martes, 10 de enero de 2012

Consideraciones sobre la crítica cinematográfica española


La tardanza en que aparezcan nuevos textos en este blog se debe única y exclusivamente a su mal funcionamiento. Resulta sumamente laborioso escribir en "vergerus". Cada pocos minutos surge un aviso que reza "type error" y vuelta a empezar. Tampoco sirve de nada el sistema de corrección ortográfica, el dichoso "type error" lo impide. Por lo que una vez terminado el "post", me veo obligado a releerlo más de una vez y corregir manualmente la citada ortografía. Indefectiblemente una vez publicado habrá todo tipo de errores gramaticales. Además, y esto sucede desde hace muchos meses, "vergerus" se puede leer pero no permite que en él se dejen comentarios y mucho menos que yo responda a los mismos. Hasta ahora - y todo hace pensar que hasta siempre - nadie ha sabido, podido o querido echarme una mano en este asunto. No culpo a persona, amiga o simplemente conocida, de este proceder. Mi absoluta incompetencia en lides informáticas es la única responsable. De todo ello se deduce la pereza que me invade atender a "vergerus". En el fondo, la cosa no tiene importancia alguna salvo para los cuatro o cinco lectores que este blog pueda tener. Y, obviamente, para mi porque no deja de fastidiarme tal contingencia.





La Tertulia Perdiguer celebró el día 7 de enero de 2012  la reunión que en puridad debió haberse llevado a cabo el último sábado de diciembre de 2011. No pudo ser porque esa fecha coincidió con el 31 del pasado año. La Nochevieja, esa absurda y universal fiesta en la que todos celebramos..... que hemos vivido un año más. Desde aquí me replanteo dos posturas que, posiblemente, en el año ya iniciado marcarán mi actitud o mi presencia o no en todas las reuniones de los últimos sábados de cada mes. Soy consciente de que la persona más brillante de la Tertulia viene guardando silencio debido a lo  molestas que le resultan mis intervenciones. Ya en una ocasión, y teniendo muy en cuenta que se trata de uno de mis más antiguos amigos, le interpelé acerca de su proceder y la respuesta fue la siguiente: "no tengo nada que decir porque ya no se habla de cine". Igualmente mi "visión" del llamado Séptimo Arte difiere ostensiblemente de las de prácticamente todos y todas, cinéfilas y cinéfilos que integran la "Tertulia Perdiguer". Explicándome más pormenorizadamente yo me situó en la fila opuesta al "cahierismo" o "filmidealismo". No admito dogmas de fé ni en la vida ni mucho menos en algo tan secundario como el cine. Creo firmemente que en una relación ,en nuestros globalizados días, cantidad/calidad/coste, el cine americano es el peor del mundo. Que no existe un solo cineasta yanqui que me produzca no ya emoción sino siquiera interés, con las excepciones de Woody Allen (que ya no hace sus películas en USA), Gus Van Sant y Clint Eastwood siempre y cuando su  "Hoover" no continue la penosa decadencia perceptible en su cine desde "Gran Torino". Y, finalmente, que toda película - como toda novela, ensayo o pieza teatral - está ideologizada, guste o no.






Abundando en el tema añadiré que he llegado incluso a recibir amenazas, comentarios irónicos, desplantes etc. Lo normal en una derecha con tintes franquistas (y no aludo a nadie de la Tertulia zaragozana, no haya suspicacias en ella)  admite que se pueda pensar distinto. La progresiva infantilización del cine americano ha traido consigo la asimismo progresiva infantilización de las cada día más vacías plateas. La estricta lógica de Aristóteles se cumple una vez más. El cine ha sido es y será un formidable vehículo de propaganda incluso cuando deje de existir, luctuoso hecho que sucederá implacablemente y que ya Susan Sontag había previsto hace casi veinte años. La aldea global, el pensamiento único, el capitalismo salvaje constituyen las señas de identidad de nuestro tiempo y ello implica que el cine del amo supremo (USA) manufacture productos que intenten, y consigan, cercenar al espectador su capacidad de pensar y analizar. Ya apenas vemos cine porque las películas las contemplamos mayormente en un televisor, o en un ordenador e incluso en un teléfono móvil. Luego lo que vemos nada tiene que ver con un arte concebido  para degustarse en una pantalla y una sala cuando más grandes mejor. ¿Quiere decir esto que el cine ya ha dejado de existir?. En absoluto, todavía no. Se hacen excelentes películas en Europa y Asia, pero lo habitual es que solo lleguen a las grandes ciudades y aun asi en una mínima proporción. He hablado de amenazas, desplantes....Claro que si aunque ello no me produzca ni miedo (¡¡que risa!!) ni inquietud alguna. Citaré tres ejemplos espaciados en el tiempo. No tienen desperdicio.






