domingo, 1 de julio de 2012

LA VUELTA AL REDIL



Dedicado especialmente a los anónimos donantes de órganos vitales. Gentes de bien que salvan vidas o las prolongan. Sin ellos el mundo que nos rodea aún sería más vil de lo que es.


PRÓLOGO POR DIOS, LA PATRIA Y EL REY






Los últimos estudios sociológicos demuestran la existencia del raro fenómeno de los 're-peperos' (PPPP = del PP, Pero Pobre).Son una tipología de personas que desafían todas las leyes del entendimiento y la lógica humana. Son personas de clase media-baja, trabajadores, asalariados de toda la vida y con sueldos de mierda que votan insistentemente al PP.No hay que confundir a los 'peperos' (gente que vota al PP para defender sus propios intereses) con los 're-peperos' (que también votan al PP y nadie entiende porqué).Es un grupo muy mimetizado dentro de la sociedad y a simple vista pasan desapercibidos. Pero con un poco de atención son fácilmente identificables.Lo primero que necesitamos para localizarlos es un pequeño cuestionario como el siguiente: *Ante cualquier pregunta sobre la actualidad política ellos dirán que 'no entienden de política' . Pero curiosamente, votarán al PP (lo que confirma su premisa de que, efectivamente, no entienden de política). *Si les preguntas qué opinan sobre los casos de corrupción de los políticos, ellos responderán que 'todos los políticos son iguales'. Por el contrario, la respuesta será muy diferente si el político corrupto es del PSOE. *Si les preguntamos sobre el paro y la situación laboral del país no tardarán mucho en sacar el recurrente tema de los inmigrantes. Tienen una enfermiza animadversión hacia todos aquellos que lo pasan aún peor y se encuentran en una situación bastante más desfavorecida. Si después de estas preguntas, notáis una cierta incomodidad, es normal. Tened en cuenta que esta gente son de la teoría de que en esta vida más vale 'no identificarse' . Claro que gracias, a esta útil guía se les ha acabado el tiempo del anonimato. Una vez identificado el sujeto 're-pepero' es importante entender a qué se debe este extraño comportamiento y qué causas son las que lo provocan. *La catarsis del lameculos: Fenómeno psicológico por el cual, personas de la clase media-baja con recursos económicos limitados, acaban pensando que si están con los que tienen el poder y el dinero 'algo acabará pegándose'. Y a pesar de que jamás ven el más mínimo resultado a lo largo de toda su vida, continúan apoyando a los ricos y a los poderosos. *La catarsis del desgraciado: Este desviamiento psíquico está inversamente relacionado con el anterior y por el mismo proceso mental por el que piensan que la riqueza se puede pegar, también creen que la pobreza se puede contagiar. Es por este motivo que estos sujetos desarrollan una enfermiza animadversión hacia aquellas personas que todavía son más pobres que ellos, como marginados, inmigrantes, etc... Y por si esto fuera poco, también padecen el Síndrome de Estocolmo, ya que se encuentran mejor si apoyan a aquellos que tan pronto como puedan, y gracias a sus votos, recortarán sus derechos, endurecerán sus condiciones laborales, y les joderán todo lo que puedan. Ellos felices y contentos.  (También hay algunos psicólogos que ven influencias de prácticas masoquistas que más allá del sexo disfrutan infligiéndose dolores sociales y económicos.)  Con todo esto, ahora ya sois capaces de localizar a los re-peperos y reconocerlos.También los podréis reconocer por el tufo a rancio. Y por mi parte, añado unas estrofillas de Don Antonio Machado, que por lo visto, durante su vida se tropezó con más de uno de esta especie:

Este hombre no es de ayer ni de mañana
Es un fruto de la cepa hispana
No es una fruta madura ni podrida
Es una fruta vana

de modo que no os vayáis a confundir, no es una especie en riesgo de extinción. (Cortesía de A.H.P.)

Y, ya de mi cosecha propongo una votación o encuesta: ¿Cual de las cuatro damas del P.P. os resulta más malvada o peligrosa: Esperanza Aguirre, Dolores Cospedal, Rita Barberá o Ana Botella?. "Vergerus" seguirá y publicará los resultados de tan apasionante referendum. Nada diré de los varones, en tanto que don Mariano Rajoy no es susceptible más que de una duda: ¿es más mentiroso o tonto?. Yo creo que las dos cosas pero su nariz tiempo ha que rebasó en cientos de metros a la de Pinocho. Afirmo.

