martes, 29 de noviembre de 2011

EL CINE ESPAÑOL QUE SE VE



El optimismo es el opio del pueblo

MILAN KUNDERA


 




Consumados los hechos que nos reconducirán al franquismo resucitado y añorado por millones de españoles, recomiendo para estimular los jugos gástricos la visión consecutiva de las películas "Raza" (1942) - escrita por Joaquín de Andrade (alias de Francisco Franco) y dirigida por José Luis Sáenz de Heredia - y "Franco ese hombre" (1964) asimismo realizada por el primo de José Antonio Primo de Rivera. Tan horrorosas ambas como imprescindibles para entregarnos, saludando a la romana,  a la España Triunfante y Azul.



EL CINE ESPAÑOL QUE SE VE Y SE APLAUDE









Lástima que Doña Angeles Sinde se largue con viento fresco del Ministerio de Cultura en el que, sin duda, ha sentando cátedra la eminente cineasta y excepcional guionista de, por ejemplo, "Mentiras y gordas" estupenda comedia que jamás vi.. Le hubieran agradado las tres pelis sobre las que me voy a explayar. Tampoco te pongas triste ¡oh excelsa dama del cine español¡, estos films acapararán cabezones goyescos de idéntico modo que han sido alabados, bendecido y aclamados por la casi totalidad de la crítica cinematográfica española, incluida la muy influyente de los diarios que es la que mas persuade a sus lectores de que no se los pierdan, determinando así los días, semanas e incluso meses de su permanencia en las carteleras. En Zaragoza, la muy brutica Carmen Puyó es la que sienta cátedra en "Mierdaldo de Aragón".









NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS, de Enrique Urbizu


Hoy me siento José Mª Latorre, zaragozano de pro, infecto escritor y crítico y madamas de la muy terrible revista "Dirigido"; y tambien hombre en posesión de inefable dogma de fe para muchos aficionados al cine. En consecuencia utilizaré su peculiar estilo para referirme a ésta y a la que sigue películas objeto de los textos del día. Empieza el filme, sale Celestino Coronado que es policía, lleva un vestuario y una pelambrera que es la común y corriente entre los compañeros de su gremio. Se llama Santos Trinidad, nombre y apellido asimismo normales en los agentes del orden, que me recuerda al Romeo Dolorosa de "Perdita Durango", bodrio del "genio" Alex de la Iglesia. No se excede en sus gestos y se agradece. No es Javier Bardem y se agradece aún más. Entra en algo así como un puticlub y se lía a tiros y mamporros con todo bicho viviente. Y claro, se carga a quién no debía pero, mala suerte, pasaba por allí. El  sangriento desaguisado ordena se investigue un ¿juez?. Que va. Una jueza que es lo políticamente correcto. Aunque los polis no son muy listos, la jueza si faltaría más. Y sospecha del Santos Trinidad, que no tiene careto de bueno y además es un "perdedor" como dicen los gringos. ¿Como terminará la función?. Dado que el desenlace se presume tras la balacera y ya no caben dudas cuando la jueza observa con ojos de jueza (los de los jueces no sirven, son daltónicos) al pobre Coronado, sobra el guión como se constata a lo largo de la película. ¡Ah!, resta la "puesta en escena". Trepidante, histérica, excesiva pero "puesta en escena" al fin y al cabo. Y debe ser bonísima para que cinta tan rematadamente mala haya sido puesta por las nubes por cahieristas y discípulos. Una vez más, la soledad del "handicapado" de fondo. O sea yo. El que es muy torpe para hacer amigos en esto de la cinefilia porque es mayor y no cree en "dogmas".










