ENTRE ESPAÑA E ITALIA
EL CALIGRAFISMO
En
España este tipo de cine adoptó un aire peculiar, que en forma muy escasa fue
utilizada por los transalpinos. Se trata de la variante histórica o por mejor
decir, historicista, y para el gran público de barbas y pelucas. Los estilistas
de la forma encontraron un cómodo refugio para hacer circular por caminos
sentimentales a los héroes románticos del folletín y la fotonovela, avant la
lettre, Juana La loca, María Padilla, Inés de Castro o Cristóbal Colón, vieron
pasar sus espectros bajo la luz, tenuemente expresionista de los excelentes
directores de fotografía de la posguerra y hasta las puertas del que, no tantos
años después, se denominara “nuevo cine español”.
Cuando
la moda arrinconó esa clase de cine, aunque como queda apuntado mucho tiempo
después en España, para Juan de Orduña, Rafael Gil o Luis Lucia, se abrieron
unas perspectivas profesionales únicamente circunscritas a lo que pudieran
hacer en España. Si cuando los italianos dejaron de ser caligrafistas, y Amedeo
Nazzari pudo ser Don Juan de Serrallonga en España, Aurora Bautista no podría
revivir sus pasiones ni en Italia, ni en ninguna otra parte, al dejar de ser
posible en España.
Del
gusto por el caligrafismo italiano, el español tomó un sentido aristocrático de
la Historia. Zorrilla, Tamayo y Baus, y aún Benavente podían ser sus
inspiradores; la interpretación de acentos teatrales; la aceptación de la
narración río, plena de acontecimientos en el tiempo que servía para afirmar
personalidades nacionales, apoyadas por el mundo oficial. Sin embargo todo
parecía hacerse sotto voce, y nada plenamente asumido. La influencia de algunos films como Un colpo di pistola o
Piccolo mondo antico, fue fácilmente asumido por el cine español si que en ello
mediara una fuerte voluntad, justo lo contrario de lo que ocurrirá con quienes
aceptaron la influencia neorrealista, expuesta con vehemencia – siempre que la
censura lo permitía - a partir de obras como Surcos (Jose Antonio Nieves Conde,
1951). Para los seguidores españoles del neorrealismo era muy importante que se
notara por dónde iban sus intenciones estéticas y políticas, mientras que los
formalistas del sentimiento no estimaban importante levantar la voz, y decir,
quiénes eran, y por qué hacían aquél tipo de cine.
En
el cine caligrafista italiano, una obra se alza como magna sepultura. Senso
(Luchino Visconti, 1953) batió al caligrafismo en su propio terreno. Aunó los
elementos decorativistas que habían devenido superficiales en las obras
caligrafistas con otro sentido de la Historia, violento y profundo que agitó lo
que habían sido las aguas tranquilas del cine de palazzos, ventanales y
cortinas. El caligrafismo ya en aquellos años en Italia era un recuerdo, y
Senso, años después, un epitafio para viejas ilusiones perdidas. En realidad a
nadie pareció importarle mucho. En España sin embargo la sombra del
caligrafismo acabó informando el cine español sin que una fecha, en forma clara
y decidida, pudiera mostrar aquello de “hasta aquí llegaron las aguas”.
Adenda:
Films españoles caligrafistas con intervención italiana
1943
Dora,
la espía de Rafaello Matarazzo con Maruchi Fresno, Adriano Rimoldi, Jesús
Tordesillas
Noche
fantastica de Luis Marquina con Paola Barbara y Carlos Muñoz
1944
Empezó
en boda de Rafaello Matarazzo con Fernando Fernán Gómez y Sara Montiel
de
Rafael Gil con Paola Barbara, Rafael Durán, Guillermo Marín
1947
Angustia
de Jose Antonio Nieves Conde con Adriano
Rimoldi, Amparo Rivelles, Fernando Nogueras
Cuando
los ángeles duermen de Ricardo Gascón con Amedeo Nazzari, Clara Calamai y
Alfonso Estela
El ángel
gris de Ignacio F. Iquino con Adriano Rimoldi y María Martín
La
nao capitana de Florián Rey con Paola Bárbara, Manuel Luna, José Nieto
1948
Conflicto
inesperado de Ricardo Gascón con Amedeo Nazzari, María Asquerino, Antonio
Bofarull
La
vida encadenada de Antonio Román con
Adriano Rimoldi y María Martín
Si
te hubieras casado conmigo de Victor
Tourjanski con Adriana Rimoldi y Amparo Rivelles
1949
Don
Juan de Serrallonga de Ricardo Gascón
con Amadeo Nazzari y María Asquerino
El
sótano de Jaime de Mayor con Paola Bárbara, Jesús Tordesillas, Camilo José Cela
y María Brun
Pacto
de silencio de Antonio Román con Adriano Rimoldi y Ana Mariscal
1951
El
correo del rey de Ricardo Gascón con Cesare Danova e Isabel de Pomés
1953
El
tirano de Toledo de Fernando Palacios y
Henri Decoin con Alida Valli y Pedro Armendariz
Sucedió
en Damasco de Jose López Rubio con Paola Barbara y Rafael Navarro
1957
El
conde Max de Giorgio Bianchi con Susana
Canales, Vittorio de Sica, Juan Calvo
La
puerta abierta de Cesar Ardavín con
Amedeo Nazzari, Marta Toren y Rafael de Cordova
1959
Café
de puerto de Rafaello Matarazzo con
Amedeo Nazzari, Jose Guardiola, Yvonne Sanson
Emiliano Puértolas/Luis Betrán
Quizas Pequeñeces permanece mas en nuestro recuerdos por la aceptacion que tuvo en nuestros padres tan aficionados al cine y al teatro Ni fue la mejor ni la peor pero fue un filme que por su tema calo profundamente en la sociedad de aquellos años....
ResponderEliminarBonito seudónimo. Gracias por el comentario. No es un mal film "Pequeñeces, un digno melodrama con una Aurora Bautista desmelenada. Por cierto, en la película (novela del padre Coloma) se llamaba nada menos que Currita Albornoz., y en ella debutó "el niño" Carlos Larrañaga que, como fruto del pecado, al final se moría el pobre. Cordiales saludos.
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