Luis Betrán 



PARA ACABAR DE UNA VEZ POR TODAS CON EL PUTO/MITO GODARD

A BOUT DE SOUFFLE

“Me has hecho una charranada” (Jean Paul Belmondo a Jean Seberg en los diálogos – doblados – de “A bout de souflle” (Al final de la escapada). Ahí queda eso.




No cabe imaginar palabra más fea y de sonido más desagradable que la utilizada en el doblaje español de “A bout de soufflé” para indicar la faena que Seberg le hace a Belmondo al final de la película, delatándole a la policía. Es claro que en la España de 1966 no había mucha confianza por parte de distribuidores y exhibidores en que “A bout de soufflé” fuese un éxito de taquilla. Además de la charranada el film fue rebautizado como “Al final de la escapada”, por aquello de si el público picaba y acudía en masa a ver una especie de segunda parte de aquella “escapada” (sorpasso) de Vittorio Gassman y Jean-Louis Tritignant en el memorable film de Dino Risi que había arrasado en 1964. Jean Paul Belmondo era discretamente famoso en este país y las rarezas de ese Godard podían inquietar a mas de un mercachifle del cine. Luego la historia se repetiria , corregida y aumentada, en “Alphaville” y “Pierrot le fou”, las tres primeras películas del “genio” que desembarcaron en la franquista España convenientemente dobladas.




Y es que habían pasado siete años desde el rodaje y presentación de “A bout de soufflé” en la Francia de la “nouvelle vague” y del general De Gaulle. Siete años en los que el bombazo que supuso el primer film de Godard y la eclosión de la nouvelle vague podía haber perdido sus efectos perturbadores, y más de cara a unos espectadores pre-Biarritz a los que poco o nada podía sonarles la muy celebrada ópera prima de Godard. “A bout de soufflé” fue pues un plato fuerte exclusivamente para amantes del cine. Y en verdad que el entusiasmo con que estos acogieron – acogimos – el tardío (incomprensiblemente tardío) estreno de “A bout de soufflé” hizo casi pensar que en la nouvelle vague – y en Godard – todo el monte era orégano.
Las revistas cinematográficas de este país (Film Ideal, Nuestro Cine, Cinestudio, Fotogramas…….) voltearon las campanas con casi total unanimidad. Los cinéfilos de Zaragoza llegamos a amar más el debut de Godard que el de Orson Welles (era en 1966 la primera visión de “A bout de soufflé” y de “Citizen Kane”). Se esgrimieron tópicos y y frases hechas a tutiplén para tratar de explicar la magia del film: frescor, espontaneidad, naturalidad, novedad, etc, etc. Si la Revolución ideológica de la Francia del siglo XVIII no había entrado nunca en España (pare eso estuvo la Guerra de la Independencia y los Sitios de Zaragoza), la Revolución Cinematográfica solo tarda los mentados siete años en entrar, razonablemente un lapsus temporal admisible.





¿Qué era realmente “A bout de soufflé”?. Ante todo una película de suprema habilidad que recogía las esencias del cine negro americano y a través de un proceso europeizador – es decir, intelectual – proponía un cine de cámara en mano, sin mensajes grandilocuentes, desconectado de raíces literarias y neorrealistas. La historia que contaba “A bout de soufflé” era mas bien poco relevante, pero el modo de hacerlo pudo parecer nuevo como nuevos pudieron parecernos Seberg y Belmondo. “A bout de soufflé” o la “charme” puesta al día. Seberg vendiendo el New York Herald Tribune, Belmondo frente a un poster de Bogart. Chabrol y Truffaut echando una mano al principiante Jean Luc. Cine de camaradería. Una historia de amor “petit fou” en la que Belmondo podía ser engañado, pero no el espectador al que se le facilitaban constantemente pequeñas claves para que amase a Michel Poiccard y su inocencia traicionada. Un “mauvais garçon” alejado del naturalismo. Una carrera final “hasta el último aliento”. Un film triste, impregnado de sueve lirismo y de un encanto quizás inmarchitable, quizás no. Para Godard un homenaje a su cineasta bienamado Nicholas Ray, aún cuando la sombra del maldecido (por Cahiers du Cinéma, demasiado ¿rojo? para ellos) John Huston planease ominosamente por la pantalla. Y una cierta – que no total – modestia que jamás volvería a presentarse en los Films sucesivos del falso “anarchiste timide”.