En no muy lejana ocasión, encontreme por la calle con un cinéfilo de nuevo cuño. Joven, culto, con más de una carrera universitaria terminada. Le conocía desde unos cinco años no más. Naturalemnte charlamos de cine, de que que otra cosa iba a ser. Y ante mi escepticismo sobre la calidad de directores como David Finscher, Christopher Nolan o Michael Mann, repondiome contundentemente ¡¡vaya forma que tienes de hacer amigos!!.  Oseáse: la amistad o no puede depender o iniciarse o perpetuarse según se ame o no a los cineastas mencionados. Porque, y este otro suceso es recentísimo, un amigo sobre el que nunca he albergado duda alguna sobre sus sentimientos hacia mi persona viene a visitarme acompañado de su esposa que, para su salud mental, no pertenece a la raza cinéfila. Cuando le comento que el cine americano actual me parece en su mayoría tirando a espantoso exclama sumamente irritado: ¡¡lo que me faltaba por oir!! y al imperativo de ¡¡vámonos!! él y su santa cónyuge se largan de mi casa con portazo incluido. Y tercero y último: coincido en FNAC - y aquí he de remontarme a más de cinco años y un día - con un muy considerado cinéfilo zaragozano al igual que yo con blog incluido. Llevo en la bolsa "ad hoc" dos pelis de Bergman. El muy cretino las mira y con una sonrisa compasiva e incrédula aduce: pero Luis hombre parece mentira si ya sabes que antes de Steven Spielberg no existía el cine.






Comportamientos, actitudes, respuestas, peleas que no hacen sino que reflexione y me convenza de lo que ya percibía desde que empecé, hace más de cuarenta años, a presentar películas, participar e incluso fundar cineclubs, debatir en los coloquios, escribir textos y.....leer revistas especializadas como Fotogramas (a los doce años de edad) , Film Ideal, Nuestro Cine, Griffith, Contracampo, Temas y Esquemas de Cine, Cinestudio y hasta ¡¡orgasmo!! "Cahiers du Cinéma" y "Positif" en francés o "Sight and Sound" en inglés. Y no miento por la memoria de Lumiére que me producían no escasas sonrisas las calificaciones con bolitas, numeritos o lo que fuere de las películas. Tal y como cuando uno era colegial y le entregaban un boletín mensual en el que se especificaba la nota obtenida en las diversas asignaturas del curso de bachillerato que estudiaba. Y la estupidez en cuestión sigue y sigue y seguirá mientras se editen publicaciones de tal jaez. Llaménse ahora "Dirigido", "Caimán" (antes Cahiers-España), la mítica e influyentísima "Cahiers du Cinéma" FRANCESA y con la única excepción que yo sepa de "Positif" que, eternamente fiel a si misma, no solo no puntúa sino que tampoco publica las MEJORES DEL AÑO, delito este de lesa anticinefilia que bien merece ejemplar castigo consistente en su desaparición que es de suponer no tardará mucho en producirse ya que la "maman" de Nuestro Cine era más bien "gauchiste" y eso ya no se lleva y la izquierda se ubica o bien en el limbo o en el país de nuncajamás. Y no falta el que asevera: "en Film Ideal se escribía de cine, en Nuestro Cine de política". ¿Es menester adivinar lo dichoso que es ahora con el regreso al Gobierno del  franquismo sin Franco?.







