su próxima película que iba a tratar sobre las causas y los responsables de la miseria que anega Grecia, el estado europeo más castigado por la crisis que tambien es la de la eternidad y más de un día. Algo huele a podrido y no precisamente en Dinamarca. Angelopoulos será enterrado con todos los honores. La noticia será borrada de la letra impresa en pocos días. Más dificil será hacerlo en la red. Accidente o crimen. No es lo mismo ciertamente, pero lo que jamás podrá ser eliminado de mis retinas, y las de otros muchos cinéfilos sin cortapisas ideológicos ni partícipes del capitalismo salvaje capaz de todas las iniquidades imaginables, serán esas imágenes, esas películas de un cineasta, de un artista, de un hombre de cultura auténticamente esencial. Hasta siempre Theo. Hoy ha imperado la urgencia. Sigo en deuda contigo.










Luis Betrán


1) "Público" va a cerrar. Los hay que donan cantidades para que eso no suceda. Lo mínimo, comprarlo todos los días. Entre los responsables de ese doloroso suceso estoy seguro que individuos tan poco recomendables como el fallecido sr. Polanco y el muy vivo sr. Cebrián podrían estar en primerísimo puesto. "Público" molestaba a "El País". En su reducido formato de "hoja parroquial" dejaba en evidencia sus vergüenzas. Y el antes "Diario Independiente de la mañana" (mentira, gonzalista de Felipe) y luego "Diario global" entregado a Washington no podía consentirlo. Ni mencionemos a los franquistas que son el resto.








Pdta: Hoy en "El País" se escribe que Angelopoulos cruzaba "imprudentemente" un tunel. En ningón otro medio leo o escucho tal aserto. Tambien en sus páginas llora el nonagenario Tonino Guerra, su amigo, su colaborador. Menos mal. El estilo que ya conozco desde hace años: una vela a Dios y otra al diablo. En el diario más vendido no se redactó una sola línea cuando murió Vittorio de Seta y toda una página al seguirle a la tumba el eminente..........Don Sharp .Otro analfabeto funcional, que no es Boyero, del equipo crítico del "gran periódico", Javier Ocaña, al citar el nombre de David Fincher en su recensión de la insoportable y larguísima "Millenium" (2h. 30 min,.)  apuntó "todos en pié". Lógicamente su bocaza está cerrada ante Angelopoulos. No se puede huir de los fétidos hedores.

1 comentario:

  1. Muy breve...

    Gran texto. Sólo he visto de Angelopoulos, "La eternidad y un día", hace unos años en la Filmoteca. Sin duda una de las películas más impresionantes que he visto nunca. Ganz enorme.
    A Alberto Sánchez lo veía a menudo y era un gran cinéfilo, un lúcido que se negaba a ver películas dobladas, así que en Renoir sólo venía a ver películas españolas. Siempre nos traía un roscón gigantesco en Reyes y no le olvido. A menudo pienso en él. Hay pocos cinéfilos verdaderos. Él era uno de esos.
    A pesar de estos tiempos, de esta corrupción, de esta degradación moral, política, social, etc... hay que seguir dando pelea, como en una guerrilla, en una "resistencia". No queda otra.
    Mucho ánimo y para adelante con Vergerus.
    Un abrazo,
    Sergio

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