“A bout de soufflé” fue la apología del cine que pregonaban y amaban los cahieristas. Mucho más allá de los latiguillos moralistas de los tambien primerizos Truffaut en “Los cuatrocientos golpes” o Chabrol en “Le Beau Serge”. Por eso, duda razonable, a casi veinte años de distancia, podemos pensar que se mantiene menos prematuramente envejecida que aquellas primeras muestras de la nouvelle vague para las que el paso del tiempo ha sido tan poco clemente. “A bout de soufflé”, un manjar constantemente degustado desde su estreno en las capillas cineclubísticas. Ni Belmondo, ni Seberg (maravillosa), ni, por supuesto, Godard volvieron a estar tan jóvenes y tan frágiles. Todo ello configuró el estilo – que hoy vemos irrepetible – de una película mítica en la Francia de los cincuenta y en la España de los sesenta. Y es que, sin tajantes afirmaciones, acaso “A bout de soufflé” sea la mejor película de Godard. Por lo menos es la más libre de pedanterías e ingenuos terrorismos culturales y políticos.


Luis Betrán.- Zaragoza, 17 de julio de 1978

No he cambiado ni una coma este viejo texto. La apostilla, no obstante, deviene imprescindible. A día de hoy para el cahierista irreductible – en cuyas filas no milito dado que me resultan payasescas – “A bout de soufflé” es la película que cambió para siempre la Historia del Cine. Para mi es tan solo un film grato que carece de trascendencia alguna en cualquier dimensión – política o artística – que se contemple. Y es obvio que “Los cuatrocientos golpes” se conserva mucho mejor a pesar de lo afirmado anteriormente. Finalmente los “ingenuos terrorismos culturales y políticos de Godard” rápidamente se metamorfosearon en farsantes y reaccionarios.

Luis Betrán.- Zaragoza, 1 de junio de 2012

7 comentarios:

  1. No sé si fue en Telemadrid donde pasaron hace poco 'Al final de la escapada' (doblaje reciente), que no veía desde hace unos ocho años (cuando salió aquí en DVD), y lo cierto es que esta última revisión le ha hecho perder muchos puntos a mis ojos.

    Ya te digo que aprecio todas las corrientes, innovaciones, etc., que no creo en los cánones, pero es verdad que lo realmente interesante de esta película son algunas propuestas formales, que además resultan discutibles (los cortes abruptos, las digresiones intelectuales...) Como radiografía social o histórica o incluso como tratamiento de las pasiones humanas es algo trivial y hasta frívola.

    En mi opinión, 'Alphaville', aun teniendo el mismo aire de novela barata, tiene, por el contrario, una mayor profundidad, debido a esos ecos confesos de Orwell. 'Pierrot, el loco', si bien muestra un compendio de los "defectos" godardianos, me gusta. Me la creo. Lástima que Godard maltrate tanto a sus personajes, los sacuda como a muñecos de guiñol (recuerda ese final de 'Pierrot...').

    En cualquier caso, es 'El desprecio' la que me parece su gran película. El conjunto de su obra pecó de ese inconformismo (a menudo impostado) que no ha envejecido nada bien. Y en "términos cinematográficos", Godard dinamitó (o trató de dinamitar) el cine. No sé si llegamos a comentar que al recordarle al espectador su papel de tal a todas horas sólo se consigue distanciarlo de la representación (en teatro pasa igual).

    Por cierto que tal y como yo lo veo el anti-cine no ha sido ensayado únicamente por Godard. Las tomas eternas de Tarkovsky o la propia claudicación ante el influjo teatral de ciertos productos de Hollywood me parecen igualmente anti-cine. Para mí la esencia del cine son los planos. Así que aunque pueda valorar a Mizoguchi, o al último Tarkovsky o, salvando distancias, un divertimento como 'La huella', por cine, cine total, seguiré entendiendo a Eisenstein (y los rusos en general), a gran parte de los alemanes y suecos, a casi toda la cinematografía italiana, a grandes maestros asiáticos (a la cabeza, por su hondo calado moral, Ray o Kobayashi) y a americanos como los artesanos del noir o los denostados Penn, Peckinpah, etc., etc.