¿Puede equipararse la crítica cinematográfica a la literaria o a  la musical, por ejemplo?. En absoluto. Imaginar que un experto en lides librescas haga una recensión de "Ana Karenina" y escriba: Tolstoi que en ¿¿¿¿¿ había escrito tambien "Guerra y paz" y junto al título lo traduce esta vez; en ruso cirílico y con la fecha exacta del año. Del todo imposible. No es un niño ni cree que "Ana Karenina" sea una novela gráfica, cómic o celtibérico tebeo. Los cinéfilos, y no me excluyo, padecemos una patología que la ciencia médica ni ha acertado todavía a especificar, ni a denominar ni a buscar fármacos que curen o palíen la extraña enfermedad. Asi que a lo nuestro, pero, por favor, los más talluditos como yo no podemos ni debemos tomarnos en serio la crítica cinematográfica. Ni en las citadas revistas, ni en los diarios, ni en la radio, ni en la televisión, ni en los blogs ni en ese otro dogma supremo llamado Internet. Y tios que se han tomado a si mismos como "criticos" - y ahora pienso en los que sabían y saben leer y escribir que son minoría  - mejor hubieran hecho, como el añorado, y discutible, José Luis Guarner,  describirse a si mismos como cronistas, solo eso. Continuará, no sin antes dejar en "vergerus" esta joya de cerebro magníficamente amueblado aparecida en el último ejemplar de la revista de Godard, que no es de Godard sino de propiedad británica: "El caballo de Turín" (Bela Tarr, húngaro negado por tanto para la "puesta en escena") "trata sobre la ignominia de nuestro tiempo y lo hace ignominiosamente", en consecuencia en el cuadro crítico no cosecha más que ceros o unos y en la lista de las grandísimas de 2011 figura, como no, "Super 8" que no es de Spielberg pero como si lo fuera.






Apostilla final amadímos lectores cinéfilos: ¿Habéis contado si en 2011 hubo más o menos de cien obras maestras de las que noventa han de ser americanas "of course"?. Hay que ver: evocando al más malvado de los cineastas españoles según los "críticos", José Luis Garci, ¡¡Que grande es el cine!!. No importa ni su breve andadura en la historia del Arte ni que lo que nos aguade a la vuelta de la esquina sea otra cosa a la que habrá que adjetivar adecuadamente. LA LITERATURA, LAS BELLAS ARTES, LA MUSICA juntas y en unión no le llegan ni a la suela del ¿zapato?. Tonta estoy, que diría Forges, de la huella del pie estampada en Hollywood. El discípulo amado del insigne José María Latorre, don Quim Casas, en el último ejemplar de "Dirigido" 2011 refiriéndose a esa memez simpática titulada "The artist" anota "no deja de ser curioso o llamativo que sea la cinematografía francesa la que evoque los últimos tiempos del cine mudo en Hollywood y reconstruya con tremenda fidelidad aquellos aspectos tan arraigados en la sociedad popular estadounidense. Puede verse, quizá, como un suave ajuste de cuentas despues de que Estados Unidos hiciera suyo, EN LO ARTISTICO y en lo industrial, el revolucionario invento de los hermanos Lumiére". Obrando de acuerdo con los parámetros escatológicos de la horrorosa comedia gringa "a lo Appatow" contesto a las mayúsculas: "y una polla como una olla".


Luis Betrán

1 comentario:

  1. La crítica cinematográfica, en general, hace tiempo que dejó de interesarme. No así la información y algunas opiniones sobre aspectos concretos que todavía proporcionan las revistas.

    Que las amistades se pierdan por discutir sobre cine y ver éste desde posiciones diferentes, me parece muy triste. ¿No puede ser todo compatible o es así de penosa la condición humana?

    Los problemas de tu blog creo que proceden de tu propio ordenador. ¡Tienes el enemigo en casa!

    Abra-cines desde el exilio

    ResponderEliminar