“La quimera del oro” fue la
primera película cómica rodada por Charles Chaplin para ser distribuida por la
United Artist. Aunque había creado esa organización junto a D.W. Griffith, Mary
Pickford y Douglas Fairbanks en 1919, la anterior producción de Chaplin para la
misma había sido un drama, “Una mujer de Paris” (A woman of Paris, 1923), que
había tenido un gran éxito de crítica pero ninguno de público. Chaplin ha
descrito como se pasó semanas y semanas reflexionando, estrujándose el el
cerebro y dándole vueltas a las ideas con el fin de encontrar un buen
argumento. “Me decía continuamente a mi mismo que mi siguiente película debía
ser una epopeya: la mayor de todas”. La idea se le ocurrió finalmente un
domingo por la mañana , después de desayunar con el matrimonio Fairbanks en su
mansión Pickfair. Contemplando unas vistas estereoscópicas de Alaska y la
región de Klondike, se sintió especialmente impresionado por…una vista del desfiladero
de Chilkoot, con una larga hilera de buscadores de oro ascendiendo por las
heladas montañas, y con un pie en el que se describían los sufrimientos y
privaciones propios de esa clase de vida. Pensé que era un tema maravilloso, lo
suficientemente interesante como para estimular mi imaginación. Inmediatamente
comenzaron a ocurrírseme situaciones
cómicas y gags, y, aunque todavía no tenía claro el argumento, comenzó a nacer
uno en mi cabeza.”.
Otra fuente de inspiración
fue un libro sobre la catástrofe de la expedición de Donner, en la que un grupo
de unos 160 pioneros se despistaron en Sierra Nevada a causa de la nieve,
perdiendo así el camino hacia California. Solo sobrevivieron 18, y el hambre y
el frío les obligó a practicar el
canibalismo y a comerse sus propios mocasines. Chaplin se sentía siempre
fascinado por lo macabro, y aquella tragedia le inspiró la que es quizá su
secuencia cómica más famosa, aquella en la que se come su propia bota con todo
el aire de un gourmet, extrayendo los clavos como si fueran los huesos de
alguna ave y tratando los cordones como si fuesen espaguetis. Posteriormente se
hizo las siguientes reflexiones: “resulta paradójico que la
tragedia estimule el sentido del ridículo, y supongo que se debe a que el
ridículo no es sino una actitud de desafío. Enfrentados a nuestra propia
indefensión y a las fuerzas de la Naturaleza, no nos queda más remedio que
reírnos o volvernos locos”.
Tras seis meses de pensar y
pensar, Chaplin comenzó a rodar el 8 de febrero de 1924, sin guión, basándose
únicamente en situaciones divertidas y gags que se le habían ocurrido, y en los
estímulos de los escenarios naturales y del propio rodaje. Ese era, por lo
general, el método que seguía en la era del mudo: podía permitirse “malgastar”
el tiempo debido a que tenía a su disposición unos estudios y un equipo
permanentes. El rodaje terminó el 21 de mayo de 1925; de los 405 días dedicados
a ésta labor, solo 170 fueron de auténtico rodaje. Los 235 restantes fueron
“jornadas libres”, como se las llamaba en los planes de filmación, utilizadas,
sobre todo, para que el director y estrella pudiese meditar y buscar nuevas
fuentes de inspiración.
Una parte de la película,
incluyendo la espectacular escena inicial de la larga hilera de buscadores de
oro, se rodó en escenarios naturales de las Montañas Rocosas, en el Monte
Lincoln, a donde Chaplin había llevado a varios cientos de vagabundos y
desharrapados. “La quimera del oro” es pródiga en secuencias tan perfectas como
emocionantes y que han permanecido para siempre en el inconsciente colectivo de
la cinefilia. También para muchos, esta película es el florón del monumento
chapliniano. Discusión inútil. Este texto ha consultado la "Autobiografía de Charles Chaplin y sus Memorias".
Luis Betrán
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