    Saludos, Luis

    PD: Que los asalariados más modestos le voten a la "derecha" (si bien el PSOE también es "derecha", tal y como demuestran sus políticas económicas desde hace veinticindo años), sólo se comprende considerando los rescoldos, todavía humeantes, del pensamiento franquista, la cultura de la conspiración "judeo-masónica", y el lastre de ignorancia que arrastramos. Esos re-peperos, como los has definido, son una especie propia del reino español.

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  2. Entre la Espe y Dolores estaría el título, en mi opinión. La Espe me parece la más peligrosa. Por cierto, su hermano puso su granito de arena en el cierre de los Renoir en Zaragoza.

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  3. Gracias por vuestros comentarios:

    Carlos: no me interesan nada ni "Alphaville" ni "Pierrot". Estoy de acuerdo en que "Le mépris" quizá sea el mejor Godard, al que acaso añadiría ciertos fragmentos de "Weekend" y "Notre musique". El paso del tiempo no ha sido tampoco muy generoso con Penn o Peckimpah. Respecto a los asiáticos clasicos mi orden sería : Ozu, Ray, Mizoguchi y, probablemnte, Kobayashi o Naruse. Absoluto acuerdo en que el PSOE no llega siquiera al centro-derecha. Saludos.

    Sergio: lamenté no poder estar ayer en "la noche blanca" del Paraninfo. Ya le había avisado a Toni al respecto. Contabilizado tu voto a favor de la Espe. El mío es para la Cospedal, menos lenguaraz. Abrazos.

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    1. Hola Verguerus:
      Me alegra que retomes el blog. Ya sabes que no comparto la totalidad (1 se divide en 2)de tus criticas a Godard, que parece haces desde un conocimiento profundo del cine en su conjunto, ¿profesionalmente? pero coincido plenamente con el nivel de alienación de muchos sectores de la población, pero no solo con el PP sino tambien con todos los paniaguados de la falsa izquierda; PSOE, IU o grupusculos altermundistas. El tirano cubano Machado, afirmaba, con razón a mi entender; "A mi, no me tumban con papelitos". Fue una revuelta popular la que lo tumbo. Si, es cierto, que luego vinieron otros, pero esa es otra cuestión,... ha y Cospé es una loba!
      Hablando de cine me parece muy interesante el que se hace en Corea del Sur o en Taiwan plantean un cine urbano que parece fiel reflejo de esas sociedades y sus conflictos, muy semejantes a los nuestros por muchos filtros eurocentristas les pongamos.
      Un saludo rojo.

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  4. Gracias Dazibao por el comentario. Profesionalmante, como tu dices, solo hice un mediometraje en mi vida ¡¡hace mas de 40 años!!. Visto el resultado comprobé que Lumiére no me había llamado a continuar mi filmografía por lo que destruí el film y todas sus copias para no caer en la tentación de avergonzarme el resto de mi vida. Intento evadirme por la vía humorística del tremendo cabreo que, prácticamente, me producen todos - alguna excepción habrá que no detecto - los políticos españoles (y no solo españoles) pertenezcan a cualquier partido, sea derecha o izquierda. Mi asco es infinito. Anoto tu voto para la temible Cospe y, de acuerdo, el cine coreano es sumamente interesante. El taiwanés lo fue hasta hace bien poco, pero actualmente no vive su mejor momento. Otrosí: payasescas me parecen "Cahiers du cinemá" y sus esclavas españolas. No aquellos y aquellas que las leen, yo mismo de vez en cuando. Y aún no he terminado con Godard, je, je....

    Un cordial saludo.

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    1. La noche del 30, con Toni, fue formidable.
      Ahora estoy fuera unos 7 o 10 días.
      A la vuelta le daré un toque a Toni, le pregunto por ti y a ver si podemos hacer algún evento contigo en Casa Emilio.
      Abrazos.
      P.S De acuerdo, la Cospe puede ser incluso más peligrosa que la Espe (demasiado obvia): Cambio el voto para Cospe.

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  5. Estupendo Sergio y mejor aún la perspectiva de Casa Emilio, aunque de sobras conocéis Toni y tu mis limitaciones en cuanto a desplazamiento. Anoto tu cambio de voto.

    Abrazos a ti y, siempre, a Toni único valedor del cine invisible (europeo,
    asiático o independiente americano) que nos queda en Zaraconejos. Y más ahora que tras el cierre de los Renoir, nuestro impresentable alcalde ha dejado la Filmoteca hecha unos zorros.

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