MIENTRAS DUERMES, de Jaime/Jaume Balagueró sin el Plaza



"Rec" contenía diez minutos iniciales divertidos que transcurrían en un parque de bomberos. Luego salían monstruitos, tarados,vampiros y demás tropa de "élite" del cine americano de amplísimo consumo y que además siempre es bueno porque es americano, patente de corso en  tan yanquinizado país como la otrora Hispania. Aquí el que sale es Luis Tosar que intenta evitar poner cara de "Malamadre" con regular éxito. Es portero y algo más en un inmueble versión trágica de "13 rue del percebe". El Tosar mira, sabe todo de la vida y milagros del vecindario porque es la Celestina de travesti. En eso que salen del ascensor señorita de buen ver (Marta Etura, esposa de Tosar en la vida real, ¡toma morbo!) acompañada por caballero evidentemente más guapo que el portero. ¡Ah¡, los ojos del alcahuete se dilatan, se percibe en su mirada que la ha fijado en el "oscuro objeto del deseo". ¿Que pasará?. Depende obviamente de la señorita que no se muestra especialmente puritana ante el acoso y derribo que le aguarda. Esta película si tiene guión, aunque malo, y la "puesta en escena" es considerablemente más reposada que la del Santos Trinidad sus pompas y sus obras. Y como la anterior es cine de género, a la americana porque todo lo americano o lo que se le parece es bueno, buenísimo, único. Sean las películas, las novelas, las hamburguesas, Steven Spielberg y hasta la mantequilla de cacahuete. El filme del pervertido y la putilla se deja ver. Y nada más.


Las dos "obras maestras" - ¡¡ay los amiguetes!! - son cine de género como ha quedado dicho. La que remata este "post" (hay siempre que escribir vocablo americano, calamidad que soy, tengo que aprender del ubicuo Jordi Costa que se sabe todos los que tienen que ver con el cine) es "cine de autor" que, de entrada, es únicamente apto para pedantes, babosos, "intelectuales de pacotilla" y enemigos del cine. Asi que se acabó el estilo Latorre. Pena, con lo sencillito que es.










LA PIEL QUE HABITO, de Pedro Almodóvar


Vaya por delante que nunca he sido admirador del cine de Almodóvar, cineasta sobrevalorado hasta la extenuación y cuyo mayor mérito radica en su capacidad para la autopromoción y su desparpajo para simular lo que no es. En sus obras primerizas conectó con parte de  una generación que entendía que lo progre era lo contracultural. Exactamente - salvando infinitas distancias - como Woody Allen y coincidiendo con el judío rijoso en que ambos ignoraban los más elementales rudimentos de la técnica cinematográfica. Pero en el caso de Allen eso duró hasta "Annie Hall" donde no dudó en dirigirse al público para explicar, por si acaso, que él era un tipo culto y que se acabaron las chorradas. Almodóvar, como tantos otros (vgr. el asimismo sobrevaloradísimo Clint Eastwood) fue aprendiendo, paso a paso, el oficio y en "Mujeres al borde de un ataque de nervios" (1987) demostró que dominaba la artesanía y que era un excelente autor de comedias. Han pasado muchos años y el manchego ha llegado incluso a la maestría en el oficio de realizador cinematográfico (bastante menos que el Eastwood, que conste). Citaré tan solo la que considero su mejor película: "Hable con ella" (2004). Los Oscars le han otorgado, o eso pareció, patente de corso en el sentido de que ya solo cabían esperar de él grandes películas. "Los abrazos rotos" (2009) vinieron a demostrar lo contrario y "La piel que habito" a confirmarlo de forma cruenta. ¿Cual ha sido el "problema Amodóvar"?. Abandonar la comedia para entregarse al melodrama cupletero y mostrar que su universo, tan personal como intransferible, es decididamente poco interesante. A propósito de esta pésima película que es "La piel que habito", un compañero de la Tertulia Perdiguer apuntó que no había "caso Almodóvar". Simplemento el sufrimiento que intentaba transmitir era el del homosexual que que quiere ser mujer y no puede. Comparto esta opinión. Hay cierto tipo de homosexual que detesta a las mujeres, hay otro, más femenino, que las ama (excepto físicamente) y piensa como una mujer. Almodóvar pertenece a este segundo grupo. Y puede considerarse afortunado porque a pesar de haber confesado padecer cíclicas depresiones, no se trata de un melancólico y jamás ha experimentado la tentación del suicidio. Pero ya ha dicho todo lo que podía decir sobre el imposible deseo de ser mujer. "La piel que habito" es un sinsentido. Una película sin guión, sin personajes, pésimamente deconstruida en su afán de instalarse en la malhadada "posmodernidad". Y lo más inesperado, mal dirigida como si lo que tanto costó aprender se hubiese olvidado repentinamente. Almodóvar lo sabe. La crítica americana - la que a él más le importa - por primera vez en años ha sido durísima. En consecuencia el cineasta español se ha apresurado a declarar que volverá a la comedia en su próximo film. Me temo que ya nada podrá ser igual. Los caminos de Almodovar - y "La piel que habito" o "Volver" (2006) son pruebas contundentes - son ya senderos sin salida. Conste que preferiría equivocarme. De verdad.



Luis Betrán


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